I'm not the only the one

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Apenas dos años. Solo dos años.

Ese es el tiempo que llevan casados. Hace dos años hicieron la promesa de estar juntos; en la salud y en la enfermedad; en la riqueza y en la pobreza.

Para bien y para mal.

Su amor prometía demasiado. Habían sido 3 años de noviazgo hermosos, entonces: ¿Qué salió mal?

Eso se preguntaba Seokjin tocando su sortija, observando como su esposo intenta atarse la corbata y él, — como el dulce marido que siempre fue — se acerca a Namjoon y ata aquella corbata correctamente.

— Gracias cariño — pronuncia el castaño observando a su bonito esposo pelinegro arreglarle la prenda — Volveré tarde hoy, no me esperes para cenar. — avisa con una sonrisa para posteriormente dejar un suave beso en la frente de Jin.

Jin se abraza al cuerpo de su esposo. El olor que emana de él es muy refrescante, le transporta a recuerdos dulces del pasado, a cuando solo eran ellos dos.

De pronto su corazón pica, porque desea con todo su ser, que aquel olor sea solo suyo, que aquel olor no se mezcle con ese perfume asqueroso a rosas que sabe que no le pertenece, ni a él ni a su marido.

Quiere a su esposo de vuelta,
solo para él.

— Cariño, tengo que irme — habla su esposo con la voz dos tonos mas grave.

Aquella ronca y varonil voz con la que lo había enamorado. Ahora se sentía pesada e incluso molesta.

— Lo siento amor — Seokjin se soltó.

— Nos vemos luego — el castaño beso los labios de su esposo y entonces se marchó.

Seokjin acompañó a Namjoon hasta la puerta. Lo vio subirse al auto y marcharse. Le sonrío hasta que el auto desapareció y sus piernas ya no pudieron sostenerlo.

Una vez que supo que su esposo estaba lejos, se permitió llorar.

Las lágrimas golpearon su rostro con violencia. Seokjin cayó de rodillas sin entender que había hecho mal ¿En qué diablos se había equivocado?

Por que él haría lo que fuera, con tal de ver a su esposo volver a sus brazos.

Seokjin se deshacía en lágrimas mientras Kim Namjoon iba quitándose la sortija, camino al trabajo.

— ¡Miren quién llego! — saludo Miyeon, la mujer con la que se estaba acostando.

— Preciosa — sonrió el castaño, recibiendo a la delgada chica entre sus brazos, aspirando el empalagoso perfume a rosas que llevaba.

— Te extrañe, jefe Kim — murmuró Miyeon acercándose a besar la boca de su jefe y amante.

— También te extrañe preciosa — Cargó a la mujer y cerró la puerta. Quizás era muy temprano, pero el señor Kim tenía mucha ganas de follársela.

You say I'm crazy
Because you don't think
I know what you've done
But when you call me baby
I know I'm not the only one

Seokjin se levantó, lavó su rostro y caminó con dirección al cuarto de seguridad. Ese donde estaban las pantallas de todas las cámaras de seguridad de la casa y al parecer — olvidado por su marido — también las cámaras de su oficina.

En el camino tomo una botella de alcohol del cuarto donde tenían los licores. Aquella era una casa gigante, una casa que él no amaba.

Antes de entrar a esa habitación soltó un suspiro, dio un trago seco al coñac y después se adentro al sitio. Se sentó frente a los monitores y cambiando las pantallas, lo vio.

(One Shot) I'm not the only the one ~ NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora