Ⓕlower | Kookv | One·Shot

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Era verano cuando lo vi por primera vez.

Había ido de vacaciones con mis abuelos después de mucho tiempo, ellos vivían en un pequeño pueblo en Oregón. No acostumbrabamos a visitarlos por lo alejado que estaba de nuestra casa. Sin embargo, ese verano nuestra madre nos había obligado a empacar lo necesario y a subir a nuestra Jeep casi a empujones.

Ella no era brusca usualmente, prefería solucionarlo todo con palabras y evitarse los golpes, pero en esta ocasión, supongo que tenía muchas ganas de ir a casa de sus padres después de mucho tiempo sin verlos.

Así que así fue como llegué a esta situación; en la que observaba como una rata de cola larga huía después de haberse robado una de mis galletas, «¿De dónde había salido? Quién sabe». Me había descuidado tan solo un momento y de pronto la rata había aparecido valientemente para robarse mi galleta, al parecer, aquí sobrevivía el más inteligente.

Soltando un suspiro observé por la ventana de la que sería mi habitación durante este verano, afuera solo había árboles y más árboles, sin casas alrededor, a excepción de la del vecino raro que tenía una hija aún más rara la cuál no había dejado de verme desde que llegué, literalmente, ella estaba mirándome desde el otro lado de la calle. Tragué saliva ignorando lo turbio que era eso y cerré la ventana decidiendo que no volvería a abrirla.

Agarrando lo que quedaba de mi paquete de galletas salí de mi cuarto temporal y bajé  las escaleras con rapidez, debía hablar con alguien pronto o me aburriría muy rápido.

No era como si la casa fuese aburrida, de hecho era entretenido explorar pues nunca había estado en una casa en medio del bosque y me daba curiosidad todo, sin embargo, —y como todo ser humano— a mí me gustaba hablar más qué observar, podía quedarme callado por unos segundos, pero me aburriría rápido.

Una vez abajo fui directo a la cocina donde se escuchaban las voces de todos, entre y camine directamente al bote de basura para tirar las migajas de galletas que había dejado la rata.

Giré sobre mi eje y caminé hacia el único asiento vacío al lado de mi mamá y abuela, me senté con calma y enseguido informé:

—Abuela, creo que deberían cuidarse, hay ladrones aquí.

Ante mis palabras mis abuelos se voltearon a ver entre ellos y se echaron a reír como si hubiese dicho el mejor chiste del mundo. Mi mamá, mi hermana y yo los observamos confundidos por su reacción. Una vez que se calmaron un poco mi abuelo decidió romper el silencio incómodo:

—No te preocupes, JungKook, Annie no muerde.

Completamente confundido fruncí el entrecejo por su afirmación, «¿Annie? ¿La rata ratera tiene un nombre?» mi entrecejo se frunció aún más al pensar en eso.

—¿Le pusieron nombre a la rata? —pregunté, aún sin poder creerlo.

Ambos asintieron casi al mismo tiempo, y mi madre, mi hermana y yo compartimos unas miradas llenas de horror e incredulidad.

—Bueno, ¿Es una rata blanca, no? ¿La inyectaron contra la rabia o algo? —preguntó mi mamá en un intentó vago por tranquilizar a mi hermana y a ella misma.

«¿Rata blanca? Si ella la viera..., seguro le da un infarto allí mismo»

Me levanté de mi lugar abruptamente decidiendo que era mejor escapar antes de que me preguntarán cómo era la rata Annie.

—Iré a dar un paseo.

Después de decir eso, salí de la cocina y me dirigí hacia la puerta delantera enseguida, antes de salir de la casa de los abuelos, logré escuchar a mi mamá gritarme desde la cocina:

🅳uruche Amōru 無。Kookv & YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora