Eres mi Xodó (Aang y tu)

6| Prisioneros

Ya hace unos días que nos habíamos ido de Omashu. Nos encontrábamos en un bosque, descansando un poco. Ahora Sokka se nos acercaba con la bolsa de provisiones.

—¿Qué hay de cenar?— preguntó el Avatar mientras daba un salto desde el lugar donde se encontraba recostado y caía junto a nosotros tres.

—Tenemos algunas opciones, primero nueces redondas, también nueces ovaladas y algunas con forma de piedra— la tomó para observarla mejor. —Que pueden que lo sean— lanzó hacia atrás la pequeña piedra.

—Habla enserio, ¿Qué mas trajiste?— le pregunto Katara sin creer que solo eso había.

De repente se escuchó un gran estruendo.

—¿Qué fue eso?— preguntó asustado el moreno.

El sonido se volvió a repetir.

—Creo que provino desde acá, síganme— dije.

—¡¿Acaso no deberías escapar en lugar de ir?!— escuche como Sokka grito pero los tres ya estábamos lejos.

Nos asomamos y observamos a lo lejos a un chico, vestía de colores verdes mientras hacia tierra control.

—Es un maestro tierra— soltó Katara.

—Hay que hablarle— opinó Aang.

—Parece peligroso, hay que acercarnos con cuidado— agregó el del boomerang cuando llegó a nuestro lado.

—Sokka tiene razón, no lo conocemos de nada, seamos cuidadosos.

Pero en menos de un segundo Katara ya no estaba junto a mi, estaba gritándole al chico.

—¡Hola! ¡Aquí! ¡Soy Katara! ¡¿Cómo te llamas?!— alzó la voz ya que no estaba tan cerca de él.

El chico al verla se fue corriendo sin decir nada. Al pasar hizo tierra control haciendo una avalancha de rocas cayera y obstruyera la pasada.

—¡Gusto en conocerte!— le gritó Aang a las rocas.

—Solo quería saludarlo— dijo la maestra agua.

—O lo asustaron— agregó obvio su hermano.

—Pero esperen, si el chico escapó a algún lado tal vez signifique que estemos cerca de un pueblo con un mercado— explicó el Avatar.

—¡Eso significa que no más nueces como cena!— emocionada Katara comenzó a correr.

—¡Hey! Trabaje duro para conseguir esas nueces— el moreno se quejó.

—Lo siento Sokka, pero apoyo a Katara— corrí para alcanzarla.

—Pero Kaori, ¡Pensé que estabas de mi lado! Eso es traición.

•••

—Bonito gorro, se lo cambio por unas nueces— el Avatar se colocó el sombrero para ocultar su flecha.

Ya estábamos en el pueblo, tal y como dijo Aang este tenía un mercado.

—El sombrero está bonito, algún día me lo tienes que prestar eh.

Aang solo río. Y vimos a Katara alejarse.

—¡Hey espéranos mujer!

Ella ni nos escucho y solo se dirigió a una tienda, en donde abrió la puerta y se adentró.

—Hola, tú eres ese chico— escuchamos a Katara decir. —¿Por qué escapaste de nosotros?

—Debes estar confundiéndome con alguien más— escuchamos contestar nervioso al chico.