11: Ulquiorra

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¿Qué es la muerte?,
no es más que el cambio de estado,
¿por qué temerle?,
tal vez es más al dolor o al olvido
a lo que hay que temer,
¿por qué aferrarte?,
lo único que es importante
es amar y ser amado,
¿por qué llorar?,
de qué otra manera puedes sacar
de tu corazón la pena,
la tristeza y la aflicción,
¿qué te aqueja?,
sí la muerte te da libertad,
de deshacerse del dolor,
del sufrimiento, la verdad
es que no quieres renunciar
a lo que tienes, superfluo,
porque cuando mueres
no pierdes lo más precioso
de tu alma, de tu corazón,
porque se queda el amor,
sin jaulas, prisiones o reja
que te impida tener lo valioso
de ese bello sentimiento,
¿qué es la muerte?,
es solo continuar sin límites,
amar sin miedo a la ausencia,
sino lleno de esperanzas
en nuestra alma, memorias,
sin contar noches y días.

Despertó en un lugar sereno, tranquilo y silencioso, le resultó muy pacífico, miró de un lado a otro, pero sólo veía ese cuarto blanco sin paredes, ni pasillos, puertas, techo o suelo, era singular, todo resplandecía, parecía estar iluminado, sin embargo no podía distinguir una luz en particular, o una fuente, ese sitio era confortable, cálido, aunque carecía de estrellas o fuego.

- ¿Dónde estoy? - preguntó el ojiverde

- Estás en un lugar entre las dimensiones, lo llaman de muchas maneras, el limbo, el límite entre la vida y la muerte, el túnel, río de la muerte, yo lo llamo memorias... - dijo un eco en el lugar

Una especie de llama se apareció de todas partes concentrándose en esta forma brillante que a su vez se convirtió en un Fénix.

- ¿Memorias?, ¿de quién exactamente...? - preguntó el pelinegro

- De todo lo que existe, no hay cosa en este universo que no guarde en su corazón recuerdos, este espacio entre cada uno de los planos dimensionales no es físico, está compuesto únicamente de energía, es "el paso entre la muerte y la reencarnación", es ese lugar donde muchos dicen: "ver su vida pasar en un instante"... - dijo la voz

Ulquiorra se acercó al ave, se puso de rodillas, no llevaba su armadura, sus botas ni su túnica, estaba desnudo pero al mismo tiempo no se sentía de esa forma.

- Eso significa que he muerto... - dijo con un suspiro el de alas negras

- No, estás en medio...tu cuerpo está aparentemente inerte, pero tu mente y tu alma siguen atados a él... - dijo tajante la voz

- ¿Qué hago aquí?, ¿por qué no simplemente reencarno?, ¿por qué luce así este lugar? - preguntó el de pálida piel

- Estás aquí porque yo no te he dejado reencarnar, primero hay algo que quiero preguntarte algo, te doy la oportunidad de elegir un camino, lo que ves a tu alrededor es un reflejo de tu corazón... - dijo el eco del ave

- ¿Preguntarme algo? - cuestionó curioso el alado

- Siempre he dado a mis hijos la oportunidad de tomar su propio camino, elegir su destino, les he dado libertad, les he dado poder de criterio, libre albedrío, sin embargo muchos se han perdido en busca de su destino, de su deseo, cuando sólo tenían que ser felices, vivir en armonía... no someteria a uno solo de mis hijos a sufrir o padecer sino es por decisión propia... se que no estoy siendo claro, pero quiero que entiendas todo esto por lo que te voy a pedir... - dijo el eco

- Entiendo que es mi decisión, que si sufro es ha consecuencia de mis propias decisiones, de mis errores... - aceptó Ciffer

- Escucha Ulquiorra, lo que voy a preguntar es muy egoísta, pero tienes la oportunidad de negarte... Ulquiorra, quiero que me ayudes a salvar a las almas, que las devuelvas al ciclo infinito de reencarnación de la energía... no aceptes precipitadamente, primero te voy a explicar lo arduo de esa tarea... - dijo el eco del ave

En el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora