Capítulo diez

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El "toc-toc" de la puerta siendo golpeada hizo que observa a mis padres confundido, por sus expresiones supuse que ellos tampoco esperaban a alguien. Mi madre se levantó del sofá y caminó hacia la puerta, mi padre y yo observábamos sus movimientos con atención.

El rechinido de la puerta al ser abierta se escuchó y al ver a la persona detrás de esta todo pareció estar en silencio absoluto.

- Ho... - No terminó la palabra, mi madre había cerrado la puerta en su cara.

"Toc-toc" nuevamente, "toc-toc-toc" una y otra vez, ya harta, volvió a abrir la puerta haciéndole frente al pelinegro.

- ¿Qué quieres? - Soltó con molestia y asco.

Ramo de flores amarillas se posaron frente a ella, Mark se las extendía con una sonrisa.

- Señora, le pido por favor que acepte este ramo, y me escuche. - Nadie hablaba, la mujer tomó las flores confundida mientras todos mirábamos fijo al que se encontraba afuera. - Su hijo, Kaminari Denki, es la mejor persona que he conocido en mi pequeña y corta vida, lo conocí hace tres años, somos pareja desde hace dos, y lo amo desde la primera vez que lo ví. Lo sé, usted piensa que no está bien, usted piensa que su hijo va por mal camino, pero ¿De verdad va por mal camino si va por el camino del amor? Su hijo es un chico grandioso, con cualidades hermosas y lo sé, no lo merezco, él no debería estar conmigo, porque él... Él se merece todo y yo, bueno, yo no soy nada, pero aún así su hijo, me ha dejado en claro que ama a esta "nada" ya que quiere estar conmigo.

Con la vista fija en mi madre se arrodilló frente a ella y con sus manos unidas en forma de súplica volvió a hablar; - Por favor, señora, déjeme ser el novio de su hijo, déjeme amarlo, déjeme estar a su lado, prometo que nunca le va a faltar nada, que nunca va a sufrir, sólo quiero que esté bien y que sea feliz. -

Nuevamente todo estaba en silencio, las lágrimas bajaban por mis mejillas, ¿En qué momento había comenzado a llorar? No me importó, no me importó nada, salté del sofá y corrí hacia el pelinegro lanzándome sobre él abrazándolo con todas mis fuerzas.

- ¿No lo entiendes, jovencito? Están cometiendo un pecado muy grave, no podrán ir al cielo. -

- Si voy a estar con él no me molesta, no me molestaría no ir al cielo, si voy a estar con él, voy a ir a cualquier lugar. - Su voz tranquila, sus brazos rodeándome, el latido de su corazón, nunca sentí está tranquilidad.

No hubo más palabras, mi madre no dijo más, mi padre sólo nos miraba, ambos nos sonreímos.




¿Lo habíamos logrado?
¿Nos aceptaban?

En otra vida // Denki KaminariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora