Vestuario.
—¿Me dirás como es que compraste ese auto? — Alaska suspiro dejando vestidos en mis manos mientras seguía dando vueltas en el mismo perchero de ropa.
—Gaste mis ahorros más un par de cuotas de la universidad—explicó restándole importancia.
—¿Gastaste la plata de la universidad? Alaska el tío Marcos te matará.
—No seas dramática, lo repondré-—viró los ojos y dejo un vestido más sobre mis manos.
—¿Y cómo? —Pregunte.
—Trabajaré no lo sé — sacudió sus manos y me analizo brevemente para seguir mirando ropa.
—¿Y en qué?
—Papá abrirá una nueva tienda en el centro-— me regalo una sonrisa confiada —- necesitará personal—asintió caminando hasta el otro lado de la tienda. Yo la seguía con mi mirada cargada de intriga.
—¿Trabajaras vendiendo juguetes sexuales? — pregunté inclinándome hacía ella sonrió dulce y asintió.
—¿Quieres un consolador de regalo? — se inclinó y yo retrocedí negando. Mis mejillas se sonrojaron por la vergüenza, mire a mi alrededor y aunque la tienda estaba casi vacía Alaska no tiene el don para hablar precisamente bajo—- es un trabajo como cualquier otro, aparte soy la dueña.
—Tus padres son los dueños, no tú.
—Y yo única hija, por ende, única heredera-— elevo sus hombros y mi sonrisa se borró-— al igual que tú-— me señalo dejando una chaqueta en mis manos, ya no las siento, pero tranquila esto cuenta como el ejercicio del mes-—deberías aprender un poco más sobre el negocio familiar, los casinos después serán tu responsabilidad— me tomo por los hombros obligándome a girar para que la acompañara a los vestidores.
—No me interesa hacerme responsable de los casinos—- Alaska paso por delante de mí, estacionando su mano en mi frente deteniendo mis pasos.
—¿Es broma? — siseo entrecerrando sus ojos y yo negué.
—Voy en mi segundo año de literatura, pienso trabajar en algo relacionado a ello.
—¿Escribirás libros cristianos? -— se cruzó de brazos examinándome -—¿o sobre como el pecado te aleja del reino de los cielos? — rodo los ojos y yo negué con una media sonrisa—- ¿Y la academia de arte qué? —pregunto— Creí que dejarías la universidad para meterte a la academia.
—Lo pensé bien y no es una buena opción.
—Lo pensaste bienrepitió irónica-— ¿la pensaste tú o tu madre lo pensó bien? — evite responder — Amaia odias leer, ni siquiera te gusta escribir, prefieres mandar audios incluso para decirme hola, estas estudiando literatura porque tú madre quiere, ¿no es así?—- elevo su ceja y mi mirada bajo -— puedo apostar que cree que el estar en una academia de arte significa fumar hierva todo el día y participar en orgías-— rodo los ojos y una media sonrisa salió de mis labios fueron exactamente las mismas palabras que utilizo-— debes dejar de seguir las ordenes de tú madre, el mundo no es como ella te lo describe-— atrapo sus manos a mis hombros y me miro directo a los ojos-— no todo es pecado, no todo está prohibido, empieza a tomar tus propias decisiones-— me regalo una media sonrisa y me miro con ternura. Me habla como si fuera una niña cuando yo soy la mayor -—bien-—se paró en posición de héroe—ve a cambiarte-— me halo por los hombros empujándome dentro de los probadores.
—Pero la ropa...
—Sales para ver cómo te queda—- movió sus manos incitándome a caminar. Se sentó en un pequeño sofá dentro del probador, la mire y ella no dejaba de mover sus manos, entre a un probar y deje la ropa caer sobre la banquita para al instante mover mis brazos.
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Perfecto Pecado.
Teen FictionSi tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies en el fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti ; mejor te es entrar con u...