-¿Nerviosa?- pregunta Hanna la cual está tumbada en mi cama
-Para nada- le digo
-¿Ni un poco?- dice Lisa
-¡No! ¿Qué os dado hoy?- les pregunto a ambas y me levanto de la silla del tocador
-Nada, yo lo estaría, por dios santo vas a estar ante más de mil personas- dice Lisa y se remueve más
-Ya estoy acostumbrada, os recuerdo par de petardas que llevo bailando desde que tengo memoria- les digo y les saco la lengua
-¡Lo sentimos ama!- dicen al unísono y las miro mal
-Además ¿Qué hacéis a las nueve y media en mi casa? ¿No deberíais estar en vuestras casas?- pregunto y me acerco al armario y saco el traje para hoy
Lo miro detenidamente, el traje es lo más bonito que me han echo, mi abuela se ha esmerado muchísimo en ello, es sencillo pero a la vez es atrevido, es un minúsculo body negro con piedras que brillan, la espalda es abierta y lleva incorporada una falda plateada que destaca, perfecta para la actuación.
-Tu madre nos avisó de que quizás estarías mejor en compañía- dice Hanna mientras se levanta y coge el traje
-¡Es precioso Didi! si hoy no se fijan en ti, no sé cuando lo harán- dice Hanna
Lisa se arrastra por la cama y con detenimiento mira el vestido
-No es de mi gusto, ya sabes tanto brillo, pero en ti quedará perfecto- dice Lisa
-¡Gracias chicas! Mi abuela me lo hizo, ya sabéis desde que aprendió a coser, tejer y demás no para de hacer cosas- digo y ellas me sonríen
-Ojala tener yo una abuela así- dice Hanna
-Al menos la tuya te regala cosas normales ¿Sabéis que me regaló mi abuela? Condones y me dijo: No quiero que te pase lo mismo que a tu madre, y yo pensando abuela que me gustan las chicas, a no ser que alguna me deje embarazada por obra divina no sé para qué los quiero- dice Lisa
Hanna y yo nos miramos y empezamos a reír
-¡¿Cuándo se lo vas a decir?!- dice Hanna
-Ya se lo he dicho como mil veces pero no capta- dice ella en un tono triste
A decir verdad, la madre de Hanna al principio no se lo tomó nada bien, en cambio su padrastro si y su madre lo acepto. Aún recuerdo aquella noche en la que llegó a mi casa empapada y en un mar de lágrimas, ella y su madre se habían peleado por eso y yo la abracé bajo la lluvia muchísimo tiempo, nunca me ha importado que a Lisa le gusten las chicas, ni a Hanna tampoco
Me acerco a ella y la abrazo muy fuerte- Ya verás como lo acepta, no le queda otra Lisa- le digo y ella me abraza con más fuerza
-Eso espero- musita y me sonríe
-¡Eso es! Nunca dejes de sonreír- dice Hanna la cual se acerca y le da un abrazo
La puerta se abre y mi madre aparece un una enorme bandeja llena de tortitas, el estómago de Lisa gruñe y nos mira con timidez
-¡Vaya! ¿Interrumpo?- pregunta mamá
Nosotras nos separamos y Hanna se adelanta en responder
-¡No! ¿Esas no son tus famosas tortitas?- le pregunta a mamá
-¡Pues si! Supuse que tendríais hambre- dice y suelta las tortitas en el escritorio
-¡Gracias Gina!- dice Lisa y corre a por su plato
Ésta chica solo corre por comida y porque llega tarde
-¡De nada! Os podéis quedar a comer, la actuación no será hasta las ocho de la tarde y así os llevaremos nosotros- dice mamá