Capitulo 1

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Antes de iniciar, quiero agradecer la idea de la salida a la feria a DanaCeciliaYT

Pues dió la idea de la cita y la verdad, me gustó tanto que volví a escribir todo otra vez para poder poner esta escena, la verdad muchas gracias, por la idea y el consentimiento para usarla, bueno, sin mas que decir, disfruten el capítulo de hoy.

Denle apoyó a la historia, dejen su comentario y voto y claro también vayan a seguir y apoyar a Dana :3.

En fin disfrúten el capítulo de hoy. ❤️

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Martes (Primera parte)

—Debe ser una maldita broma...— Dijo un rubio cenizo con voz infantil, mirándose al espejo mientras fruncía el ceño.

Tenía apenas unos minutos de haberse levantado de su cama, para alistarse y tomar sus clases como cualquier otro día, pero esto se vió interrumpido al sentir la cama mas arriba de lo que estaba acostumbrado.

Por inercia bajo su mirada a sus pies, notando que el pantalón de su pijama le quedaba demasiado grande como para verlos, procesando ese hecho, fue corriendo a tropezones (gracias a la pijama) hasta el espejo de cuerpo completo dentro de su closet, soltando aquella frase y muchas otras junto a maldiciones.

—No me jodas, esto debe ser una maldita broma— exclamó frunciendo aun mas su ceño, bastante molestó mirándose mas detenidamente al espejo.

Por otro lado, un chico bicolor apenas se estaba levantándo de su futón, tallando su ojo derecho con la respectiva mano de ese lado, estaba listo para un nuevo día en la academia. Caminó a su armario tropezando con su pijama, cayendo de cara al suelo y apenas alcanzando a poner las manos para no lastimarse tanto. Fue en ese momento en que finalmente despertó completamente, llevó su mirada a su ropa, la cuál ahora era muy grande.

Se levanto como pudo, yendo con cuidado a su espejo dándose cuenta que ahora, era un niño, sus ojos se abrieron con sorpresa, escapándose un leve jadeó al ver su nueva apariencia, ¿Que debía hacer?, ¿Por que era un niño?, ¿Sería el único?.

Mas y mas preguntas inundaron su cabeza, hasta que finalmente decidió que lo mejor era hablar con su sensei, si el efecto que tenía era a causa de algún Kosei, seguro el podría borrarlo.

No perdió tiempo y fue rápidamente a darse una ducha en su baño personal, después se colocó su uniforme a pesar de que esta le quedaba bastante grande, tomo su mochila y con un poco de difícultad salió de su habitación con sus cosas, siendo su ropa un obstáculo en ese trabajo.

Regresando a la habitación de un pequeño rubio cenizo. Este había salido de bañarse mientras se colocaba su uniforme a regaña dientes, pues había decidido que lo mejor era acudir con su sensei, seguramente el mayor sería de ayuda.
Tomó su mochila y salió de su habitación, teniendo listo su Kosei para explotarle la cara a cualquiera que tan siquiera pensará en molestarlo.

Esta de mas decir, que ambos jóvenes robaron la atención de todos los que estaban al rededor.

A Todoroki le daba igual, mostraba esa clásica y característica indiferencia ante aquellas miradas, ya sean de curiosidad, de burla o cualquier otra, se limitaba simplemente a avanzar a su salón, para volver lo mas rápido posible a su forma original.

Bakugō claramente, era un caso diferente, este tan solo salir de su cuarto, ya le estaba gruñendo y amenazando a cualquier que tan siquiera respirara a su lado, claramente no estaba de buen humor.

El primero en ingresar al aula, fue Bakugō, pues este aun que estuvo maldiciendo por un rato, se paraba bastante temprano, además de que caminó a grandes zancadas hacía su salón, pues aun que ahora era mas pequeño, igual fue bastante rápido por querer volver lo mas pronto posible a la normalidad. Y ese deseó solo creció más cuando sus compañeros de salón comenzaron a rodearlo para ver a un mini Katsuki Bakugō.

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