Una de las satisfacciones de ser rockero son las groupies. Para los que no lo saben, las groupies son personas (en este caso chicas) que buscan intimar con un musico famoso. Y yo soy rockero.
Durante una gira conocí a Romina. Era mas bien bajita, cabello castaño, cintura providencial, sus pechos eran generosos y prominentes, no usaba sostén así que sus pezones siempre podían verse a través de su camiseta blanca de tela barata, y por último su culo que era un poema y al igual que sus pechos era prominente, y con la forma exacta de un corazón.
Luego del primer show en la gira, la vi justo delante mío revoleando una pequeña bandera y saltando todo el tiempo. Era imposible no verla porque cuando saltaba sus tetas parecían tener vida propia. Me grito algunas cosas que no escuche durante el último tema, pero no le di importancia, siempre sucede.
Al día siguiente fuimos a un pueblo cercano y apenas subí al escenario ella también estaba ahí frente a mí. Me sorprendió porque no es común que sigan a los artistas viajando durante una gira. Solo sucede cuando se toca varias veces en un mismo lugar.
Luego del show nos trasladaron al hotel para pasar la noche. Al día siguiente partiríamos hacia el norte para tocar dos días después.
Desde mi ventana se veía el bus de gira de la banda y gente que pasaba y se sacaba fotos posando frente a él. Pero había alguien detrás del bus que no se movía de ahí.
Caída la madrugada, la figura seguía ahí y supe que era un fan, así que decidí bajar a saludar y tal vez fumar "algo".
-Hola. - Dije al salir notando que era una chica.
La chica se puso de pie y quedo obnubilada.
-HOLA. - Dijo con dificultad y de un salto se colgó de mi cuello
-Jajajaaa, ok ya. Eres fan de la banda, ¿verdad? –
-No, solo soy tuya... Digo, solo soy tu fan...-
La despegué de mi cuello para verla mejor.
-Aaahhh... ya veo. Eres la chica que siempre está frente a mí en los shows. –
- ¿Qué?,¿Me reconoces? - Su sorpresa me causó algo de ternura, pero mis ojos eran difíciles de controlar.
-Claro, como olvidarte. – Dije bajando la vista a sus pechos. Ella se enrojeció. – ¿Pero que haces aquí sola? -
-Compré boletos para toda la gira. – Dijo preocupada.
-Pero... para ver el siguiente show deberías haber partido ya. –
-Si, lo se. Ese es el problema. Creo que no llegaré con el dinero para viajar y solo me quedaba una opción. – Me miró con ojos llorosos cual cachorro abandonado.
-Oh por dios niña. No esperaras viajar con nosotros, ¿verdad? -
-¡Se que es mucho pedir!, pero si no me llevan con ustedes tendré que tirar todo esto. – De su bolsillo sacó un sobre repleto de boletos de nuestros shows. 14 para ser exactos.
-Estás loca niña. – Lo dije enserio, pero ya había tomado la decisión de llevarla. Me daba mucha pena lo que le estaba pasando.
La metí a escondidas en el hotel y le hice un lugar para dormir en mi cama.
-Tendremos que dormir juntos. No dejare que duermas en el sofá y tampoco yo lo haré asi que ya ves. – No ando con vueltas.
- ¡Lo que digas! ¿Puedo bañarme primero? – Dijo emocionada.
-Puedes y debes. Jajaja. – Dije mientras extendía las sabanas.
Puse música y recordé que la puerta del baño era de vidrio transparente. Me acerqué sin ocultarme y me paré frente a la puerta a disfrutar del espectáculo.
Estaba de espaldas en la ducha pasándose jabón. Su cuerpo se veía igual que cuando estaba vestida. Solo me limité a observar sus manos acariciando su cuerpo suavemente, pero no pasó mucho tiempo hasta que el cristal se empañó y al mismo tiempo ella me vio parado ahí, pero sonrió y siguió con lo suyo.
Yo me adentré y me senté en la tapa del excusado para seguir viendo. Ella se volvió mas gentil y mostró poses que nadie hace en la ducha y me hizo calentar. Mi pantalón ya me apretaba así que lo quité. Lo mismo hice con la camiseta y luego dejé salir mis bajos instintos.
-Ven aquí. – Soné imperativo y ella salió de la ducha de inmediato sin siquiera cerrar la llave.
Se arrodilló frente a mí y metiéndose entre mis piernas comenzó a chupar mi pene.
-Tócate para mi mientras me la chupas. – Usó sus dos manos, una por delante y otra por detrás.
Escuchaba sus gemidos levemente entre chupadas. Era muy buena, tanto que la dejé seguir hasta el final.
- ¿Donde la quieres? -
-En toda la cara. - Dijo mientras se echaba hacia atrás sin quitarlas manos de su culo y de su vagina.
-Toda tuya. –
Me puse de pie y la llené de leche. Varios chorros entraron a su boca mientras gemía en su orgasmo, lo escupía sobre sus tetas y se deslizaba por su abdomen hasta su mano lubricando eso dedos inquietos.
-Metete a la ducha conmigo. Quiero bañarte yo misma. - Dijo.
-Me gusta mucho la idea. –
Me metí bajo la ducha apoyando mis manos contra la pared mientras ella acariciaba mi pecho con sus manos y mi espalda con sus pechos. Solo dos minutos después bajó sus manos a mi pubis y me volvió a causar una erección inmediata.
-Ahora tu. – Dijo mientras intercambiábamos posiciones.
Estando detrás de ella no había manera no tocar su trasero con mi verga así que no intenté disimularlo. Puse mi pene entre sus firmes nalgas y mientras mordisqueaba sus hombros y espalda fui penetrando lentamente. Mis manos quitaban de a poco los restos de semen de sus tetas, luego metía mis dedos en su boca para que lamiera. Me tomo de las caderas y obligó a clavarla hasta el fondo de una vez. Sus piernitas temblaron, su gemido fue leve pero muy sexual, y su orgasmo fue una chorreadera hermosa sobre mis bolas.
Deje que disfrutara su orgasmo hasta que volvió del transe y luego me ocupé de mi.
-Cógeme mas y acaba dentro de mí. – Cerró sus ojos y se entregó a mi voluntad.
- ¡Dame con fuerza! ¡Quiero sentir como entras y sales! –
-Me estas pagando el favor, ¿verdad? - Dije mientras pellizcaba muy fuerte sus pezones.
- ¡Aaayyyhhh! ¡Siiiiii! ¡Te... estoy... -
Hice lo mío. Fui algo violento por la calentura, pero no parecía disgustarle. Solo gritó en la estocada final mientras descargaba mi orgasmo bien adentro.
- ¿Sientes eso? Ahí tienes, esa lechita caliente es tu cambio... -
Romina cayó de rodillas mientras dejaba caer el semen de su culo abierto, yo solo me lavé un poco, me sequé y me fui a la cama a ver televisión un rato.
A la mañana siguiente desperté por la llamada de abordaje del manager que gritaba desde la puerta de mi habitación.
Miré a mi lado y estaba ella completamente desnuda sobre mi brazo y abrazando mi torso. Nos espera un largo viaje al norte...