II

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Luego de ocho largos minutos de espera, llegó el tranvía.

Cuando la puerta se abrió Doyoung entró con mucha velocidad evitando mojarse más. Al estar dentro, tomó consciencia de lo silencioso que estaba ya que las personas se encontraban enfocándose en sus asuntos e ignorándose entre sí. El chófer solo lo miró y Doyoung ya sabía que hacer.

Cuando giró para mirar al pasillo principal sintió que fue un golpe de suerte ver al fondo un asiento vacío.

Tomó una bocanada de aire y se dirigió al asiento.

Cuando tomó asiento exhausto un leve avistamiento hacía la persona que estaba sentada delante suyo lo tomó de improviso.

Frente a él yacía una persona durmiendo plácidamente en su asiento cerca de la ventana.

Era un hombre vestido formalmente, de cabellos rojizos, quien al parecer estaba tomando un breve descanso antes de llegar a su destino.

Pero eso no era todo, su paz era envolvente y hacía muy buen contraste con el color lúgubre del día adornado con aquella nubosidad característica generada por la lluvia.

¿Era posible que alguien se viera tan bien durmiendo?

¿Era siquiera correcto que un extraño se quedase viendo por un largo rato a alguien durmiendo?

Doyoung con siquiera pensarlo se sonrojó y se esforzó en desviar su mirada para enfocarse en su maletín.

Pero no pudo resistirse y volvió a pecar observando pero esta vez con mayor atención.

Realmente era un hombre hermoso pero tenía un sentimiento de tristeza retratado en su rostro, y mirando a más detalle pudo observar un leve rastro de humedad en sus mejillas.

¿Ese sujeto había estado llorando? ¿Por qué? ¿Qué le habrían hecho? ¿Qué le habrían hecho?

Y de repente Doyoung se asustó de sí mismo.

¿Cuando en su vida se había empezado a cuestionar sobre gente extraña? ¿Por qué de repente siente un impulso inherente de querer conocer al bello extraño quien se hallaba en un sueño profundo frente a él?

No lo sabe pero lo que sí tiene claro es que quiere entablar conversación con él pero no sabe cómo. Está dormido, no hay forma de establecer una conversación o simular un accidente como excusa para tener un motivo para hablarle. Nada.

Era cosa de locos estar pensando todo eso sobre cómo conocer a un extraño, pero con aquello se encontraba rompiendo la rutina monótona la cual cruelmente se había forzado a abrazar.

Resultaría ridículo pensar que fácilmente podría iniciar una conversación con una persona que probablemente nunca más volvería a ver.

Pero no podía negar que había quedado totalmente cautivado por su belleza y el aura misteriosa que se formó luego de descubrir el rastro de sus lágrimas.

RAIN. [DoTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora