Bienvenido a mi hogar

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-claro- dice Mariann un poco dudosa -sígueme es por aquí-.

Afortunadamente su familia había salido por comida para Emily, su sobrina, y la cabaña donde viven estaba sola.

Caminaron aproximadamente cinco minutos en un terreno accidentado. Cuando estaban por llegar, Daryl se detuvo un momento al ver por el rabillo del ojo una luz deslumbrante azul, se gira completamente para ver lo que era y ve una apertura en el piso, dentro de él, había agua, así es, era un cenote. Mariann siguió su camino unos pasos más, pero al no escuchar los pasos de Daryl se detuvo y vio la cara de aquel hombre, sorprendido, podía llegar a decir que era una cara de estar encantado por lo que veía. Mariann se ríe y dice con una sonrisa mientras se tapa el sol con su mano:

-¿Nunca habías visto agua? Vamos, sígueme-.

Daryl se ríe y sigue a la mujer. Caminaron un poco más hacia abajo para entrar al cenote, Daryl entre más se acercaban, más se impresionaba por la cantidad de agua y lo cristalina que estaba. Por fin llegan hasta abajo y rodean el cuerpo de agua hasta que se topan con un hueco entre las ramas. Mariann se mete agachándose un poco entre aquel hueco oscuro y Daryl procede a hacer lo mismo. Dentro, Mariann abre una puerta pesada de madera y es así como entran a la casa. Daryl se asombra por lo bien decorada y limpia que está, pues en estos días de apocalipsis era extraño ver una casa en tales condiciones. Hay plantas verdes en todos lados, pinturas colgadas en las paredes, cojines en los sofás de colores cálidos y ventanas escondidas que dan hacia el mismo cenote, teniendo una vista impresionante. Mientras mira alrededor de la casa, Daryl pregunta:

-¿Hay alguna razón de porqué está tan escondida esta casa?, ¿estás en peligro?- Esta última pregunta la hace mirándola a los ojos.

-Ya no, fue hace tiempo pero ya pasó-. Dice suspirando y esquivando la mirada de Dixon.

De pronto suenan unas pisadas livianas dentro de la casa.

-Hey!- saluda y acaricia a Osi, el perro de Mariann.

-Bueno, tan sola no estoy, estoy con Osi, mi perro de casi toda la vida, ya está un poco viejo y estoy intentando que sus últimos días sean los mejores... aunque vivamos en un mundo que ya no es apto para tanta bondad-. Dice mientras acaricia a Osi.

Daryl se queda mirando un momento aquella escena, pues está pensando en lo último que dijo Mariann, pero cuando la chica se levanta y hacen contacto visual, decide comenzar a caminar por toda la casa, y al mismo tiempo, Mariann aprovecha para esconder algunas cosas de su familia, con la intención de que Daryl no supiera de ellos y poder protegerlos.

Llegan a una especie de estudio y Daryl se acerca al escritorio que tiene una vista preciosa al cenote:

-¿esto es tuyo?-. Dice Daryl enseñándole un cuaderno.

La chica se lo arrebata y lo aprieta contra su pecho:

-Sí, me gusta dibujar y pintar, de hecho estudié artes plásticas, y cuando todo esto empezó, estaba por terminar mi segunda carrera, la que debí de estudiar desde un principio... maestra de primaria... no acabé la carrera pero este año iba a graduarme ¿cuenta?

Daryl suelta una risa forzada y mientras está a medio sentar en el escritorio con sus brazos cruzados, sigue viendo curioso todas las obras de arte que yacían en el mismo mueble.

-Mi hermano de pequeño quería estudiar artes plásticas, pero nunca lo logró- dice Dixon con cara desanimada y para no hacer incómodo el ambiente, sale de aquel estudio y sigue revisando la casa.

-Lo siento mucho, ¿murió antes de esto?- le pregunta mientras lo sigue.

Daryl se queda callado y Mariann entiende que no debió preguntar eso.

-Lo siento-. Repite Mariann.

Después de eso, todo el camino mientras Daryl pasaba cuarto por cuarto estuvo callado hasta que terminó de revisar y dice:

-¿Estás segura que no quieres conocer Alexandria?- Mientras se dirige a la puerta de salida.

-Estoy bien aquí Daryl, gracias-. Dice con los brazos cruzados.

-Bueno, adiós.

Daryl se da la vuelta y gira la perilla de la puerta para salir.

-Espera...

Daryl se para y vuelve a voltear hacia ella:

-¿Qué pasa?

-¿Por qué volviste? ¿Qué tal que si soy peligrosa? ¿Así confías en toda la gente que acabas de conocer? De ser así, me sorprende que sigas vivo.

-No lo eres-. Dice serio pero con una media sonrisa de lado.

-¿Cómo sabes?-. Pregunta Mariann con los ojos entrecerrados para expresar aún más su duda.

-Porque ayer lo noté... salvaste primero a un perro que a una persona... a mi criterio, ninguna persona mala haría eso.

Mariann se ríe:

-Lo siento por eso, tengo una debilidad por ellos.

Daryl se une sin querer a su risa, ambos se ríen mientras se miran a los ojos, pero Daryl se siente incómodo así que baja su mirada, pero su sonrisa sigue ahí:

-No te culpo, yo también.

Mariann también gira su mirada hacia otro lado, y en un silencio incómodo, la chica dice:

-Bueno, se hace noche, debes irte ya.

Daryl rápidamente quita la sonrisa y mirándola a los ojos dice:

-Sí, adiós.

-Adios.

Daryl volvió a mirarla a los ojos por última vez y se da la vuelta rápidamente para no arrepentirse, sale del cenote y toma camino hacia Alexandria, mientras que Mariann organiza la casa de nuevo para no alertar a su familia de que alguien desconocido estuvo en su hogar.

[La imagen de arriba es un cenote y ahí abajo es donde está la cabaña de la familia de Mariann.]

Para siempre...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora