XIX. Mentor

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-¿Es normal, esto? – pregunto Harvey mientras veía a su novio dormido bocabajo en aquella cama dorado. -Parece que esta inconsciente.
-Teniendo en cuenta que estamos hablando de un humano transformado en un demonio, sí esto es bastante normal.
Harvey miro a Ambrose (que aún estaba sin camisa) arqueando una ceja como para dar a entender que no estaba muy seguro de aquello.
-Harvey he tratado con ellos antes y te aseguro que esto es común, por lo general cuando se alimentan por primera vez tienen que descansar 24 horas para reponer energías, pero agregando que Nicholas experimento dos de sus transformaciones a la vez yo creó que despertara en unas 36 o 48 horas como máximo.
-Um…bueno.
-Ahora si me disculpas tengo que ir a ducharme porque apesto a sexo. – dijo agarrando su camiseta y comenzando a caminar en dirección hacía el baño de aquella habitación, pero a medio camino se detuvo repentinamente. -Oh y Harvey. – dijo el brujo mientras se giraba un poco pare verle. -Sobre la conversación que tuvimos hace rato no le des muchas vueltas, créeme que si lo hablas las cosas se pueden arreglar muy fácilmente, te lo dice alguien que ya estuvo en tu lugar.
-¿Eh? – contestó Harvey un poco confundido.
-¿De dónde crees que adquirí tanto conocimiento de demonios sexuales?- le dijo mientras esbozaba una sonrisa un poco picarona para luego girarse y finalmente adentrarse en aquel cuarto de baño dejando al joven mortal solo con sus pensamientos.

***

Nick se sentía como nuevo, de hecho, hacía mucho que no se sentía así de bien y a pesar de que se había perdido de los acontecimientos de los últimos dos días no le importo mucho pues apenas abrió los ojos se dio cuenta de la cantidad de energía que tenía, se sentía como cuando un aquelarre entero concentraba toda su magia para transferírsela a un brujo en específico. Tal vez ser in íncubo no iba a ser tan malo después de todo.
Salió de la cama del cuarto de invitados de la casa de los Spellman y se dirigió apresuradamente a la ducha para luego bajar y agradecer rápidamente a las tías de Sabrina por su hospitalidad y luego irse directo a la academia, pero sus planes fueron rápidamente mermados pues a penas bajo se dio cuenta que ambas tías, la propia Sabrina, Ambrose, Mambo Marie y el mismísimo señor oscuro estaban sentados en la sala de la casa de su amiga hablando pero cuando notaron su presencia rápidamente se callaron y todos lo miraron fijamente.
-Nicholas. – exclamo Zelda Spellman. -Por fin despertaste.
-Eh…sí, ¿Pasa algo?
-No, todo esta bien es solo que…
-Auntie, no le mientas. -dijo Sabrina. -Acordamos que íbamos a decir las cosas claro y de frente.
-¿Eh? – preguntó el moreno un poco confundido. -¿Qué está pasando?
-La buena noticia es que completaste de manera satisfactoria tus dos primeras transformaciones y desde ese día no ha habido nuevos cambios. – dijo Ambrose como tratando de aligerar la situación.
-¿Cuál es la mala?
-La mala es que sigues siendo primerizo en esto, por lo que tu capacidad de control sigue siendo muy inestable. – dijo la sacerdotisa.
-Oh.
-Entonces todos hemos llegado a la conclusión de que necesitas un mentor.
-¿Un mentor? Oh bueno eso no suena tan mal, pero ¿Dónde lo van a conseguir? Pensé que habían dicho que los íncubos y súcubos son una raza extinta.
-Y lo están, o por lo menos eso se cree, no tenemos idea de si algunos pudieron escapar, pero de igual forma no accederían a revelar su ubicación por miedo a ser cazados. – explico el brujo Spellman.
-¿Y entonces dónde lo van a conseguir? – volvió a preguntar el chico que aún seguía bastante confundido.
-Bueno eh… verás, los íncubos son una raza extinta pero su creador aún vive. – espeto finalmente Ambrose.
Y entonces Nick lo entendió todo. Entendió porque era una mala noticia, entendió lo que le estaban tratando de decir y sobre todo entendió porque el señor oscuro estaba en aquella casa.
-Ni lo sueñen. – dijo en modo casi automático. -Ni muerto voy a dejar que Lucifer sea mi mentor.
-Nick, tranquilo mira tal vez…- intentó decir su amiga rubia.
-¡Tal vez nada! – gritó y entonces sintió como una ola de energía recorría todo su cuerpo a la par que sentía como un liquido azul invadía sus ojos.
-¡Nicholas! – exclamó Zelda mientras se levantaba de su asiento y se acercaba a él por lo que el chico instintivamente se echó hacía atrás y tomo una posición defensiva como tratando de evitar que lo atacarán. - A esto nos referimos Sr. Scratch. – continuo la mujer mientras seguía acercándose. -Eres extremadamente volátil y necesitas a alguien que te ayude a trabajar en tus nuevas habilidades.
-Estoy de completamente de acuerdo. – comenzó a decir Nick. -Y estoy dispuesto a aceptar a un mentor, pero de ninguna manera voy a aceptar quien me enseñe sea ese hijo de puta. – espeto el chico.
-¿Y si no soy yo entonces quién? – preguntó el señor oscuro, abriendo su boca por primera vez desde que Nick había bajado.
-Encontraré a alguno, estoy seguro de que no todos están muertos.
-Yo también lo estoy, pero no creo que vayan a ayudar al amigo de la actual reina del infierno y vamos que en el remoto caso de que los encontraras, ¿Quién te asegura que lo harás antes de perder el control?
Nick dudó.
-Mira Nicholas, yo no necesito hacer esto. Esto no es mi problema, bien podría irme en este instante y dejar que ustedes resuelvan las cosas, realmente solo estoy haciendo esto porque las Spellman tienen algo que yo necesito y me ofrecieron un trato pacifico para que las dos partes obtuviéramos lo que necesitábamos pero si no estás interesado bien puedo conseguir lo que quiero usando los viejos métodos, pero si tu odio hacía mí es más importante que tus amigos, tu aquelarre y que tú novio mortal pues supongo que yo ya no tengo nada que hacer aquí. – dijo Lucifer mientras alzaba su mano para tronar los dedos y retirarse en una bola de fuego como estaba acostumbrado.
-Espera. – dijo Nick justo en el momento que el padre de Sabrina tronara sus dedos. -Sí aceptó… ¿Me prometes que me vas a ayudar a controlar mis poderes?
Lucifer sonrío.
-No solo eso muchacho, puedo enseñarte a controlar tus poderes de íncubo y a fusionarlos con tus habilidades de brujo. Puedo ayudarte a convertirte en una de las criaturas más poderosas que jamás se haya visto. – pronuncio el macho cabrío con una sonrisa maliciosa que claramente escondía dobles intenciones, pero Nick no tenía tiempo para sobre analizar las cosas así que decidió ignorarla. -¿Entonces muchacho? – preguntó el señor oscuro mientras se acercaba al mitad brujo. -¿Qué dices? – preguntó mientras le extendía la mano.
Nick vacilo por un momento, haciendo que un silencio abrumador se apoderara de aquella peculiar sala, pero finalmente tomo una decisión. No estaba seguro si era una buena decisión o si sería uno de los peores errores de su vida, pero el bienestar de Harvey, sus amigos y del aquelarre en general era su única prioridad así que no tenía muchas opciones.
-Esta bien. – dijo Nick, pero sin estirar su mano para estrecharla con la de él. -Dejare que seas mi mentor. – admitió Nicholas.

***

La verdad era que a Lucifer siempre le había interesado mucho el brujo Scratch por una gran cantidad de razones, incluso desde antes de que su hija lo atrapará en el cuerpo de este. No había duda de que el chico era extremadamente particular y un verdadero secreto en muchísimos aspectos e incluso después de haber habitado su mente por un tiempo nunca pudo descubrir mucho acerca de él, así que ahora que se le presentaba la oportunidad de investigarlo, ponerlo a prueba y sobre todo poder moldearlo a su antojo pues por supuesto que iba a tomar la oportunidad.
Lucifer estaba completamente seguro: Nicholas Scratch iba a ser el futuro del inframundo.

NOTA: La escena de Nick, Harvey y Ambrose la van a poder leer más adelante como capítulo especial, está escrita pero no me gusta del todo entonces no quiero subir algo que no me termina de convencer. Denme tiempo para re escribirla y que quede como quiero.

Restore Me (Narvey AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora