🅳uruche Amōru 無。Kookv & Yoonmin

Ⓔl Utópico Mundo De Jimin | Yoonmin | One·Shot

Me había acostumbrado a verlo allí, aún así, creí que hoy, justamente por ser estas fechas y por el inmenso frío que hacía, él no vendría... pero, otra vez estoy sorprendido. ¿Cómo puede alguien permanecer fuera en medio de este inmenso frío?, estaba seguro de que pronto comenzaría a nevar.

Lo conocía desde hace cinco años atrás, así es. Yo le conocía, él de mí no sabía nada. De hecho nadie sabía algo sobre mí, es decir, seguro estaban conscientes de que alguien vivía en el departamento 209, pero no tenían idea de quién era, siquiera debían saber si era hombre o mujer. Ni la casera lo sabía. Después de todo yo no pagaba la renta, de eso se encargaba mi hermano mayor, SeokJin.

Yo nunca salía de casa. No podía.

Tenía curiosidad sobre el mundo de afuera, muchas veces me había preguntado cómo sería; pero yo nunca intentaba dejar mi hogar. Me sentía protegido dentro de estas paredes, eran reconfortantes.

Veía muchos doramas y me imaginaba el cómo sería si yo fuese uno de esos actores. ¿También sería tan popular?, ¿Tendría una novia?... era divertido imaginar mundos inexistentes.

Un suspiro abandonó mis labios al tiempo que empaña el vidrio de mi ventana, haciendo una mueca limpio el paño con mi mano, el frío llega de lleno a mi cuerpo y una vez más pienso: "¿Qué hace él allí fuera?", en todo el tiempo que llevo observándolo a través de mi ventana, nunca vi que alguien viniera a buscarlo.

Eran cinco años, y solo lo había visto a él.

Si lo pensaba con detenimiento, podría sonar como si yo estuviera enamorado de él pero ese no era el caso, yo solo tenía curiosidad. La curiosidad era completamente normal, estaba seguro de que los seres humanos muchas veces se sentían curiosos, por distintas cosas. Así que era normal.

Lo que no era normal era exponerse estando consciente a climas tan fríos. Era muy seguro obtener un resfriado de regreso.

Pero no podía quejarme, porque entonces si él me conociera también podría quejarse de mi problema con abandonar mi casa. Antes no era así, supongo que él antes tampoco era así.

Yo creía que podía ser un vagabundo. Quizás por eso siempre estaba allí y solo se movía para buscar comida o para pasear por allí. Él no tenía un lugar al cual ir.

No podía imaginarme en su situación, no querría estar en ella.

No conocía su nombre, ni de donde salió, pero eso no importaba; lo observaba, siempre. Y podía decir que era una buena persona, incluso lo admiraba.

Lo veía ayudarle a cualquiera que necesitará de él. Una vez lo vi dándole su único sándwich a un perro callejero, eso me dio mucho en que pensar por semanas. No podía entender su mente, ¿Por que él había decidido darle su único alimento a un perro?, aún más, si el perro no era suyo... un mes después una epifanía llegó a mis ojos.

No lo había visto en ese entonces, pero no era un perro, era una cachorra, que además era madre de cuatro adorables cachorritos. Creí que él había sido tonto al poner primero el estómago de un perro callejero, pero él, en realidad había alimentado a una familia.

Ese día observé maravillado como esa cachorra parecía estar muy feliz de verle, incluso le meneaba la cola y dejaba que él acariciara a sus cachorros. Descubrí que debía mirar el mundo de diferente manera.

Desde ese día han pasado dos años y yo sigo observándolo atentamente, esperando que vuelva a sonreír como aquella vez. Me enamore de su sonrisa.

En mi mundo de fantasía ver su sonrisa es mi sol de cada día.

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Eran las 12:00A.M. y mi pavo horneado ya estaba listo para ser comido, había preparado mi propia cena navideña yo mismo, mi hermano me había llamado antes para invitarme a pasar la navidad con el y sus amigos, pero lo rechace con la excusa de estar enfermo de gripe.