El dementor

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Pov T/N:

Desperté sintiendo un brazo en mi cintura. Voltee y me encontré con Harry durmiendo.

Sonreí. Delicadamente me levanté para darme una ducha y cambiarme.

Al salir de la ducha Harry seguía durmiendo. Sonreí maliciosamente.

Corri hacia Harry y salte arriba de el, con mis piernas a los costados de su cadera.

—¡Despierta!

Harry abrió sus ojos, sonrojado. Agarró sus lentes y me miró.

—Buenos días... —dijo con voz ronca, poniendo sus manos en mi cintura.

—¿Cómo dormiste? —pregunte recostándome en su pecho.

—Bien, porque dormí contigo —dijo sonriendo.

Harry y yo éramos mejores amigos. Pero en verdad el me gusta.

Levanté la mirada encontrándome con la de Harry.
Con una mano acarició mi mejilla.

Acercó sus labios a los míos y me besó. Correspondí después de segundos. Era dulce y tierno pero apasionado a la vez... No era la primera vez que nos besábamos ya que nos besamos en nuestro segundo año se podría decir que éramos como ¿Amigovios?

Harry puso sus dos manos en mi cintura haciendo que nuestros cuerpos se rozen y nuestras lenguas se encontraron.

•      •      •

Ahora estamos en el expreso de Hogwarts.

Se preguntarán “¿qué pasó?” pues mi hermanito querido de Ronald Weasley entro a la habitación. Nos separamos de golpe porque, Nadie sabe que nos besamos y tal vez Ron se ponga como un histérico.

Harry quería hablar con Ron, Hermione y conmigo a solas así que Ron echo, prácticamente, a Ginny.

Buscábamos un vagón, pero todos estaban llenos. Menos uno que se encontraba justo al final.

En éste sólo había un ocupante: un hombre que estaba sentado al lado de la ventana y profundamente dormido. Nos se detuvimos ante la puerta. El expreso de Hogwarts estaba reservado para estudiantes y
nunca habíamos visto a un adulto en él, salvo la bruja que llevaba el carrito de la comida.

El extraño llevaba una túnica de mago muy raída y remendada. Parecía enfermo y exhausto. Aunque joven, su pelo castaño claro estaba veteado de gris.


—¿Quién será? —susurró Ron en el momento en que nos sentabamos y cerraban la puerta, eligiendo los asientos más alejados de la ventana.

—Es el profesor R. J. Lupin —susurró Hermione de inmediato.

—¿Cómo lo sabes? ¿Por qué siempre sabe todo?

—Lo pone en su maleta —respondí señalando el portaequipajes que había encima del hombre dormido, donde había una maleta pequeña y vieja atada con una gran cantidad de nudos. El nombre, «Profesor R. J. Lupin», aparecía en una de las esquinas, en letras medio desprendidas.

—Me pregunto qué enseñará —dijo Ron frunciendo el entrecejo y mirando el pálido perfil del profesor Lupin.

—Está claro —susurró Hermione—. Sólo hay una vacante, ¿no es así? Defensa Contra las Artes Oscuras.

Una Weasley más [Harry Potter X Lectora] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora