Era Lunes. Me desperté con el molesto ruido de mi despertador. Siguiendo mi rutina de todas las semanas, me duché y me vestí con ropa casual. Lo único que resaltaba de mi conjunto era la bufanda roja que tenía alrededor del cuello. Era mi tesoro más preciado y la llevaba conmigo a todas partes. Me recordaba a los momentos más felices de mi vida y la vez los más tristes por mi estúpido error. Decidí dejar los recuerdos de lado y me concentré en terminar de prepararme para ir poder ir a trabajar. Una vez lista, cogí las llaves y me encaminé hacia la puerta. Al pasar por la entrada no pude evitar posar mi vista en las fotos que tenía en la mesa del pasillo. De entre todas las fotos cogí una y la miré nostálgica. En ella salíamos Eren y yo en trajes de baño. Aquel día me había pedido ser su novia oficialmente.
- Eren...- las lágrimas comenzaron a asomar por mis ojos al recordar que él ya no volvería. Haciendo un acto de fuerza por no llorar, deje la foto donde estaba y salí de mi piso. Muchas veces me preguntaba por qué no alejaba las fotos de mi vista para así no ponerme triste pero luego recordaba que era la única forma de recordar a mi primer y verdadero amor.
Al bajar las escaleras de mi edificio, me encontré en el pasillo con una señora de avanzada edad leyendo un libro. Al darse cuenta de mi presencia, la señora levantó su vista y me saludó con una sonrisa.
- Buenos días Mikasa. ¿Lista para otra semana más? -
- Buenos días María. Preparada como siempre. Esos pasteles no se harán solos - ambas reímos ante mi comentario. Inmediatamente después, ella volvió su vista al libro y yo me dirigí a la salida.
- Ah Mikasa - cuando ya tenía la mano sobre el pomo de la puerta, María levantó la vista de su libro y me hizo detenerme.
- ¿Pasa algo? -
- Nada grave querida. Es solo una carta. El cartero pasó temprano esta mañana - dándome a entender el motivo, se inclinó hacia delante sobre la silla en la que estaba sentada y buscando en un cajón de su mesa, sacó un sobre amarillento de esta.
Yo me acerqué lentamente y tomé el sobre con delicadeza. Al tomarlo en las manos, un fuerte olor a rosas llegó hasta mi y supe que provenía del sobre. Estaba decidida a irme y abrirlo después del trabajo pero la curiosidad pudo conmigo y lo abrí ahí mismo. Dentro, había dos cartas y tomando la primera la leí ante la mirada curiosa de mi vecina.
Estimada Señorita Ackerman,
Con el presente escrito queda usted oficialmente invitada a la boda que unirá a Eren Jaeger y Yelena Belova. El acto se celebrará desde el día que recibe esta carta en 30 días en la ciudad de Stohess. Esperamos con ansias su asistencia.
Firmado: Eren Jaeger y Yelena Belova
Al terminar de leer mi corazón se rompió en mil pedazos. Eren. Mi Eren se casaba. Las manos y las piernas me temblaron y ante el shock del momento caí desmayada al suelo.
- ¡Mikasa! - el grito preocupado de mi vecina fue lo último que escuché antes de quedar inconsciente contra el suelo. Durante mi estancia en el mundo de la inconsciencia, lo único que podía ver era el rostro de Eren repitiéndome una y otra vez lo que me dijo el último día que lo ví.
No vuelvas a acercarte a mi, Mikasa
Me desperté abruptamente y con una infinidad de lágrimas en los ojos. No sabía ni donde estaba pero antes de poder observar a mi alrededor, una voz familiar me llamó.
- Mikasa, ¿estás despierta? - la luz iluminó la sala y una rubia entró por la puerta. Al ver mi rostro asustado y empapado de lágrimas, dejó la bandeja que traía en las manos y corrió a abrazarme.
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Always Yours{Eremika}
RomanceEstimada Señorita Ackerman, Con el presente escrito queda usted oficialmente invitada a la boda que unirá a Eren Jaeger y Yelena Belova. El acto se celebrará desde el día que recibe esta carta en 30 días en la ciudad de Stohess. Esperamos con ansias...