parte unica

109 16 2
                                    

No siempre las noches son cálidas, de vez en cuándo se sienten gélidas y solitarias como hoy. Claro, tiene algunos toques que dan color y la hacen viva, como las ínfimas gotas de lluvia que resbalan por cada esquina de la ya empapada ventana. Veo como cae cada gota desde la pequeña planta que deje fuera para ser refrescada por el viento y lluvia que esperé todo el día. Pero aún así creo que me falta algo.

Siento que el aire cada vez se torna más frío así que decido ir en busca de alguna cobija para seguir en esa cómoda posición en la que me encontraba, con la cual podía ver el balcón de mi apartamento.
Pensé, por un momento, en prepararme un café para no dormir, pues tenía la esperanza de ver entrar a Leorio por la puerta y así ver la pequeña lluvia tormentosa juntos.
Claro que si el llegara sería un milagro.

Aún así me prepáre aquel café, más que nada para no sentir la alta temperatura que hay en el lugar. Me volví a sentar junto a aquella ventana con mi cobija y taza de café que preparé hace unos minutos. Me siento tan relajado con solo escuchar la lluvia chocar contra el pavimento y los autos empapados de lluvia que yacen por la calle. Es un sentimiento tan reconfortante que no se describir con palabras, pero por más bien que me sienta sé que me falta algo para seguir escuchando la lluvia en paz.

Estan por ser las dos de la madrugada, pienso seriamente en que necesito ir a dormir. Probablemente Leorio llegue por la mañana y estaré con sueño, prefiero dormir para esperarlo con mi mejor cara y ayudarlo en lo que necesite. También me gustaría salir junto con el, pero eso lo dejaré para otra ocasión.

Mientras voy a dejar la taza de café a la cocina para posteriormente ir a mi habitación escucho las llaves siendo colocadas en la puerta y el sonido de ella abriéndose de forma calmada y lenta, más que nada sigilosa.
Tengo miedo, estoy pensando en lo peor, ¿Y si es alguien que entró a robar? No, ¿como tendría las llaves? ¿Y si las robó de Leorio? O puede que sea Leorio. No, el debería llegar por la mañana. Me acerqué sigilosamente pues normalmente pienso lo peor. Pero mi corazón empezaba a volver a su ritmo original y mi postura volvió a la anterior al darme cuenta que era Leorio, aún así seguía sorprendido de que estuviera aquí.

Al verlo entrar por la puerta con mucho cuidado y sigilo, tratando de no hacer ruido proque probablemente no quiere despertarme, se hacía muy tierno a mis ojos. Estaba tan concentrado en quitarse sus grandes zapatos que no se fijó en mi presencia. Lo vi por unos segundos más cuando de sacarse sus zapatos pasó a su gran abrigo. Para cuando terminó comenze una conversación sin que el se diera cuenta de que yo estaba ahí.

-Hola, Leorio. ¿Que tal el trabajo?.- Creo que lo asusté un poco ya que abrió demasiado sus ojos para mirarme, aunque probablemente fue por la falta de luz. Lo único que iluminaba dentro de el pequeño lugar era la luz de la luna que entraba delicadamente por las cortinas que cerré al levantarme hace un rato.

-¡Rayos!, ¿Te desperté?, ¡Lo siento tanto!.- Se acercó a mi, ya sin zapatos, me dio un pequeño abrazo y para recalcar nuestra gran diferencia de altura dejo un pequeño beso sobre mi cabeza. De igual forma lo abraze aunque estaba con su camisa un poco húmeda por la lluvia, al igual que sus pantalones.

-No te preocupes, estaba despierto de hace un rato.- Deje de lado el abrazo. Iba en busca de algo para que Leorio se pudiera secar pero me detuvo en el acto con un toque en el hombro y tomó la palabra primero.

-Ya se que vas por algo para secarme, no te preocupes. Me haré un té y luego me iré a duchar para que por hoy durmamos juntos. ¿Te parece?.-

-¿Y si te digo que iba a dormir y no a buscar algo para secarte?.- Dije solo para burlarme y claro que el lo sabía. Dio una pequeña risa y fue directo a la cocina mientras yo lo seguía por detrás.

lluvia || leorio paladiknight Donde viven las historias. Descúbrelo ahora