Una disculpa

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Tu y Bakugo se llevan bastante bién, molestandose mutuamente durante más de un año.

Eres solitaria y fria la mayoria del tiempo, pero de vez en cuando sí sonries, sobre todo cuando molestas a Katsuki ya que te parese cómico su poca paciencia y explosividad.

Tus mejores amigos son Mina, Katsuki y Kirishima.

Parte: 1/2

- imbécil... - apenas pudiste decir por la rabia que estabas conteniendo, te diste media vuelta y dejaste atras al rubio ceniza y Kirishima, quien habia observado toda la escena y se fue detrás de tí.
Llegaste a ti habitación y dejaste de contener las lágrimas de rabia y te sentaste a los pies de tu cama, escondiendo tu rostro en tus rodillas.
Como se había atrevido?. Él sabia perfectamente como pasaron las cosas ese día, por que derrepente te daba este golpe tan bajo.

Despues de unos minutos alguien tocó tu puerta.
- ____, estás bien? Soy Kirishima - te levantaste, respiraste y secaste tus lágrimas para abrir la puerta y ver a tu amigo pelirrojo preocupado.
- estoy bien Kirishima, solo tengo ganas de matarlo - dijiste seria, no lo decias completamente en serio, pero si querias golpear a la rubia musulmana. Tu amigo sonrió aún con preocupación, pero aceptó dejarte sola, ya que la mayor parte del tiempo lo estabas y así te sentirias más cómoda.
- ok... si necesitas algo me avisas, no importa que sea ni cuando sea, ok? - asentiste y sonreíste un poco para tranquilizarlo.

Te quedaste sola en tu habitación maldiciendo de todas las maneras posibles a tu "amigo", se lo merecia, como se atrevió a atacarte de esa forma, la mayoria del tiempo peleaban para molestarse mutuamente, pero esta vez se habia pasado metiendo a tu familia y diciendo el típico argumento que todo el mundo te decia en tu antigüo hogar fuera de Tokyo. Cuando te mudaste no hablaste con nadie sobre ese día, la única persona que lo sabia era Naomi, la chica amiga de tu difunto hermano quien se hizo cargo de tí tras la muerte de toda tu familia, y Katsuki, a quien se lo dijiste un día sin tenerlo si quiera planeado y despues de eso no volvieron a tocar el tema, hasta hoy...

Pasaron semanas y tú ignoraste por completo al chico, aunque él tampoco parecia querer acercarse (no te sorprendia esto, por lo orgulloso que era te parecia imposible escuchar una disculpa provoniendo de él). Todos estos días tanto Katsuki,como tú no comian en la mesa junto con el resto de sus amigos, él comia en la asotea de la institución y tú en el jardín ya que preferias estar sola.

Un día, al terminar las clases, te pusiste tus audifonos, tomaste tus cosas y saliste del salón como siempre, pero esta vez el rubio ceniza comenzó a seguirte, tu caminaste más rápido, no querias ni verlo.
Llegaste a tu habitación casi corriendo e intentaste cerrar la puerta pero el chico explosivo que iba detrás de tí puso su mano y lo evitó, luego tomó tu brazo para que voltearas.
- Qué mierda quieres?! - dijiste con enojo viendolo directamente a los ojos. Él no contestó nada, parecia querer hablar pero no encontraba las palabras, así que tú hablaste.
- sabes, confié en tí mas que en Mina o Kirishima - comenzaste a sacar unas lágrimas por la rabia y la decepción hacia el rubio ceniza.
- creí que apesar de lo orgulloso, arrogante y explosivo que eres podrias como mínimo no hablar de eso... - el chico frunció aún más su seño y bajó la mirada, estaba arrepentido.
- confiaba en tí, y ahora cada vez que te veo, me dan ganas de romperte la cara - dijiste con la voz quebrada por el llanto.
- pues hazlo - dijo el chico y te volteó a ver a los ojos.
- ¿?... así solucionas las cosas?! Crees que con solo golpearte te perdonaré?! - esta vez hablaba más tu enojo que tú misma, pues despues de tanto tiempo como amiga de Katsuki sabias que esto era lo más sercano a una disculpa que obtendrias de él, y no por esto, queria decir que estaba mal, pues él se disculpaba a su manera y las palabras no eran lo suyo.
- No!... pero sé que si solo me disculpo no será suficiente... - quedaste un poco sorprendida, el chico no queria que le dieras tu perdón, queria ganarselo. En este punto ya se lo habria ganado pero no pensaste y comenzaste a golpearlo en la cara. Él no se defendía, solo estaba recibiendo los golpes y resistiendo.
De pronto dejaste de golpearlo y agachaste la cabeza.
- pero no te quedes quieto.... por lo menos haz algo... - susurraste mientras llorabas y ambos trataban de calmar sus respiraciones despues de los golpes que le habias dado.
- lo siento... - dijo el chico y sin pensarlo, lo abarazaste dando a entender que ya lo habias perdonado y él correspondió a tu abrazo dejandote un poco sorprendida.

 - dijo el chico y sin pensarlo, lo abarazaste dando a entender que ya lo habias perdonado y él correspondió a tu abrazo dejandote un poco sorprendida

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