1| El Avatar regreso

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Observaba de lejos a Katara cargando el débil cuerpo del Avatar, y atrás de ellos un Sokka muy enojado por que su hermana lo desobedeció.

Se que ellos no me conocen ni siquiera saben de mi existencia, pero yo si se la de ellos y lo que están destinados a hacer.

Y se preguntarán: ¿Y tú cómo puedes saber eso? Y yo les responderé, es que tengo algunas visiones. Desde que tengo memoria puedo ver las catástrofes que sucederán y se que ellos me necesitarán para vencer al señor del fuego. En pocas palabras tengo Precogniciones.

Los he estado observando por semanas. Se que suena muy acosador pero es que no encuentro la forma de acercarme sin que parezca raro, ¿Me entienden?

Lo siento por contarles mi vida y ni siquiera saben quien soy, igual que ellos, jaja.....
El humor definitivamente no es lo mío.
Bueno bueno, dejemos toda mi diarrea verbal atrás y comencemos de nuevo. Hola, mi nombre es Kaori y soy una maestra airé, la última estoy segura (Aang es la excepción pues el es un chico).

Si se preguntan como es qué hay una maestra airé viva, esa es una historia para otro día.

Volviendo a mi tarea, ahora seguramente Aang le está proponiendo a Katara que esquíen sobre pingüinos, debo admitir que es divertido. Literalmente acaba de salir de un iceberg en el que a estado por más de 100 años y lo primero que hace preguntar eso, aunque el no sabe eso. Ahora Sokka lo está interrogando histéricamente sobre quién es el, típico de Sokka.

Creo que después pasa lo de que Aang encuentra a su Bisonte Volador, además de que estornuda y sale volando unos 20 metros.

Vi como sucedía exactamente todo como lo narré.

—Si... tenía razón.— susurré para mi misma.

Mmm, creo que debería de dejar de hablar conmigo misma es raro. Esto me pasa por estar sola, Kaori si tan solo pudieras acercarte y hablarles como una persona normal.

Aunque creo que probablemente se asustarían si les lanzó una bomba como esa (de información me refiero, no piensen otra cosa).

Eeeeeh, será otro día, yo me voy.

Me coloqué el gorro de la capucha para después comenzar a caminar hacia el lado lado contrario, lo hice alrededor de unos minutos hasta que estuve lo suficientemente lejos como para poder hacer lo que tenía que hacer.... ¡Sacar mi planeador!

Es uno de los objetos más preciados que tengo, ya que es algo que mi madre me heredo.

Use aire control para impulsarme hacia arriba, pero no tanto como para que alguien me viera y volé hacia mi pequeño campamento que no se encontraba tan lejos. Al llegar a este, me permití recostarme en mi saco de dormir que compré en un mercado de una tribu tierra. Se puede decir que he viajado por una gran parte del mundo.

Estuve recostada un buen tiempo, sin hacer nada simplemente mirando hacia el cielo. Recuerdo que esto nos gustaba hacer a mi madre y a mi. De la nada siento algunas lágrimas logran correr por mis mejillas al recordar esos bellos momentos. Pero las remuevo rápidamente mientras me incorporó.

Me di cuenta que ya estaba por empezar el atardecer y como no tengo nada que hacer decidí meditar un rato. Por lo que me acomode correctamente, piernas cruzadas una sobre otra y mis manos extendidas reposadas sobre estas.

Estaba tan relajada y tranquila hasta que unos gritos muy lejanos me sacaron de mi trance.

¿Es en serio? No puedo ni relajarme un momento y ya hay problemas. Pero bueno, si gritan de esa manera tiene que ser grave.

Eres mi Xodó (Aang y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora