⠀ 𔓕⠀ ⠀⠀ ⠀ taekook.
jungkook despierta de un coma teniendo amnesia postraumática.
está solo con su alfa: min yoongi.
los rastros de lo que fue una felicidad pasada lo atacan, causando estragos en su vida actual plena. un tierno chico comienza a viv...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
« Mayo 28, 2019 — 9:46 am
— Lamento profundamente darle esta noticia a un jovencito como tú, pero... — El doctor tragó saliva frente a él, reuniendo fuerzas. — Tres meses de vida, a lo mucho cinco. Eso es todo lo que te queda. La única opción que tienes es la cirugía de extirpación del tumor cerebral, pero en tu caso solo tienes... Un 5% de posibilidades de seguir con vida, Jungkook. El tratamiento tampoco servirá...
El omega sintió el aire abandonar sus pulmones de golpe.
Su vida... Estaba por terminar, él realmente no pudo llegar a los treinta años, siquiera...
¿Hasta aquí llegaría?
— No... No puede ser cierto, ¿E-es una broma, no? De seguro Seokjin hyung está detrás de esto... — Tiró de sus cabellos claros y rió sin una pizca de gracia. — Él... Te dió dinero para gastarme una broma, ¿No?
¿Eso fue todo?
— Lo lamento joven Jeon, jamás jugaría con algo como esto. Llevo tu caso desde hace poco, pero es mi obligación ser profesional. Y ni siquiera conozco a alguien de nombre "Seokjin" — El hombre trató de sonreír. — Podemos agendar una fecha para tu cirugía, aprovecha este tiempo para estar con tu familia y-
— No. — Jungkook respiró con dificultad, tratando de recomponerse ante la noticia. — No quiero la cirugía. Moriré de todos modos, ¿No? Yo... No, no la quiero.
El beta frente a él le dió una mueca disconforme, aún así asintió. — Es tu decisión. — anotó unas cosas en la computadora frente a él y le miró nuevamente. — Espero... Espero que sean lindos estos meses para ti, Jungkook. Ya sabes, si cambias de opinión sobre la cirugía, solo debes llamarme.
El omega rubio asintió, levantándose de su sitio y encaminándose a la salida. — Gracias por todo, doctor, pero dudo cambiar de opinión.
Salió de la oficina y se derrumbó, las lágrimas empañando su visión y su lobo gimoteando de la tristeza. Las secó con sus manos bellamente tatuadas y caminó. Lo único que pudo hacer fue salir del hospital y sentarse a llorar desconsoladamente en una banca fuera del edificio. En su soledad, en su miseria.
Todas las ganas de subir a su motocicleta, su fiel amiga: se esfumaron. Se marchó caminando a rastras a su hogar vacío luego de llorar por varias horas, pidiéndole a alguno de los empleados de su casa que fuera a recoger su vehículo.
Él ya no tenía ganas de más, su vida deteniéndose en el pleno apogeo de su juventud. »