||Sentimiento extraño||

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—¿De verdad irás afuera? -Izuku preguntó.

—Kirishima vivía con sus padres cuando estaba más pequeño fuera del castillo, pero desde que su padre fue nombrado comandante de las tropas, viven aquí. -Katsuki respondió.

—Entonces, ¿conoces afuera? -Shoto también tenía curiosidad.

—Sólo un poco, pero tengo conocidos, no me perderé. -Kirishima parecía querer ofrecerse.

—Si lo descubren a él, no sería tanto el problema que si sale uno de nosotros. -El cenizo lo pensaba mucho.

—Bien, dame la comida, Izuku. Saldré por un pequeño hoyo que está en las paredes del jardín principal, regresaré pronto por ahí.

—Estaremos esperándote aquí. -Dijo Ochako, casi no había hablado.

Kirishima procedió a salirse del castillo por donde había dicho y se apresuró a caminar, no quería que algún guardia lo vea. Antes de que se fuera, Izuku le dijo por donde dirigirse, él se ubico rápido. Efectivamente, en ese lugar había un perro, justo enfrente de una casa. Se acercó al perro y le pareció un poco extraño que a pesar de su apariencia de muerto de hambre, no se acercará a la comida para nada, ni siquiera a olerla. Si el perro no lo estuviese mirando, Kirishima pensaría que este había fallecido. Entre sus pensamientos, escuchó una voz que lo llamaba de la casa.

—¿Kirishima? ¿Qué haces fuera del castillo? ¿Viniste a visitarme?

—Hola, Mina. Me asustaste, creí que habían descubierto que me he escapado para traerle comida al perrito.

—¿Te escapaste? ¿De qué perro hablas?

—Del que está justo detrás de mí.

Ambos se voltearon y no había nada ni nadie, la comida y el perro no estaban, solo quedaba un charco de lodo.

—Te juro que había un perro aquí, le traje de comer porque es muy raro ver perros callejeros aquí, si se hubiese comido la comida e ido, lo hubiésemos escuchado. Además, parece que solamente desapareció.

—Voy a creerte, porque si te escapaste del castillo, tuvo que haber una razón así. Tienes un gran corazón, pero me deja preocupada el hecho de que el perro desapareciera, por así decirlo.

—Gracias por creerme. ¿Tú que hacías por aquí?

—Regreso de entrenar, creí que te vería ahí.

—Oh, la señora Mitsuki me dijo que faltara hoy, que había hablado con mis padres. Pero prometo no faltar de nuevo. Quiero ser como mi papá y mamá.

—Siempre eres así, me gusta tu entusiasmo. Próximamente seremos la cabeza del ejército.

—Te esfuerzas mucho más que yo, tal vez terminé siendo tu subordinado. -Ambos rieron. —Bueno, tengo que regresar, me están esperando. Espero verte mañana en el festival para que conozcas a mis nuevos amigos.

—¿Tienes nuevos amigos? ¿Te refieres a los príncipes y princesa? ¿Los príncipes son lindos? ¿Cómo es la princesa?

—Creo que la mala manía de hacer muchas preguntas la he aprendido de ti, mañana los conocerás. Tengo que irme. -Dijo mientras corría de regreso.

—Cuídate, nos vemos mañana.

Entró al castillo y todos estaban esperando con esmero y desesperación, cuando se percataron de que regresó, se sintieron aliviados.

—¿Cómo te fue? -El pecoso preguntó primero.

—¿No te mordió? -Ochako le siguió.

—¿Se comió la comida? -Shoto fue el siguiente.

—¿Crees que alguien te haya visto? -Katsuki finalizó el interrogatorio.

—Primero que nada, yo... Bueno, no sé si me creerán, pero, le dí la comida con éxito, pero el perro desapareció, con todo y lo que le había llevado. En un parpadeo.

—¿Qué? -Los 4 niños se sorprendieron.

—Niños, ya es tarde, regresen aquí. Deben dormir. -La reina Mitsuki se acercaba a ellos. —¿Qué pasa? ¿Por qué están tan sorprendidos?

—No es nada, mamá. Estábamos jugando. -Katsuki mintió.

—Así es, señora Mitsuki. -Izuku dijo un poco nervioso y con la misma, sonrío.

—Bien, vamos. Síganme, necesitamos darles un anuncio y luego nos retiraremos a dormir. Mañana comienza el festival y necesitamos descansar.

—¿Un anuncio? -Preguntó el heterocromático mientras seguían a la reina.

—Sí, ya hemos tomado la decisión acerca del matrimonio. -Sin voltearse, responde.

Ochako se sintió un poco triste, no quería tocar el tema tan pronto, pero sabía que así debía ser. Los varones la miraron, trataron de ignorar el incomodo ambiente pero no era posible. Llegaron al gran salón, se sentaron en los respectivos lugares donde estaban antes en el comedor.

—Llegamos a la conclusión de cómo será el enfrentamiento para ganarse la mano de la princesa, la cual ella no podrá participar. Ya que, si la incluimos, la supremacía de los 4 reinos o la orden de los sabios podría tomarlo como rompimiento al código y la princesa tendría que ser sacrificada. Al no querer esto, el combate se llevará a cabo en 8 años, consistirá en matar y traer la cabeza del ciclope dormido gigante de la montaña más alta en el reino del norte. El príncipe que lo logré será el ganador. Recordemos que el príncipe que se case con la princesa heredará 2 reinos, el suyo y el de ella, en donde mientras generen 2 herederos, uno para cada reino, en el reino de la princesa habrá un rey suplente, que será el jefe de sus tropas... Es todo. -El rey Masaru no se veía contento con lo que se llevaría a cabo, sentiría que todo se volvería un caos, pero aún faltaba mucho para ponerse a pensarlo.

Todos se fueron a sus respectivos cuartos a dormir, ya que el siguiente día sería muy ajetreado. En la habitación de Enji y Shoto, empezaría una discusión.

—Shoto, es tu obligación ganar.

—¿A qué te refieres con que estoy obligado a ganar?

—Shoto, no quiero tener que hacer algo de lo que voy a arrepentirme, te ordeno que te acerques a la princesa y te ganes su corazón, cuando regresemos al reino, entrenaras duro y sin descanso para ganar ese combate, tenemos 8 años para prepararte. El reino del Este tiene que ser nuestro.

—Estás obsesionado con el poder, pero yo no soy así.

—Si no lo haces, olvídate de volver a ver a tus hermanos.

—No te atreverías a tocarles un pelo.

—No, pero puedo venderlos como me vendieron a tu madre.

—¿DE QUÉ HABLAS, PADRE?

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⏰ Última actualización: Feb 07, 2021 ⏰

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