Engaño Imperial♕︎

VIII

- Principe está bien?- Pregunta kwan -

- creo que si, pero que fue exactamente lo me ocurrió?-

- No te acuerdas?!- Pregunta TAE sentandose a su lado -

- Lo último que viene a mi memoria es un dolor en el pecho y después todo se hizo oscuro- le responde el pelirosa -

- Te hiciste lobo! Si era verdad lo que me dijiste cuando éramos pequeños!-

- No diga eso en voz alta niño Tae-

- Hum! - asiste -

- Pero como?, Yo ni siquiera estaba pensado en hacer eso -

- No se preocupe, pero ambos deben de prometerme que no lo dirán a nadie ok?-

- Está bien- responden en unisono-

- Pero que le diremos a mi papá- señala la limusina el principe -

- Más o menos la verdad, que un lobo nos interceptó cuando paramos por qué usted majestad no se sentía bien - le dice know -

Jimin no muy convencido acepta y suben de nuevo a el maltratado auto y siguen con su camino a the royal. En unos 30 minutos llegaron al lujoso club, estacionaron y los dos pequeños bajan  y los guardias bajan el equipaje de cada uno.

- Nos vemos el lunes en la mañana, y no se les olvide que no le pueden decir lo que ocurrió-

- Si, no te preocupes-

- Vamos!!- grita Tae jalando de la mano al bajito -

Fueron recibidos por la directora del club, los llevo a sus habitaciones, y les dió un tour por el establecimiento, vastante ostentoso el lugar, a decir verdad, ante los ojos de cualquiera, pero nada que el principe no hubiera visto ya.

- Que le parece majestad?- le dice la señora caminando  al lado de éste -

- Bastante lindo y acogedor - responde el pelirosa cerrando la puerta de la habitación-

- Bonito y acogedor? No le parece extravagante  y glamuroso?- se cuestiona la señora afuera -

- Si recuerda que él es el príncipe  y vive en un palacio  gigantesco no?- pregunta  burlón el pequeño tae alejándose  en camino a su habitación -

(.......)

-Jimin¡ - susurra el pelinero entrando por la ventana  - Jimin ¡-

Al acabar la pelea Jungkook  corrió  lo más que dieron sus patas de lobo, para poder ver a Jimin  y saber que estaba bien y que la repentina transformación  no le había afectado o  si estaba en peligro.

Pero grande fue su sorpresa al subir la venta y no ser recibido por los cálidos brazos del príncipe y su gran sonrisa característica de él, tampoco  percibía  su aroma, a pastelito de fresca...no estaba en ningún lado...acaso había salido?... Un tanto confundido  empieza a divagar por la gran alcoba, pinturas al oleo, una gran cama y un sin fin de accesorios lujosos...una gran habitación  que era del tamaño de su casa, ríe ante la comparación.....se detiene ante un gran espejo, muy bonito y antiguo.