Capítulo 3

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-¡Despierta idiota!- Wei WuXian abrió los ojos sobresaltado.

Miró a Jiang Cheng molesto mientras se frotaba los ojos- ¿Que formas son estas de despertarme?

-Agradece que no te desperté a patadas maldita sanguijuela- Los ojos de Jiang Cheng parecían enviar dagas al rostro somnoliento de Wei WuXian.

- ¿Qué ocurre? - Comenzó a estirar los brazos mientras bostezaba-No es como si fuese algo nuevo que tome una siesta, ¿por qué después de tantos años juntos no te terminas de acostumbrar a mí? -hizo un puchero exagerado mientras se sentaba.

- ¿Acostumbrarme? ¿A qué exactamente? ¿A lo irresponsable que eres? ¿A lo inútil que eres? ¿A como siempre logras hacerme perder cara? - Wei WuXian bufo en protesta- Escúchame bien inútil, tienes un discípulo y TU mismo dijiste que como era solo uno ibas a poder hacerte cargo de él.

Wei WuXian- Correcto.

-Entonces ¿sabes que maldita hora es? – Bastaba una sola mirada al acusado para saber que no tenía idea ni de que día era. -Son las 8 de la noche, al pasar por tu patio vi a Lan WangJi practicando formas de su espada, le consulte si hablo contigo y me dijo que después de la selección no volvió a verte, ¿sabes siquiera si comió algo? ¡Maldita sea Wei WuXian no soy una niñera!

-¿Entonces me delato? Maldito niño, no se puede confiar en un discípulo así- Jiang Cheng quería matarlo, el tono de burla en la voz de Wei WuXian era evidente.

- Deberíamos castigarlo sin comer por ser tan poco filial- Sugirió al mismo tiempo que esquivaba un manotazo de su hermano.

- ¿Estás loco? ¿Desde cuándo matamos de hambre a nuestros discípulos? - Jiang Cheng se sentó junto a él y lo miro a los ojos. -Dime, ¿realmente te desagrada?

- ¿Qué te ocurre? ¿Por qué pareces tan interesado en saber si me agrada o no? - Se levantó de un salto de la cama- Iré a buscarlo así no muere de hambre, mira lo buen Shizun que soy.

Camino por los pasillos de su residencia y noto que estaba todo oscuro, cuando él se acostó todavía brillaba el sol en lo alto del cielo. La oscuridad solía ser común en sus pasillos, olvidaba pedir que renueven los talismanes de luz, y los sirvientes no podían hacerlo por su cuenta porque él no les permitía la entrada a su residencia, no le gustaba la idea de tener gente sirviéndolo.

Camino hasta que, a lo lejos en el jardín, diviso a una pequeña figura practicando... no, la palabra correcta era danzando, porque ver los movimientos que hacía era realmente algo magnifico, era muy difícil creer que un niño de su edad maneje tal destreza y elegancia al empuñar una espada. Wei WuXian no podía negarlo, Lan Zhan siempre había tenido talento, siempre fue fácil enseñarle, unas pocas palabras y el repetía todo a la perfección, ya sea en el manejo de la espada o en la escritura de talismanes siempre fue un prodigio. Pero no era solo eso, él era rápido para pensar, para tomar decisiones, para analizar. Era el sueño de cualquier maestro, cualquiera ganaría fama y prestigio al ser llamado su Shizun, pero a Wei WuXian no le interesaba eso. La fama y el prestigio eran algo que ya tenía y no le importaba, en cuanto al discípulo en específico... bueno ese niño le importaba menos. Si fuese libre de decidir lo hubiese despachado con el resto de mocosos.

-Lan Zhan- Wei WuXian se acercó con su mejor sonrisa, a paso lento y con los brazos detrás de su espalda- Vaya que tienes talento, esas formas fueron realmente impresionantes, te felicito.

Lan Zhan enfundo su espada y se inclinó para saludarlo. Finalmente levanto la mirada y lo observo antes de hablar.

-No fue nada Shizun, solo unas cuantas formas que me enseño mi hermano-Los ojos dorados de Lan Zhan brillaban bajo la luz de la luna, eran tan brillantes que parecía que el sol salió en medio de la noche. Wei WuXian pensó que si fuese cualquier otra persona la que mirase a Lan Zhan en este momento pensaría que se ve adorable, pero el no, él lo odiaba.

Un amor de cuatro estacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora