𝐄𝐋 𝐒𝐄𝐂𝐔𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎 (𝟏/𝟐)

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Después de cumplir con la condena, el mismo Ragnar le sacó del calabozo y le llevó a su casa, ya que ya tenia que salir de servicio y no quería que el moreno robara un coche o algo por el estilo.

El silencio reinaba en el coche de Ragnar, Derrick mirara de reojo al conductor y el solo hacía como si no se diera cuenta.

- Bueno... pues... ¿te gusta tu trabajo? Es decir, ¿no te gustaría trabajar en algo más? - Preguntó al nórdico, refiriéndose a meterlo en su organización.

-Si, me gusta mucho, no quiero pertenecer a ninguna organización, si es a lo que te refieres... - Respondió Ragnar sin quitar la vista de la autopista - ¿Que tanto me miras? Tampoco soy tanto hombre... - Dijo el menor con un sonrojo ligero.

- Solo aprecio al bombón que tengo a mi lado... - Respondió el moreno con una sonrisa de lado.

- pff - Eso que lo último que dijo Ragnar, porque ya daban la vuelta a la esquina y ya llegaban a la casa.

Cuando llegaron Derrick se desató y miró una última vez el rostro del nórdico, este le devolvió la mirada instantáneamente. Y ahí estaban otra vez, mirándose los dos por un buen rato, pero esta vez Ragnar lo miraba los ojos del moreno, sino sus labios, estos eran gordos y húmedos, con un brillo en el labio superior. Realmente quería parar de mirarlos, pero no podía...

- Bueno... eh... yo me voy yendo, ¿si? - Dijo Derrick un poco nervioso, pues si no se iba seguramente no se podría controlar más y le besaría.

- s-si, mejor... - Respondió Ragnar mirando al suelo con un sonrojo bastante notorio.

Derrick bajo del coche, pero Ragnar no se iba, quería esperar a que entrara en la casa para asegurarse de que no le pasara nada.

El mayor solo sentía la mirada del contrario en el mientras buscaba las llaves de la casa, cuando por fin las encontró, abrió la puerta y sé dispuso a entrar, pero Ragnar le detuvo.

- O-oye... he... podrías darme... tu t-teléfono? - Preguntó con un sonrojo todavía más notorio a los ojos del moreno.

- Claro princesa, llámame cuando quieras - Dijo Derrick acercándose a paso ligero hacía el coche otra vez.

Cuando le dio el número, simplemente le guiñó el ojo y se dirigió a la puerta de la casa nuevamente, y esta vez si que pudo entrar en ella.

Ragnar se quedó en el coche estacionado en frente de la casa de Derrick, pensado en todo lo que había pasado... Los piropos, las miradas, las respiraciones chocar, los guiños. Todo eso y todavía no tuvo el gusto de besarlo, se paró a pensar lo que sentía pero se negaba a aceptar que le gustaba, aun que le daban unas ganas terribles de besarle de una puta vez.

𝐀𝐥𝐠𝐨 𝐦𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐜𝐡𝐚𝐪𝐮𝐞𝐭𝐚... (Dragnar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora