6: Luchar

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Sin ti, yo no hubiera conocido la ternura,
sin ti, hubiera conocido la muerte con resignación,
sin ti, no hubiera anhelado que llegara la tarde,
sin ti, no hubiera conocido la alegría de estar vivo,
sin ti, no hubiera convertido mis vacíos en poemas,
sin ti, yo no hubiera encontrado la esperanza,
tú te haz convertido en el sol que ilumina la primavera,
tú te haz vuelto la letra y melodía de la canción
de las aves, tú eres el calor que arde
en mi alma, por ti busco mil palabras, escribo
canciones, novelas, cuentos, solo para encontrarte,
tú eres el corazón que me faltaba, solo quiero verte,
tú eres tanto para mí que incluso eres mis lágrimas,
te haz convertido en mis labios, eres mi añoranza,
solo quiero este silencio, este instante para amarte.

No tenía una sola palabra para ella, mientras revoloteaba pensó en un par, pero simplemente no salió nada de su boca, su mente del ojiverde estaba completamente en blanco, entonces a sus espaldas descendieron sus tres hermanos, al notar quienes eran los visitantes su semblante del arcángel se puso serio, dio medio vuelta para ver de frente al trío, la pelirroja se asusto al ver aquellas hostiles figuras, se escondió detrás de Ciffer, estaba tan nerviosa que se cayo sobre sus pantorrillas, temblando, el de alas negras solo la miró por el rabillo del ojo.

- ¿Ulquiorra?, ¿qué se supone te paso para que luzcas de esa manera? - dijo con tono burlesco Gilga

- ¿Están negras?, ¿qué hiciste para que se hicieran de ese color? - dijo con molestia Tier

- ¿Acaso copulaste con esa mujer?, ¿te haz rebajado de esa manera?, ¿permitiste que una criatura como esa te mancillara? - reclamó la peliverde

- No tengo idea de lo que me estas hablando Neliell, además el color de mis alas es resultado de las heridas causadas por ustedes... no tengo porque dar más explicaciones... - dijo el ojiverde

- ¿Entonces niegas lo que haz hecho? - continuó la de ojos café

- Ya te lo dije, no tengo idea de lo que me estas hablando, yo solo cuido de esa mujer, porque ella hizo lo mismo por mí cuando caí en este lugar... - recalcó Ciffer

- Tck, van a estar muy molestos los señores Aizen, Gin y Tousen cuando lo vean así... - dijo Noitra

- Qué se enojen con él, no con nosotros, nuestra tarea es llevarlo de regreso... - dijo Odelschwak

- ¿Llevarme?, ya veo, ustedes han venido hasta aquí por orden de los arcángeles... díganme, ¿qué les ocurrirá si me niego? - dijo Ulquiorra

- ¿A qué te refieres con que te niegas a regresar? - preguntó angustiada Neliell

- Lo que escuchaste, me niego a ir con ustedes... alguna vez confíe en ustedes, pero desde que me atacaron y caí en este lugar... no confío en ustedes... - les dijo el arcángel extendiendo sus alas, poniéndose a la defensa

En voz baja, apenas audible les habló a las hadas entre sus plumas.

- Si piensan llevarme de vuelta, significa que la puerta está abierta, el dragón no permitirá a nadie autorizado cruzar, pero podemos traer algo del otro lado... tomen algunas de mis plumas... con ellas podrán llamar mi armadura... - pidió a los pequeños Ciffer

Estos rápidamente dejaron el sitio las ninfas envueltas con una pluma negra.

- Ahora te haces amigo de los traidores... - dijo Gilga

- ¿Traidores?, ¿para quién?, ni a ustedes ni a mí nos han hecho daño, sí traicionaron a nuestros ancestros, ya pagaron por ello, aún lo hacen... - defendió el ojiverde

En el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora