Conociendo al Conde

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Jane POV's

Otra vez miré a través de la ventana del carruaje y mentalmente puse los ojos en blanco. El vestido negro ceñía mi cintura y apresaba mis pulmones que anhelaban respirar profundamente. Hacia una semana había fallecido mi padre, recién ahora era libre... bueno ni siquiera ahora lo era, ya que en su testamento dejo fijado que, tras su muerte, debía irme a vivir bajo la tutela de un hombre al que nunca había visto... Cecyl Nichols, El conde Bradford, quien sospechosamente era un desconocido para casi todos en la gran y chismosa sociedad de Londres. Si había un lado positivo a todo el asunto, y estaba decidida a encontrarlo, debía ser que su casa... más bien la abadía en la que vivía, se encontraba muy alejada de la ruidosa ciudad en la que había nacido y había pasado mis escasos pero atormentados 18 años de vida. Tenía pocos recuerdos de mi madre, la cual había muerto cuando yo tenía apenas de ocho años, y desde ese momento me había considerado una huérfana, ya que para mi padre solo existía cuando se encontraba solo y deseaba desquitar su amargura en alguien. Entonces me mandaba a llamar a su estudio, y allí pasaba largos y amargos momentos en los que se dedicaba a señalar todos y cada uno de los defectos que él veía en mí, defectos que, si bien yo me esforzaba por ocultar o enmendar, siempre estarían allí para sus ojos.

No estaba bien que no lamentara la muerte de mi progenitor, pero nunca había actuado como un padre para mí, me había ignorado durante toda mi infancia y sólo se había mostrado levemente interesado en mi persona cuando había cumplido la edad suficiente para ser presentada a sus amistades. Si bien nunca me lo dijo, siempre sospeche que estaba en sus planes casarme con algunos de ellos... Sólo Dios sabía porque no lo había hecho.

Abri mis ojos, sin saber en qué momento los había cerrado y enfoque mi mirada a través de la ventana del carruaje. El vidrio estaba empañado por la diferencia de temperatura entre el interior del pequeño ambiente y el frio viento producto de la noche. Afuera solo se veía oscuridad, si bien no era tan tarde, el día había estado particularmente gris y al caer el sol, una bruma espesa y misteriosa había cubierto todo. Cansada después de tanto ajetreo cerré los ojos y deje que el constante traqueteo de las ruedas sobre el suelo del camino y los cascos de los caballos, me arrullara y así me entregue al sueño, sin saber con lo que me encontraría al volver a abrir mis ojos.

James POV's

- Su excelencia... entienda que la joven en cuestión no tiene nadie más. Esta semana estuvo conviviendo con la vecina solo para poder cumplir con los oficios por la muerte de su padre, pero...

-Está bien Charles! - gruñí, solo para que el insufrible hombre cerrara la boca.

-"De cualquier forma en unos meses deberá ser presentada en sociedad y así podrá casarse y dejar de ser una carga para mí."- pensé. Con una leve inclinación de cabeza despedí a mi abogado, y me levanté para servirme otra copa de borbón, mire a la lejanía, a través de la ventana de mi estudio, apenas se podía percibir algo más allá de los árboles que separaban el patio trasero de mi humilde morada, con el resto del bosque que le precedía. Un día común a esta hora ya estaría borracho, no me gustaba el crepúsculo; mis demonios estaban más libres en ese momento, expectantes para atacar al menor atisbo de debilidad por mi parte. Pero no podía sentarme y perderme en la neblina del alcohol hasta que no llegara "la joven en cuestión", me pregunté porque había accedido a tener una protegida. No es como si yo estuviera en condiciones de poner a nadie bajo mi tutela, apenas si era capaz de mantenerme a mí mismo, contemplé la idea de preguntarle a la Sra. Carson si creía una buena idea que consiguiera una dama de compañía para la Señorita Whiteshaft, pero decidí dejar eso para el futuro, primero debía conocerla y decidir qué haría con ella... ¿A quién quería engañar? Desde que su padre había tratado de vendérmela como pago por sus deudas de juego, hacía mas de dos años, había decidido que me haría cargo de asegurarle un mejor futuro de que seguramente tenía con su padre.

Susurros nocturnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora