「☁Once」ˊˎ-

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Desde la muerte de sus padres, Jimin se sintió un poco solo. El despertar todas las mañanas y no ver a su madre en su habitación buscando ropa sucia para lavar, el echo de no ver a su padre preparar el desayuno junto con una radiante sonrisa y una irritante, pero tierna, canción mañanera; lo hacía sentir solo y vacío.

Era extraño no encontrar a las primeras personas que te amaron con todo el corazón, y doloroso.

Su madre siempre le decía que debía sonreírle a la vida, no importa que tan mal te este llendo, sonreír es la solución. Bueno, Jimin intentó sonreírle a la vida pero esta solo le dio una golpiza en la cara.

Estar en frente la tumba de sus progenitores se sentía horrible. Sus padres fueron muy buenas personas, siempre agradeciendole a la vida por tener una familia tan hermosa, pero la vida no estaba de acuerdo con que aquella familia viviera.

Las lágrimas salían desconstroladamente de sus ojos, ya no sabía el porque estaba llorando, tal vez de todos esos recuerdos de él y su madre y padre juntos, o simplemente el echo de que faltaría mucho tiempo para verlos y sonreirles. Jimin no le podía sonreír a el mundo, porque su mundo eran sus padres pero ya no estaban y no había nada para impedirlo.

Miró con atención la lápida de su madre. Cuanto la extrañaba. Quería volver a escuchar todas las tonterías que decía, las mini peleas que tenía con su padre por quien limpia la habitación, su comida lista en la mesa cuando él llegaba de la escuela...

──Te extraño, mamá ──Soltó un suspiró intentando calmar las ganas de volver a llorar y miró la lápida de su padre──. Te extraño, papá.

Y con ésas últimas palabras, se levantó del sucio suelo y caminó hasta su casa.

Debía agradecerle a Jungkook por haberlo llevado a el cementerio antes de que cerrara.

SAD ┊͙국민: Kookmin (pausado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora