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–A-ahh~ J-ji...–las palabras quedaron volando en el aire, sus labios se habían unido nuevamente mientras sus lenguas luchaban una torpe guerra por llevar las riendas. La piel porcelana del menor brillaba por el sudor, al igual que la del moreno pelirojo. Ambos decidieron esa noche hacerse uno solo, fundirse y crear algo hermoso.

Llevaban ya un mes planeando el tema de ser padres, eran primerizos pero no había nada que el internet no pudiera hacer, ¿no?

Por lo que ahora ambos se encontraban probando las mismas escenas y posiciones que habían visto ya en varios vídeos porno, lo iban a admitir, se habían sentido demasiado avergonzados en un comienzo, más JiMin pues su "mini JiMin" se había levantado para tirar muchas flechas.

Claramente Jungkook se había puesto más nervioso de lo que alguna vez estuvo, en sus escasos recuerdos su mayor vergüenza apenas era haberse rompido un huevo en la cabeza para ser "más inteligente", poco después por una pequeña explicación de sus padre él quedó en total ridículo, la niñez podía ser una etapa divertida pero al mismo tiempo un espectáculo.

Pasando al presente ambos chicos avergonzados se miraban al rostro, los dos siendo tomates.

–Jungkook, tú... ¿lo...–se aclaró la garganta–deseas hacer ahora?–El pelinegro inmediatamente desvió la mirada, teniendo toda su mente en blanco, empezando a pensar que no sabía hablar–si no quieres... yo-.

Abruptamente fue besado, con intensidad pero al mismo tiempo torpemente, notoriamente ambos apenas eran novatos en ese tema —tal vez por sus mentes aun inmaduras— aunque perfectamente JiMin sabía de mucho de esto él prefirió hacerse el tonto y buscar junto a su ahora novio, después de todo solo había visto, no hecho.

JiMin tomándolo con poca fuerza levantó al más joven y lo acomodó en su regazo, de tal forma que él se sostuviera de su cintura mientras el pelirojo lo tomaba de los muslos y los llevaba a su habitación, durante el camino la desesperación los superó pues cuando al fin llegaron a la habitación los dos apenas tenían sus bóxer's puestos mientras JiMin devoraba con total gusto el cuello de JungKook, anunciando dejar muchas marcas en él pero recordando la fragilidad del menor eran más delicadas y mantenía un pequeño grado de cordura.

Con cuidado el menor fue depositado, inmediatamente siendo preso de las millones de atenciones en su cuerpo, específicamente su cuello y partes bajas. Él gemía en voz baja, llevando una mano a su rostro en un intento fallido de "ocultarse" ya que a los pocos segundos esta fue apartada para luego ser depositados tiernos besos en su rostro.

Ambos volvieron a mirarse a los ojos fijamente, sonriendo tiernamente y demostrando todo su amor con tan solo un vistazo a sus ojos. Un pequeño movimiento de las caderas de el de rojas hebras los hizo salir de su burbuja, trayendo a ambos al mundo, uno que en este momento estaba lleno de lujuria y ganas de deseo carnal.

Con una sonrisa pícara JiMin quitó la única prenda que cubría el hermoso cuerpo de su chico, acarició sus muslos y con lentitud fue subiendo hasta el miembro del menor, acariciando este con el dorso de su mano y pasando a acariciar su entrada hambrienta, bajó su cabeza hasta esta y empezó a lamer la zona, pasando saliva para dilatar su entradita, estuvo unos minutos dilatandola, escuchando los hermosos gemidos de su amante. Siguió su camino por el ombligo del menor, dejando un casto beso en este, donde pronto crecería su hermoso bebé. Llegó a sus pezones y dejó una lamida en el izquierdo mientras el otro era toquetado por su mano derecha, el menor gimió ante las caricias proporcionadas, sintiéndose extrañamente bien. Si esto significara hacer el amor él sin duda lo querría hacer de nuevo hasta cansarse.

Finalmente el rojizo llegó al rostro del menor, dando un beso en su frente se dispuso a quitar el bóxer propio y así entrar lentamente en la ya dilatada entrada del peli negro. En un principio teniendo súplicas de sacarlo gracias a la incomodidad y el dolor de tener tal pedazo de carne dentro del menor, mas, al pasar ya un cierto tiempo entre solo besos y caricias para disipar tal dolor e incomodidad empezaron las embestidas, siendo lentas y profundas, yendo pronto a la próstata de Jungkook, para tal momento empezaron a gemir a gusto, ese placer era uno nunca antes experimentado por ambos y en una parte adoraban ser el primero de ambos, experimentando tales actos que ante los religiosos era pecado aunque para ellos fuera la demostración más hermosa de amor y placer puesto que se entregaban mutuamente, amándose.

Poco a poco los gemidos fueron siendo más altos y seguidos, las embestidas ya no eran delicadas ni lentas, todo se había vuelto duro y rápido, realmente un manjar ante ambos pues no negaban disfrutar de ese nivel que ahora llevaban. Pequeñas mordidas fueron dejadas en el cuello de Jungkook mientras él arañaba la espalda de JiMin, los chicos estaban al punto del clímax, acabando en un gran gemido con sus nombres en ellos, soltando ambos sus esencias, uno sobre su abdomen y parte del contrario mientras el otro dentro del cuerpo de su amado.

–¿Te gustó?–preguntó JiMin mientras lentamente iba saliendo del pequeño y besaba su frente con ternura, volviendo a ser delicado con el menor. Estuvo durante varios segundo apreciando el hermoso rostro de Jungkook que a pesar de las cicatrices que tenía seguía siendo hermosísimo, ante la vista de JiMin él era el ser más hermoso del universo.

Soltando un suspiro de cansancio el menor asintió, este acomodándose en el pecho de su mayor para dormir con él, todas sus energías habían quedado en el acto anterior y mantuvo una pereza que nadie le quitaba así que las súplicas no hicieron falta para lograr dormir en desnudez con su Tomate favorito.

Al siguiente día ambos se la pasaron entre risas y quejar por Jungkook, el sexo le pagó factura a los tortolitos, pues mientras Kook tenía un horrible dolor en su ano JiMin era castigado por él, volviendo al chico en su día libre su empleado personal y cumple caprichos.

...

Mes cinco.
Año 2001, mes octubre, día 12.

–Te voy a chillar como si el bebé realmente fuera yo.–expresó con fastidio el ahora castaño Jungkook. Ellos estaban a punto de ir al Ginecólogo pero ocurrió algo de último minuto u hora... a JiMin le dio diarrea.

El pobre hombre comió mucha comida con picante y esta por desgracia le hizo mal en su estómago y ahora le estaba pagando factura, justamente llevaban media hora de retraso en su cita, Jungkook estaba a punto de echar humo por las orejas, tenía que estarse tapando la nariz para no oler el horrible aroma que desprendía el baño, aunque estuviera algo lejos llegaba el olor. Estaba a punto de vomitar si se tardaban más.

Finalmente luego de casi 5 minutos más JiMin salió del baño, como si nada hubiese pasado ahí.

–Hoy dormirás en otra habitación, puerco.

Niño zombie [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora