Epílogo.

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Los días de San Valentín eran algo frustrantes para Jimin, no era como si los odiara, pero la fecha era bastante agobiante tomando en cuenta que trabajaba en una floristería.

Jimin amaba las flores, amaba armar arreglos y ver el rostro de las personas felices cuando recibían algún ramo, amaba estar rodeado de flores todo el rato a cada rato. Había comenzado a trabajar hace tres años en el local cuando estaba a mitad de su primer año de universidad por recomendación de Taehyung y ahora que estaba casi en el último, Jimin podía jurar que el lugar se había vuelto parte de él o, mejor dicho, que él se había vuelto parte del lugar, casi como si fuera una flor más que adornaba.

Jimin no había llegado solo a esa floristería, estaba ubicada tan cerca de su universidad que constantemente había un montón de estudiantes que iban y venían con turnos de medio tiempo, algunos duraban meses, otros duraban semanas y otros tan solos días, asegurando que el trabajo era demasiado demandante. La encargada del lugar le había asegurado que desde que habían abierto, los únicos que habían durado tanto tiempo en el lugar habían sido él y Taehyung.

Taehyung, de solo pensar en él las ganas de golpearlo llegaban a Jimin, aunque lo más probable sería que dejaría de estar enojado con él esa misma noche, la verdad era que en ese momento estaba odiando bastante al muchacho.

Taehyung había hablado con su jefa y había logrado convencerla de rodar su turno de la tarde al turno de la mañana, Jimin no tenía ningún problema con que Taehyung rodará su turno, su problema radicaba en que el que le permitieran a Tae hacer eso, significaba que fuera él quien tuviera que cubrir el turno de la tarde. Jimin odiaba el turno de la tarde justo en esa fecha, por eso se había sentido traicionado y apuñalado por la espalda cuando su jefa lo llamo en la mañana para darle la noticia cinco minutos antes de salir de casa. No podía hacer nada ya, después de todo era lo que él y Taehyung siempre hacían el uno por el otro y realmente no se molestaba, quizá se ponía un poco dramático al momento, pero luego con una cena que constaba de fideos y un capítulo de su serie favorita, Jimin y Taehyung volvían a ser los mejores amigos de siempre.
Después de estar juntos durante los dos últimos años de instituto y durante gran parte del primero de universidad, ambos decidieron por varias razones que lo mejor para ellos sería ser solo mejores amigos, ambos estaban completamente bien con ello, asegurando que el que estuvieran juntos era algo que tuvo que pasar para poder dejarse ir el uno al otro y entender que no se pertenecían de esa manera, aunque por supuesto siempre seguirían junto al otro como almas gemelas que eran.

Jimin estaba completamente ensimismado en sus pensamientos cuando la campana de la puerta sonó, dejando entrar la brisa del invierno en el lugar. Jimin estaba tan concentrado en el arreglo que estaba próximo a entregar que ni siquiera se molestó en girar su rostro a la nueva persona que había entrado en el lugar. Pasaron alrededor de unos ocho minutos mientras la fila en el mostrador avanzaba y Jimin seguía armando su ramo de flores, las personas comenzaban a quejarse de lo lento que avanzaba la fila que estaba atendiendo su compañera y la encargada del lugar tuvo que mandar a Jimin a atender la otra caja registradora, aun sin terminar su ramo.

Jimin soltó un gruñido molesto, odiaba que lo interrumpieran de esa manera, así que a regañadientes se posó frente a la caja y le regaló la sonrisa más falsa que podía darle a los clientes. Atendió a una linda chica rubia de ojos enormes y luego esa chica le dio paso a un chico de cabello castaño el cual parecía estar interesado en todo en menos en comprar flores, en ese momento, ya que mantenía su vista pegada en el teléfono sin siquiera darse cuenta de que la fila había avanzado.

«Que molesto» Pensó Jimin.

—Eh, siguiente —dijo Jimin— Siguiente en la fila, por favor.

El chico pareció por fin escuchar, así que alzó la vista de su teléfono dejando a Jimin sin aliento.

—Jimin —sonrió— Hey.

—Hey —sonrió de vuelta— Cuánto tiempo, Jungkook.

—Cinco años —dejo salir un suspiró— ¿No?

—Si, cinco años...

Jimin estaba casi en un estado de shock, lo menos que esperaba hacer ese día era ver a Jeon Jungkook de vuelta en Corea. Habían pasado cinco años desde la última vez que lo vio en los pasillos del instituto después de que se enteró de que el padre de este había sido transferido a Nueva Zelanda y había decidido llevarse a su esposa e hijo junto a él. Pasó sorpresivamente, unas tres semanas después del día de San Valentín en el que Jimin pensó que Jungkook iba a declararse.

Jimin perdió completo contacto con él en ese entonces.

Mientras estaba en el instituto y seguía viviendo en casa de sus padres, Jimin se enteraba de que pasaba con Jungkook por qué solía escuchar a Jihyun hablando con él de vez cuando. Sin embargo, dejo de saber de él cuando tuvo que irse a la universidad. Jimin se quedó por un momento meditando que decir o hacer a continuación, había imaginado muchas veces que se sentiría hablar con Jungkook una vez más, después de todo, su corazón siempre guardo la duda sobre qué hubiera pasado con Jungkook y él si alguno de los dos se hubiera declarado aquel día. Lo había imaginado muchas veces, pero ahora que lo tenía ahí al frente no sabía qué decir.

Jimin miró las mejillas de Jungkook, un tanto sonrojadas como siempre e imagino que podía estar pensando lo mismo... Jungkook lucía un poco diferente, pero tal vez bajo toda esa nueva fachada de músculo, seguía siendo el mismo chiquillo tímido de siempre.
Escuchó el murmullo de la gente en la fila y un claro gruñido del señor tras Jungkook para que la fila avanzará y luego de una mirada de advertencia de la encargada.

—¿Me das tu recibo? —preguntó y Jungkook frunció el ceño— ¿No te dieron un recibo cuando te atendieron? Esta fila es solo para retirar pedidos.

—Ah, el recibo —entendió y saco de su billetera un papel con la marca del local— Taehyung me lo dio ayer, no había entendido que tenía que darlo de vuelta para recibir el ramo.

—Por suerte guardas todo —rio— Taehyung es un poco olvidadizo a veces.

—Si, ya veo —soltó una risita— Se ha vuelto más parlanchín también, fue agradable ver una cara conocida ayer.

—¿Y hoy? —preguntó— ¿Ha sido agradable para ti ver una cara conocida hoy?

—Siempre será agradable verte, Jimin Hyung.

Jimin le regaló una sonrisa, pero no respondió, fue en busca del ramo de gardenias que había encargado y se lo entrego. Jimin vio el ramo en sus manos y se percató de algo, tal vez Jungkook estaba saliendo con alguien o algo así. Suspiró. Tenía lógica, no podía esperar que después de cinco años el castaño apareciera y le confesara que siempre estuvo enamorado de él, que nunca ha dejado de estarlo y por fin tener el cuento de hadas que siempre quiso tener junto a él. Intercambiaron un par de palabras más sobre cómo Jihyun y Jungkook se habían distanciado bastante luego de que iniciaron la universidad y Jimin le contó que por suerte él seguía siendo igual de unido con Taehyung a pesar de haber tenido algunos tropezones. Jungkook le dijo que realmente se alegraba por ambos y que esperaba algún día encontrar a alguien así. Sin decir mucho más, Jungkook termino de pagar lo que faltaba, Jimin le deseo suerte en su cita de San Valentín y con el ceño fruncido simplemente se dirigió a la puerta del lugar.

Cuando salió por ella, Jimin no pudo evitar ver a la encargada y con una súplica en los ojos le pidió permiso para ausentarse un momento, la encargada lo entendió y accedió, sin pensarlo más de dos veces Jimin dejo su lugar tras el mostrador y fue en busca de Jungkook. Salió rápidamente del lugar y observó las calles repletas de transeúntes de un lado a otro en citas o corriendo en busca de regalos, busco a Jungkook con la mirada y para su sorpresa, Jungkook aún estaba ahí, parado a un costado de la puerta blanca, justo frente de la pared de ladrillos naranjas murmurando palabras intangibles para Jimin.

—¿Por qué no respondiste ninguno de mis mensajes? —fue lo primero que pregunto— Te escribí muchas veces cuando te fuiste, vi cómo le respondías a Jihyun todos los días, así que no era por falta de tiempo ¿Por qué a mí no?

—Porque me dolía, Jimin Hyung —confesó— Me sentía como un idiota.

—¿Por qué? —intento entenderlo— No lo entiendo.

—¡Por qué me gustabas demasiado! —admitió con frustración— Durante el poco tiempo que tuve que verte en el instituto siendo su novio era tortuoso. Cuando papá dijo que sería transferido, lo vi como una manera de aceptar que jamás estaría contigo. Mantenerme en contacto contigo solo hubiese aumentado mi gusto por ti... Y seamos honestos, el único que saldría perdiendo en eso sería yo —suspiró— Después de todos estos años, ustedes dos siguen igual de unidos y yo sigo siendo el tonto mejor amigo del hermano menor que nunca tuvo oportunidad con el genial hermano mayor. Tan tonto que en ningún momento deje de tener la esperanza de regresar y que por fin —guardo silencio unos segundos y su tono fue más bajo— Y que por fin estuviéramos juntos.

Jimin se quedó en silencio por un momento, analizando que palabras serían correctas decir y cuáles no.

—¡Eres idiota! —soltó— ¡Claro que tuviste oportunidad! —rodó los ojos— Siempre trate de acercarme a ti, siempre intentaba tener algún tipo de contacto contigo, me ofrecí mil veces a ir a casa juntos o pasar el rato en el receso, te defendí cuando bromeaban sobre ti y tu supuesto enamoramiento por mí, incluso Taehyung antes de ser mi novio sabía que no podía bromear sobre nosotros cuando estabas cerca, porque sabía que me gustabas —soltó con frustración— Jungkook, te dije que me hubiese gustado recibir los chocolates de tu madre el día de San Valentín ¡¿Eso no te hizo pensar qué me gustabas?!

—¡Lo pensé! —las mejillas de Jungkook ardían por lo que acababa de escuchar, seguía siendo el mismo chico que se sonrojaba fácilmente, pero ahora podía hablar con mayor facilidad— ¡Pero luego te hiciste novio de Taehyung! —se encogió de hombros— Entonces pensé que todo había estado en mi imaginación.

—También sentía algo por Taehyung, no te voy a mentir —se encogió de hombros— Algo en mí sabía que lo que tenía por decirme ese día era acerca de sus sentimientos —miró a Jungkook— Aun así, decidí quedarme y escuchar lo que tenías por decir tú, te elegí a ti en primer lugar y lo único que escuché cuando te pregunté si querías declararte porque había rumores que decían que yo te gustaba, fue un "No, no es así, jaja. Lo siento" —rodó los ojos— Literal, tu risa sonó como "ja-ja" como si fuera siquiera imposible pensarlo.

—¡Fue una risa nerviosa! —quiso dejar en claro— Entonces si tenía oportunidad —sonrió — Que idiota —se dijo a sí mismo— Y que idiota tú, por nunca declararte tampoco.

El ego de Jimin se sintió algo ofendido, pero en efecto, ambos eran un poco idiotas.

—Tal vez fui idiota por no ponerme a mi primero —se encogió de hombros— Pero no podía hacerlo, por Jihyun.

—Yo tampoco —soltó una risita triste— Ese día, si iba a declararme, Jimin Hyung. Iba a declararme a ti, pero Jihyun se me declaro primero y yo lo rechacé, yo... Simplemente no podía hacerle eso a él, era mi mejor amigo. No podía pedirte salir conmigo después de escucharlo decir que estaba enamorado de mí.

—Jihyun... Oh —todo tenía más sentido ahora— Sabía que le gustabas, pero nunca me enteré de que se había confesado —se encogió de hombros— Sabiendo eso, gracias.

Jungkook frunció el ceño.

—¿Por qué?

—Por no romperle el corazón a Jihyun de esa manera —sonrió, pero había tristeza en su mirada— Amo a Jihyun, es mi pequeño. No sabía que se te había declarado, yo, yo... Me hubiese sentido fatal si hubiera aceptado tu declaración y después me hubiera enterado de que ese día Jihyun también se declaró —suspiró— Ah, que frustrante todo, Jungkookie.

—Ni que lo digas.

Jungkook se recostó de pared del local, inclinó su cabeza hacia arriba y fijó su mirada en el cielo.

—Me contó que ahora está con alguien —dijo Jungkook— Llevan casi un año ¿No?

—Si, se llama Eunwoo —sonrió— Es un chico muy dulce y se desvive por mi hermano... Lucen bastante bien juntos.

—¿Sabes? Por un tiempo intenté corresponderle... pero realmente no pude hacerlo —olio las flores en sus brazos— Me alegro de que después de todo, haya encontrado a alguien que lo quisiera de la misma manera que él lo quiere.

—Jihyun suele lucir bastante arisco, pero en el fondo solo quiere recibir amor y mimos todo el rato —rio— Con Eunwoo, tiene eso. También me alegra que lo haya encontrado —hizo una pausa al hablar, mirando las flores— Tú también estás con alguien ¿verdad?

—¿Eh? —pareció confundido— ¿Por qué lo dices?

—¿Las flores no son para alguna cita?

—No —rio— Son para mi abuelo, quiere regalarlas a mi abuela, pero odia hacer fila así que vine yo por él.

—Oh —evito que una sonrisita saliera de su rostro, mentiría si dijera que no le alegraba— Yo y Taehyung ya no estamos juntos, sigue siendo mi mejor amigo y lo amo de esa manera, pero no hay ningún sentimiento romántico involucrado.

—Oh —sonrió— Entonces por eso fue tan amable ayer, él fue quien me dijo que si venía mañana a esta hora podría encontrarte.

Jimin sonrió, por esa razón Taehyung había cambiado los turnos, aunque sabía que Jimin odia atender esas fechas por la tarde.

«Ese tonto» pensó.

—¿Entonces no estás saliendo con nadie? —preguntó para asegurarse— Estás... Digamos ¿Disponible?

—Mm, eso depende —se enderezó en su lugar— Estoy interesado en salir con alguien desde hace mucho tiempo, incluso me he enterado recientemente que esa persona estuvo interesada en mí —Jimin entendió la indirecta— Pero me temo que justo ahora no sé si esa persona aún estaría dispuesta a salir conmigo.

—Pues, tal vez esa persona tampoco ha dejado de estar interesada en ti —se acercó a Jungkook— Tal vez lo mejor sea preguntarle.

—¿Qué tal si me rechaza? —miró de reojo a Jimin— No podría vivir pensando que siquiera le di un beso adecuadamente.

—Bueno... —Jimin se acercó más, esta vez Jungkook también lo hizo, sus frente a escasa distancia— Tal vez deberías besarlo antes de invitarlo a salir, ya sabes, ser osado y arriesgarte.
Jungkook no lo soportaba más, así que sin esperar que alguna cosa pasara y pasaran cinco años más para poder declararse, Jungkook soltó lo que tanto tiempo tuvo guardado.

—Jimin Hyung, aún me gustas, jamás has dejado de gustarme.

Jimin sonrió y se inclinó hasta Jungkook, que, sin pensarlo dos veces, enredo sus dedos en la cabellera rubia de Jimin y empujó sus labios contra los suyos. Jimin se alzó ligeramente y paso sus manos sobre los hombros de Jungkook. Fue un beso suave y largo el cual revela años de espera y anhelo, ambos entregados al momento, después de tanto tiempo por fin había ocurrido y se había sentido tan bien como ambos habían imaginado que se sentiría. Se separaron para tomar aire.

—Tú también me gustas aún, Jungkook, jamás has dejado de gustarme.
Jungkook soltó una risita de felicidad, se sentía realmente bien oír a Jimin decir eso.

—Entonces, Jimin Hyung —volvió a acercarse— ¿Me concederías el placer de tener una cita contigo?

—Jungkook-ah —el tono de su voz cambio a uno realmente dulce y bajo— Te concedería el placer de tener una y mil más.

Jimin se inclinó nuevamente hasta Jungkook y Jungkook acunó sus mejillas en sus manos volviendo a besarlo, olvidando a las pobres y magulladas flores entre ellos y el hecho de que Jimin tenía que volver a cubrir su turno en el trabajo. En ese momento, no existía más nadie que ellos dos.

En ese día de San Valentín, fue en dónde realmente comenzó su historia de amor.
Una historia que incluso después de años, parecía no tener intenciones de tener fin.

VALENTINE DAY ♡ ミ KOOKMIN MINI FIC ༶ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora