único

83 15 23
                                    


Sí, la muerte estaba enamorada, enamorada de un alma mortal y pura.

Y la muerte lo supo en ese instante, supo que estaba acabada al haber caído enamorada de un ser tan fugaz y etéreo como lo era aquel banal mortal.

Esta alma pura y efímera de la que tanto hablamos, es Park JiMin; un joven esbelto, risueño y con toda una vida por delante —si él realmente supiera... —.

Y a la muerte... Bueno, a la muerte podemos darle el nombre de Min YoonGi.

La muerte, tal y como la conocemos, es tan caprichosa, y capaz de obstinarse con todo lo que desee, queriendo poseerlo. Costase lo que le costase.

Park JiMin, tenía un muy bonito y acogedor apartamento en el centro, en el que subsistía gracias a la beca de la universidad, en la que, por cierto, estaba por acabar sus estudios prácticos de arte y danza.

JiMin era feliz, tenía a su pequeño grupo de amigos —que únicamente estaba formado por TaeHyung, EunWoo y JiHyo —, y tenía buena relación con su familia —el matrimonio Park y su único hermano, NamJoon —.

Ya fuera del ámbito familiar y amistoso, todos sabían una cosa, y es que JiMin vivía en la eterna soltería, nunca nadie había sabido de una pareja por parte de JiMin, ya hubiese sido hombre o mujer. Y esto —por suerte o para desgracia de JiMin —fue algo de lo que nuestra querida muerte terminó por enterarse.

Y YoonGi, al haber desarrollado un fuerte interés por JiMin, decidió aparecer en el mundo de los mortales, para permanecer en la vida de JiMin, pero pasando totalmente desapercibido por él.

JiMin continuaba con su vida, sin darse cuenta de una nueva presencia en ella, y, un día, repentinamente, al darse cuenta de la ya anteriormente nombrada, podríamos decir que su reacción fue... ¿Cómo decirlo? Un tanto inesperada, pero no queremos pararnos a explicar ese momento ahora.

Pasando las semanas, sorprendentemente para JiMin —y para YoonGi también, para que negarlo —la química fue inmediatamente explosiva y la atracción inevitable. Se llevaban realmente bien, y eso, facilitaba las cosas para YoonGi.

Su plan comenzaba ahora.

YoonGi y JiMin tomaron confianza tan rápidamente, formando así un gran lazo sentimental. Hasta el punto de que ambos vivían en una relación de dependencia, no podían vivir sin el otro.

Y JiMin, nuestro dulce e ingenuo JiMin, —por el momento —no sabía ni dónde y con quién se estaba metiendo, pero realmente no le importaba, él disfrutaba de cada furtivo e incandescente encuentro con la muerte, disfrutaba de cada cosa que ella le podía ofrecer.

Pero siempre siendo inconsciente de esto, de que YoonGi era la muerte encarnada. La muerte en vida.

Entre tanto, situaciones se daban entre estas dos impías almas, fundiéndose en el placer que les otorgaban las llamas incandescentes del ardiente infierno.

Un día, tarde de madrugada, YoonGi y JiMin permanecían entre las claras sábanas del último mencionado, dándose lentas caricias sobre su desnuda piel y, ahí, YoonGi decidió por fin concluir su tortuosa espera de llevarse y permanecer con JiMin por siempre.

—JiMin... —susurra YoonGi, con su característica grave y rasposa voz.

—¿Sí, Yoonnie? —dice JiMin medio adormilado por las suaves caricias en su cintura y espalda.

—JiMinnie, dulzura, tengo algo que decirte, y quizas pienses que estoy realmente loco, o quizás más de lo que ya estoy. Pero quiero que realmente seas de mente abierta y escuches atentamente... —dice levantándose cuidadosamente y mirando directamente a los ojos de JiMin.

—Está bien, Yoon, sabes que puedes decirme lo que-
—fue cortado por un vasto beso en sus labios, haciéndolo callar así.

—JiMin, escucha, soy la muerte. —dice apartando su mirada de él —Soy la muerte, soy un ser inmortal que no pertenece aquí, a este mundo.
Soy un alma que no merece el amor de nadie y que tenía ilícito el enamorarse de un mortal, tal como tú, JiMin —.

—Y-YoonGi, yo... no sé si deba decirte... —un corto silencio transcurre y JiMin continua hablando interrumpiendo así lo que YoonGi estaba a punto de decir. —Yo ya lo sabía, YoonGi, era algo obvio, confuso al principio también, pero fue simple de comprender.

—Pero cómo... ¿Cómo sabías, JiMin? —pregunta un boquiabierto YoonGi.

—Verás, Yoon, en cuanto me di cuenta de que apareciste de un día para otro, y viniste directo a por mí, lo supe. Lo intuí, y a medida que pasaba el tiempo lo iba asimilando más.

En medio de la estupefacción de YoonGi, JiMin aprovecha para besar los entreabiertos labios de este, saboreando la incredulidad en ellos.

Y así, luego de destapar los sentimientos por parte de ambos, YoonGi habla.

—JiMin, ¿Aceptarías vivir junto a esta pobre e impía alma por el resto de la eternidad, hasta que la perpetuidad de los siglos concluya? —y JiMin, sin pensarlo mucho, pero teniéndolo completamente claro, acepta, dando un seguro asentimiento de cabeza y lanzándose a besar con sus carnosos y rojizos labios, los finos y brillantes del contrario.

Entonces, en medio de ese fogoso beso, sus cuerpos se consumieron en las ardientes llamas que los llevarían a ambos a seguir amándose por el resto de la eternidad.

Y así, tanto JiMin como YoonGi, desaparecieron.

Para todos, y para siempre.

[...]

Éramos dos almas separadas

por lo paranormal y por la realidad,

pero, cuando las almas están

destinadas a encontrarse, el destino

acerca los mundos, borra la distancia

y une los caminos...

FIN

Disculpas de antemano por si hay faltas ortográficas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Disculpas de antemano por si hay faltas ortográficas. 

Gracias por leer! ♡


˖ 🐝 𝖌𝐢𝐠𝐢 !

Cuando amando muera la muerte || 윤기 + 지민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora