"Han pasado tres años desde la última vez que nos vimos se siente como una eternidad y al mismo tiempo siento que solo pasaron algunas horas. Jamás me había enamorado de esa manera pero nunca dude que lo que sentía por ella era amor. La amaba tanto...
Después de tres años lejos de el país que me vio crecer, de mi familia y amigos, donde deje atrás tantas cosas, tantos amores.... hoy toca volver.
Miles de pensamientos llegan a mi cabeza mientras sostengo la perilla de la puerta del que ha sido mi hogar durante estos años. Observo cada rincón en su interior y por fin me decido a cerrar la puerta. Desde el taxi mis dos nuevos compañeros de aventura, Dani y Christian, me gritan ansiosos por perder el vuelo.
Chris: Dale mami que perdemos el vuelo! Te despides como si no fueras a volver nunca. Además ya me urge llegar a las bellas playas mexicanas y pasarla duro!
Dani: Anda flaca no querrás perder te de la fiesta!
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Christian es mi nuevo mejor amigo, mi alma gemela; lo conocí en el centro de rehabilitación. Hijo de un millonario dueño de una gran empresa de autos en España, el hermano menor y como sus padres lo llaman "la decepción de la familia".
Ambos éramos de lo peor que había en rehabilitación; fue justo cumpliendo un castigo como nos conocimos y desde ese momento nos volvimos inseparables. Ambos salíamos y entrabamos indiscriminadamente de ese lugar, tuvimos varias recaídas e incluso fuimos pareja un tiempo pero aquello no funciono. En una recaída fue cuando conocimos a Dani.
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Dani es una chica de buena familia, mitad española mitad mexicana que cumplía su servicio ayudando a las personas a rehabilitarse. Nos salvó muchas veces de ir a prisión o de que nos corrieran de ese lugar aunque después la volvimos un poco problemática como nosotros. Con el tiempo nos hicimos grandes amigos y al salir de ahí, ella nos ofreció quedarnos en su apartamento mientras encontrábamos empleo. Y fue así como nació nuestra ahora gran y reconocida empresa. Cabe decir que en algún momento también tuvimos una relación pero ambas decidimos mejor continuar nuestra amistad.
Estaba muy nerviosa, tenia mucho tiempo sin saber de mis padres y de mis amigos, ni si quiera sabia si seguían viviendo donde siempre, la ciudad era un mounstro enorme, lleno de edificios, más trafico del que recordaba y la mayoría de las avenidas habían cambiado. Llegamos al departamento donde pasaríamos los siguientes 4 meses. Un departamento de lujo en el centro de la ciudad con una increíble vista y a solo unos metros de la empresa de nuestro nuevo socio.
