Hace bastante frío como para levantarme. Lograba oír risas de mis pequeños, brincos sobre mi cuerpo. Algo como si me estuvieran insistiendo a abrir mis ojos.
-Raay, oh Raay. -susurran en mi oído. -Traigan la campana.
Yo sólo me remuevo entre mis sábanas, tan grandes y calentitas. Me encimé la almohada sobre mi cabeza ya sabiendo su siguiente movimiento.
-¡Ahg!... -logré escuchar el quejido del mayor. -Ah... -sentí un aliento cerca de mi oído hasta que oí la frase. -Mira que sino te levantas el demonio te comerá... y el príncipe 'Bola de Nieve, Idiota' no te salvará.
-Mmm... pues que pena. -me hundí más adentradome en mis deliciosas sábanas. -Ese príncipe como que se olvidó de mí... además el demonio que me comerá... -apreto mis puños, preparándome para atacarlos. - ... ¡los comerá a ustedes! -y levanté mi cuerpo adormilado, saltando hacía ellos haciéndoles cosquillas.
-¡Ahh! ¡Mamá, Ray otra vez volvió a tomar café y leer libros extraños! -exclamó Kally, una de las más pequeñas. -¡Mamá!
-¡¿Qué ocurre?! -la puerta fue aventada por la mujer mayor con un semblante enfurecido. -Ray, levántate ahora mismo.
-¿Mmm? No quiero, a veces creo que merezco un día de descanso de tanto soportar a estos mocosos... hmp. -tiré nuevamente mi cabeza en la almohada que llamaba mi nombre, sintiendo la obligación de reacomodarme en ella.
-¡¿No recuerdas que hoy tienes tu primera...?! -no termino de articular la última palabra por mi inminente desaparición en el cuarto. Siendo que rápidamente me vestía en el baño.
-¡¿Por qué no me despertaron?! Dios... abuela querrá matarme. -brincoteaba por la inmensa dificultad que daba colocarme mis zapatos.
-Ya no importa. Anda, ve a desayunar.
Sí, puede que mi actitud me parezca un tanto grácil en el orfanato, un poco. Pero ellos me provocaron la confianza y desquites a ser honestos con ellos, respecto a ser más afligido con mi entorno aquí.
-¿No comerás? -dijo Isabella tratando de, mínimo, envolver mi desayuno para que lo lleve.
-No puedo ahora, ese tal auto negro dijo que me llevaría a la hora exacta, sin retrasos. -solo dí una mordida a mi tostada y un trago de mi café matutino. -Tranquila, me compraré algo en por allí. Adiós. -le di un diminuto beso en su mejilla. -Adiós niños, compórtense con mamá.
-Claro, papá. -muchos saludaron desde sus lugares de comedor.
-Recuerden... -los señale apuntandolos. -Coman bien...
-Estudiemos bien y pórtemonos bien, porque sino los demonios malos nos comerá y papá Ray llorará mucho. -Dijeron severos y con total seriedad.
-¡Lo último no es verdad!
-Ray ya vete, deben estar allí.
Sin replicar nada me retiré corriendo lo más que pude hasta la gigante y alta reja que lleva hacía el exterior. Al cruzarla, llegué al auto negro lujoso con dos hombres esperándome abriendo la puerta del auto.
-Buenas tardes, señorito Ray. -ingresaron ambos muchachos en el auto una vez que me invitaron al viaje. -Nosotros seremos sus conductores encargados de llevarlo y traerlo de su instituto como nos es correspondido. Por favor, si le urge en un futuro un pendiente y deba ausentarse, notifiquenos.
-Por supuesto. Muchas gracias. -quedé enternecido por su cortesía.
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°•▪Tengo suerte de enamorarme de Ti▪•°◇《Norman X Ray》◇
Fanfiction{prologo} ♧◇♧ Desde que éramos unos niños, todo era inmutable. Tu presencia me hace feliz por cada gesto, mueca, sonrisa, sonrojo, tristeza... me hace suspirar de lo lindo que sería ver aquel rostro bello por una eternidad y tocarlo. Con un físico...