He decidido seguirla aunque sigáis sin votarla. Solo os digo que cuando me canse de esto la dejaré, porque me molesta que seáis así.
Espero que os guste.
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"Si claro, al final del todo." -señalo mi profesor.-
"Señorita Hemmings debe acompañarme a habido un problema en su casa." -dijo el conserje.-
Recogí mis cosas rápidamente y salí corriendo a la puerta donde me esperaba el conserje.
"Deme el examen, lo terminara en el recreo que hay a quinta." -dijo mi profesor.-
No le respondí, seguí al conserje hasta fuera de la clase.
"Dígame que problema a habido señor porfavor." -rogué al conserje.-
"Es su padre señorita." -dijo serio.-
"Si, ya se que es mi padre. ¿Que le ha pasado?" -dije seria.-
"Me ha dicho que le comunique que no va a estar en casa en unas semanas por problemas de trabajo, también me dijo que le tomara una foto cuando le diera la noticia." -dijo el conserje riéndose.-
"¿Perdón? ¿Me está usted diciendo que mi padre no va a estar en mi casa en unas semanas?" -dije seria.-
El asintió.
"¿Eso es un problema familiar?" -dije enfadándome con mi padre.-
"Así me dijo su padre que se lo dijera." -dijo él riéndose aun mas.-
"Voy a matarlo. ¿Puedo volver ya a mi examen?" -dije seria.-
"Claro señorita."Llame a la puerta dos veces.
"¿Puedo pasar a terminar el examen?" -dije asomándome a la puerta.-
"Claro, pase." -me dijo mi profesor.-
Me dio el examen y lo acabé ya que solo me quedaban dos frases por terminar.
Sonó el timbre que anunciaba el recreo.
Estaba recogiendo mis cosas cuando noté una mano en mi hombro y me sobresalté.
El río.
"Te odio." -dije girándome.- "me has asustado."
"Te has asustado tu sola." -dijo Thomas riéndose.-
Yo rodé los ojos.
"¿Como te ha salido el examen preciosa?" -preguntó sonriéndome.-
"Muy bien, y ¿a ti?" -pregunte sonriéndole de vuelta.-
"Amo cuando sonríes." -dijo él serio.-
Yo me sonrojé lo imposible y baje la mirada.
"Te sonrojas fácilmente." -dijo riendo otra vez.-
"Tu me haces sonrojar." -dije dandole un leve puñetazo en el hombro.-
"Aiiii." -hizo un puchero.- "que bruta jo." -hizo otro puchero.-
No aguante mas y empecé a darle besos para que se le curara, se los daba en la mejilla, en una de esas giro la cara y nos besamos.
Al principio era extraño, pero luego entre abrí la boca para dejar paso a su lengua y el a la mía. El beso se torno a mas y me agarre a su cuello jugando con su pelo. El bajo sus manos hasta mi culo y lo apretó levemente para ascenderme un poco y llegar bien a su boca.
Una tos fingida nos sobresaltó y nos separamos.
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No caeré en tu juego.
RomanceAriel es una chica normal y corriente, tiene 15 años, está en el último año de instituto, ella no llama nunca la atención. En los recreos se junta con sus dos mejores amigos: Abigail y Eric. Son amigos desde pequeños, Abigail es dos años mayor que e...