-¿Qué turno? ¿De qué hablas?- pregunto nerviosa
Baxter me coge de la mano y me lleva al salón, solo con coger su mano me hace temblar
-Diana tenemos que hablar de nosotros
-¿Porqué? Yo ya hable todo lo que tenia que hablar
-Exactamente, tú, yo no
Me suelta la mano, se sienta en el pequeño sofá y me invita a que me siente a su lado y lo hago. No sé que hora será pero no tengo ni una pizca de sueño, estoy nerviosa y ansiosa
-Diana, yo no quiero a Galya. Ella no es mala pero no la quiero. Mi padre quiere que esté con ella por la simple razón de unir a las dos familias, ya que así tendríamos más poder- me mira- ¿Cómo puedo amar a alguien que no seas tu?- tras sus palabras mi corazón deja de latir unos segundos, me ama, ¿Cómo es posible eso?- Se que he echo las cosas muy mal contigo, desde que te conocí no sé lo que me pasó. Intenté detener todos los sentimientos que sentía por ti, eras una extraña, sin pelos en la lengua. Al principio quería odiarte, lo intenté, lo juro pero no conseguí olvidarte, no puedo y sobre todo no quiero
Lo miro incrédula, ¿Qué está pasando aquí? Joder estoy perdida
-Yo... no sé que decir
Él me muestra una de las sonrisas más tímidas del mundo, sin previo aviso me agarra y me pone en su regazo y me apega a su pecho. Escucho su corazón, va tan rápido como el mío
-¿Lo escuchas Diana? No te puedo asegurar que las cosas entre nosotros siempre vayan bien, en absoluto. Tú eres una cabezona y yo un puto orgulloso, mi familia está rota y solo son unas personas ambiciosas, si estoy con Galya es mor mi padre. Mi padre le está pagando un tratamiento para que ella pueda sobrevivir- dice y me acaricia la espalda
-¿Por qué?- musito
¿Porqué? ¿Qué le pasa a su madre? ¿Tan grave es?
-Diana... mi madre tiene un sesenta porciento de vida. Tarde o temprano va a morir, no quiero aferrarme a esa cifra, no puedo perder a mi madre, aún no- dice angustiado
Le agarro la cara y lo miro- Todo irá bien, tranquilo
No sé que otra cosa decir, a veces una mentira piadosa ayuda más que una verdad. Mi abuelo me lo dijo una vez
Baxter acerca su frente a la mía y cierra los ojos, huele a canela y a detergente
-Gracias.
Nos quedamos así, no me importa, jamás pensé que llegaría a conectar de una manera tan especial con el, no puedo huir y tampoco quiero. Lo quiero y eso no lo puede cambiar nadie. He luchado contra esto con uñas y dientes, sé que quizás lo nuestro termine o quizás no ¿Quién lo sabe? Somos personas humanas, tenemos que reír, llorar y odiar con todas nuestras fuerzas
-Lo siento tanto- suelto de repente- Baxter quizás lo nuestro no acabe bien, quizás tengamos que luchar contra el mundo pero quiero intentarlo
Él abre mucho los ojos, no me da tiempo de reaccionar, caigo al sofá y el está encima mía
-¿Eso quiere decir lo que creo que quiere decir?- pregunta ilusionado
Me río- Quizás
-¡Diana no me hagas sufrir!
-Te quiero estúpido
Se acerca y me besa, sus labios presionan los míos ansiosos, lleno de ganas de más. Baxter es fuego, fuego puro. Estoy dispuesta a quemarme en sus llamas. Se lo devuelvo con más ganas, quiero más, mucho más. Él se da cuenta, le saco la camiseta con una mano mientras con la otra le acaricio el estómago, el gima y suspira