La Apuesta (RusPer)(finalizando)

La caida de un poste y una gran sorpresa

Eran las cuatro de la madrugada, el primero en despertar fue el peruano quien arreglo las últimas cosas en su maleta y preparo un desayuno básico y ligero para comenzar el día, se sentía sumamente emocionado ya que por fin le mostraría sus orígenes a su esposo, después de de tiempo por fin le podría mostrar el lugar donde nació y creció antes de dirigirse a la costa.

El ruso despertó después de unos minutos y se estiro tanto que los huesos de su espalda sonaron y aquello lo relajo por completo

Bueno días mi llamita - dice el ruso mirando al peruano que entraba a la recamara ya cambiado y listo - creo que me desperté un poco tarde

No descuida yo desperté muy temprano, quería cerciorarme de tener todo listo - dice el peruano acercándose a su pareja hasta estar frente a el - como amaneció mi poste mi amorshito, quien es mi amorshito

Perú es en serio es temprano para eso - responde el ruso con la mira entre cerrada pero decide pensarlo mejor cuando ve que el semblante lindo de su pareja se vuelve un aura asesina - iooo shoy tu amorshito... - dice con algo de pena que tan bajo había caído daba gracias que en ese lugar no hubiera testigos, porque o sino debería aniquilarlos para que no divulgaran lo que estaba pasando en esa recamara.

El desayuno transcurrió con normalidad, y al dar las cuatro y cincuenta salieron de la casa para tomar un taxi hacia Ollantaytambo, para poder desde ahí abordar el tren hacia la ciudad imperial.

No puedo creer que no tengas frio - dice el peruano mientras se arropaba mas con su abrigo, sintiendo el calorcito.

Pero si esta fresco no hace nada de frio - fue la simple respuesta del ruso quien miraba todo con gran interés - quieres una infusión para calentar tu cuerpito

Si por favor... - responde el peruano con una tierna sonrisa mientras ve al ruso caminar hacia una de las tiendas, pero la expresión del ternura del peruano cambia cuando escucha a un grupo de chicas americanas decir que aquel ruso era atractivo y que les gustaría conocerle mejor - es mío... - dice en susurro con aura asesina para ponerse de pie y caminar hacia su pareja y abrazarlo por detrás para luego ponerse de puntitas y darle un beso en los labios.

Pero y eso porque - dice confundido el ruso sin saber que demonios había pasado.

Nada nada - dice con una sonrisa, para luego mirar al grupo de chicas y sonreír con maldad con una expresión que decía "es mío brujas gringas pirujas"

Esperaron casi media hora una hora hasta que uno de los trabajadores de Perú rail daba la autorización para que puedan subir y acomodarse en el interior del tren, cosa que hicieron a penas subieron y daban gracias de que sus asientos tengas número porque caso contrario tendrían que estar parados durante todo el trayecto.

El peruano miraba el paisaje por la ventana del tren, como extrañaba estar ahí, todo era perfecto hasta que sintió el brazo de su esposo rodearle por los hombros.

Es hermoso el paisaje - dice el ruso besando el cuello de su pareja haciendo que este sonría de medio lado.

Y eso que aun no has visto nada - responde para luego girar y mirarlo fijamente y darle un tierno beso es los labios y acurrucarse en el hombro de su pareja para poder descansar ya que se habían despertado muy temprano para ser uno de los primeros en abordar el tren.

Ellos despertaron en cuanto sintieron que el tres se detuvo y esperaron a que todos bajaran de aquel tren para ser casi los últimos en bajar e ir a un hotel a descansar un rato y subir a pie, si a pie al gran imperio inca.

Cuando llegaron al hotel, lo primero que hicieron fue dejar unas cuantas cosas y llevar solo lo necesario y eso era un montón de agua para tomar en el camino, unas cuantas casacas impermeables por si a acaso llovía, algo de comida y un cargado de batería inalámbrico para las fotos. Luego de eso descansaron un rato y se alistaron para iniciar la gran caminar hasta el imperio inca.