Always Yours{Eremika}

Capítulo 3

Despierta Mikasa...

Lentamente comencé a abrir los ojos, encontrándome con la mirada preocupada de Annie.

- ¿Estás bien? - la pregunta me sorprendió. Realmente no me sentía mal del todo pero si bastante pesada, como si una pesadilla me hubiese azotado en sueños. Los párpados también me pesaban.

-Has estado llorando Mikasa – instintivamente me lleve los dedos a los ojos y pude notar como, efectivamente, mi rostro estaba cubierto por sinuosas líneas de agua dulce que provenía de mis ojos. Varios recuerdos se agolparon en mi mente subditamente, mostrándome el motivo de mi llanto en sueños.

- ¿Q-qué hora es? - a pesar de tragar saliva en un misero intento por controlar mis sentimientos, las palabras salieron quebradas de mi garganta.

- Las 9 – instantes después Annie se sentó a mi lado y como si su instinto materno hubiese despertado, me acunó en su pecho mientras acariciaba suavemente mi cabello.

Los recuerdos son el arma más poderosa que se puede tener. Pueden ser capaces de hacerte sentir la persona más dichada del mundo como hacerte sentir como la mierda. En mi caso, mi pesadilla de la noche anterior se agolpaba en mi mente, azotando cada parte de ella con fuerza, haciéndome creer que en cualquier momento podría empezar a sangrar por los golpes.

Pero no fue así

Intentando ser valiente, contuve con toda mi fuerza de voluntad las lágrimas que amenazaban con salir por mi ojos grisáceos. A consecuencia de ello, una silenciosa lágrima abandonó mi ojo derecho y recorrió toda mi cara hasta caer en las sábanas.

- Q-quiero no pensar en ello. Intento ser valiente para que así pueda ser capaz de salir airosa de esta misión pero no soy capaz – Annie seguía acariciándome el cabello y aún sin verla, sabía que me miraba fijamente, queriendo comprender todas mis palabras – Ayer cuando lo vi con ella sentí que mi mundo se venía abajo...Annie, no seré capaz de hacerlo. Siento que si los vuelvo a ver no podré soportarlo más – mi amiga no dijo nada y solo siguió pasando su mano suavemente por el pelo. Al cabo de varios minutos en los cuales solo me dedique a disfrutar del tacto conciliador de mi amiga, Annie levantó mi rostro y pasó sus dedos por mis mejillas, secando las silenciosas lágrimas que se habían escapado de la prisión que ejercían mis ojos cerrados, en un pésimo intento por evitar que toda el agua acumulada en ellos circulase por mi rostro nuevamente, tal y como había sucedido desde que me llegó la invitación.

- Mikasa – el tono de Annie sonó más autoritario y serio que de costumbre – Se que te duele,se que te quema por dentro, se que tu corazón se rompe en pedazos cada vez que piensas en él o lo ves pero esto no puede seguir así. Ya has llorado suficiente y llorando no arreglarás nada. Eren se va a casar en menos de un mes y tú ya te quieres ir sin haber hecho nada – a pesar de que su mirada era firme y seria, podía apreciar el brillo de preocupación en sus ojos – No quería tomar esta decisión pero... - Annie inspiró pesadamente y me miró nuevamente – si no dejas de llorar y apartas esa depresión de ti, me marcharé y no te ayudaré -

Aunque intente decir algo, un simple balbuceo fue lo único que salió de mi boca mientras me encontraba aturdida por sus palabras. Annie emitió un chasquido ante esto.

- Querida, no me malinterpretes. Es normal que llores y te sientas mal, cualquier persona con el corazón roto reaccionaría igual. Lo que quiero que entiendas es que, a pesar de que sea bueno desahogarse, permanecer así siempre no es una opción. Debes dejar lo negativo de lado y centrarte en lo positivo. Tienes a todos tus amigos aquí, dispuestos a ayudarte a recuperar al hombre de tu vida y estoy segura que su madre también lo estará. Incluso estoy convencida de que Eren no te ha podido olvidar... - las palabras de Annie calaron profundamente todo mi ser. Sabía que tenía razón, pero me dolía. Dolía y mucho. Eren era toda mi vida y si había podido aguantar un año sin él había sido posible tan solo porque me encerré en mi trabajo y apenas salía de casa, tan solo cuando Annie me arrastraba con ella.