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Era una tarde de otoño donde Doyoung salía de su agotadora jornada laboral.

Doyoung, quien a sus 28 años ya tenía sobre sus hombros una gran carga de estrés al trabajar como sub gerente de Marketing en una cadena de televisión muy influyente en Corea, se encontraba muy ansioso debido a los últimos eventos vividos.

Últimamente había presentado una gran racha de mala suerte.

Su novia le terminó porque en sus palabras se había vuelto alguien mucho más aburrido, su carro del cual tenía mucha dependencia emocional fue chocado por un imprudente sin dejar dejar evidencias y no sólo hizo eso eso sino que también le acabaron robando ciertas piezas. Y por eso, este sería su segundo día viajando en el tranvía.

Pero también está mala suerte se trasladó al trabajo debido a que ese mismo día había presentado un reporte mensual a su empresa sobre las proyecciones futuras de los índices de audiencia y las propuestas de inversión que lo volverían realidad, trabajo que le costó tres meses compilar.

Al parecer, el reporte de posibles planes de inversión que realizó no fue satisfactorio para el gerente del área así como para las relacionadas y le exigieron rehacerlo desde cero. Por ello mismo, sus energías se encontraban apagadas y en total estado de tristeza, divisaba su despido no muy lejos.

¿Qué te está pasando Doyoung?, tu no eras así. Frase que le estaba taladrando la cabeza, frase que coincidentemente le fueron repetidas reiteradas veces. Se la dijo su novia, su madre, su superior en el área, sus amigos y ahora se lo dice a sí mismo.

Fue un pésimo día, pero no puede ponerse peor. Dijo un Doyoung agotado mientras cruzaba la calle.

Cuando de repente empezó a llover.

ーSi, si puede ponerse peor. ー

La lluvia aumentó su fuerza con el paso de los segundos por lo que forzó a Doyoung a buscar el techo de un paradero para no mojarse ya que no tenía un paraguas consigo.

La tarde no podría estar con un ambiente más lúgubre, por ello mismo se detuvo un momento para divisar a su alrededor y lo que observó no fue nada más que un cielo nublado. Si dijera que era una madrugada de invierno a alguien que no estuviera allí en ese momento, le creerían.

Un típico ambiente de ciudad estresada.

Una ciudad totalmente gris, abrazada por el concreto y con la constante obsesión de rezagar a las plantas para cambiarlas por más concreto.

Una ciudad donde se rechaza al mismo sol reemplazandolo con nubes cargadas de monóxido de carbono y diversos gases tóxicos absorbidos por las emisiones de los autos.

Una ciudad con los carriles principales a tope de carros y con personas yendo de un lugar a otro con aspecto deprimente ignorándose entre sí, e incluso el mismo hecho de que estaban siendo sometidos por la lluvia. Pero por supuesto, nada de eso importaba si tenían el paraguas. ¿Qué podría tener la posibilidad de detenerlos? Exacto, NADA. Sólo son simples zombies quienes se sienten más que satisfechos de llegar a su destino, nada más importa. El ideal es que mientras más indolente, perfeccionista, insensible, racional, astuto, hábil, inteligente seas, mejor te irá en la vida. En pocas palabras, está de moda aspirar ser un robot y al parecer nadie lo cuestiona, hasta es celebrado. Qué ironía.

Si alguien le hubiera dicho que realmente así iba a la vida adulta, si es que a eso se le podía llamar vida, no hubiera titubeado en escoger estudiar agronomía o algo que lo alejara de la ciudad principal. Muchos condicionan que la felicidad depende de la capacidad adquisitiva que se consiga gracias a la profesión o trabajo pero no siempre es así. Doyoung tiene dinero, los que muchos de su edad desearían tener, pero aún así es consciente de que no es feliz.

Pero ya era demasiado tarde, ya estaba siendo absorbido por la deprimente y monótona rutina, con cero motivación intrínseca y nulidad emocional.

Qué más queda, es menos doloroso seguir la corriente y fingir que todo anda bien.

Doyoung decidió distraerse por un rato con las redes sociales, benditas y malditas pero a su vez consoladoras.

De repente vio a un tranvía acercarse a lo lejos, y efectivamente resultó el que empezó a usar para irse a su casa así que espero a que este estacionara pero no sucedió. Pasó de frente de sus narices.

Esto es el colmo, Doyoung no lo podía creer.

Enfurecido, solo atinó a ponerse colérico y patear el poste del paradero.

ーMala idea, muy mala idea Doyoung. Solo terminaste arruinando tus zapatos favoritos, AHHHHH, DEMONIOS.ー Exclamó Doyoung quien estaba perdiendo realmente la paciencia pero al ver que su cólera al mundo no le estaba ayudando en nada, solo atinó a esperar. No quería tomar un taxi porque tenía temor de que su mala suerte se viera reflejado en un secuestro o algo por el estilo, y no quería correr el riesgo.

ー Prevenir antes que lamentar Doyoung, prevenir antes que lamentar. musitó para sí mismo.

Por lo que optó por esperar la llegada del siguiente tranvía.

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Una historia corta dedicada con mucho amor para mi querida tocaya por el día de su cumpleaños n°18 :') te quiero mucho~

Me esforcé en no ser morbosa jajajajaj aunque suene extraño pero realmente me costó xd espero que te guste 💜

Pdt: Me olvidé de subirlo ayer XD v': el saludo a tiempo pero el regalo tarde, lo importante es que ya esta subido 😎😂

Besos y abrazos psicológicos💜

RAIN. [DoTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora