HAPINESS|°

Familia

derechos a la mente maravillosa que lo creó y que ahora nos permite alimentar nuestra fantasiosa imaginación.
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La noche es tranquila, acariciada por una fresca brisa primaveral, mientras que el cielo oscuro permanece salpicado de luciérnagas parpadeantes, la más grande proyecta una luz azul lechosa sobre todo lo que hay debajo. Ella cree que es perfecto, bonito y relajante.

Rin observa desde la puerta del jardín con una pequeña sonrisa adornando sus rasgos juveniles, sus ojos castaños grandes e inquisitivos, felices y contentos. Ella había estado buscando a su padre, -¿le permitiría alguna vez que lo llamara así, en voz alta?- durante la mayor parte de una hora y probablemente había preocupado a todos los sirvientes y a Lady Chiyo con su prisa. Suspira y mira fijamente al extenso jardín, se alegra de ver que él está ileso. Ella está aún más feliz de haber descubierto que él parece tan contento como ella con la noche que los rodea.

Su Lord, convertido en padre (superficialmente, al menos), está sentado y mirando las estrellas contento con su espalda cubierta de yukata blanca presionada contra el delgado pecho de Inuyasha. Puede decir que están hablando, aunque no conoce el tema ni las palabras que están usando. Les está haciendo sonreír (o al menos hace sonreír a Inuyasha, pero Rin sabe que su padre está feliz, después de todo, está acostado contra Inuyasha, a pesar de la expresión pétrea, en su mayoría indiferente, que siempre ha adornado el hermoso rostro de su padre).

Rin no puede evitar soltar una risita como una campana felizmente mientras arregla su kimono naranja claro, sus ojos castaños nunca dejan a los dos demonios perros descansando entre sí en medio de un mar de hierba y arbustos. Se ven encantadores juntos, como una pareja feliz. Es la primera vez que los ve actuar así el uno con el otro y cree que es un cambio positivo.

Se había sorprendido y preocupado cuando su Señor había regresado de una pequeña misión, tarde, tres meses atrás. Pero parecía estar bien, al menos físicamente; no estaba sangrando, no fruncía el ceño, pero el aire frío e indiferente que su Lord solía llevar a su alrededor como si fuera su escudo más importante había cambiado. Parecía más ligero, mucho más palpable, más parecido al aura de Kouga, pero mucho más concentrado y tranquilo. Rin se rió y lo abrazó (para asombro de sus sirvientes; supuestamente, según Chiyo, la curandera anciana de su padre, estaba teniendo un efecto positivo en Sesshomaru y sus relaciones con los demás, haciéndolo más sociable, a su manera peculiar. ), mientras que en su mayoría ignoró el cambio porque obviamente era bueno.

Con su padre claramente complacido por algo, no había ninguna razón para que Rin se preocupara, aunque su corazón infantil creció un poco curioso en cuanto a la razón del repentino salto de humor de su padre. Sin embargo, Rin no hizo preguntas; sería de mala educación, mientras que, como él le había dicho 'no tienes que decírmelo si no quieres', y si no se lo decía sin que ella se lo pidiera, ella no preguntaría como era, probablemente no sea importante.

Pero hace un mes, su padre había vuelto a activar sus alarmas mentales, como la campana de un pueblo atacado por demonios furiosos y bulliciosos. Era raro que su Señor cavilara sobre la vida y sus misterios, del mismo modo que era raro para él soñar despierto. Rin había estado reiterando su educación para ese día, detalle a detalle microscópico, cuando los ojos dorados, generalmente enfocados, de su padre, tomaron una mirada vacía. Lo que más le preocupó fue la falta de acción de su padre cuando ella lo llamó por su nombre y lo sacudió, aunque difícilmente podría clasificarse como un 'temblor'. Era fastidioso encontrarlo reflexionando tanto que perdía el rastro de su entorno, peligroso incluso, especialmente cuando estaba fuera de los muros protectores de su castillo; podría resultar herido o muerto.

Hacía dos semanas que su padre le había contado sobre Inuyasha y su relación, de una manera que hacía casi todo lo demás; sin rodeos y aparentemente de piedra, como si estuviera hablando de una reunión con otro noble del que no disfrutaba de la compañía. Había causado un gran malestar en su joven mente; Recuerda que su madre le contó sobre los problemas del matrimonio dentro de la familia y cómo se despreciaba, pero ...