6

200 16 7
                                    

(EDITADO)

Después de un rato en el que Theo y yo nos encontrábamos buscando y comprando los ingredientes para hacer el almuerzo; Nos habíamos decidido por hacer spaghetti, algo fácil, rápido y sencillo de realizar y conseguir en el supermercado de Canyon. Nos regresamos nuevamente en otro taxi, viendo los tristes colores de Nevada y ese mítico olor a como si estuvieran incendiando algo.

— Disculpe, ¿Nos puede hacer la parada aquí, por favor?— Dijo Theo interrumpiendo al taxista durante el camino

— Claro que si, sería $1 dolar — Respondió el conductor mirándonos de reojo por el retrovisor, a lo cual, Theo accedió a dar el dinero y despedirnos del taxista.

Me había quedado completamente confundida, ya que Theo había pedido parar en un punto en el que todavía faltaba llegar a su casa.

— ¿Porque pediste que nos dejaran aquí? — Pregunté frunciendo el ceño mientras cargaba en una mano la bolsa de las compras

— Necesito entregarle...algo a Boris— Contesto en un momento algo desconcertado a lo largo que comenzábamos a caminar

— ¿Se puede saber que es?—

—...ya sabes...es por eso que decidí parar hasta acá de una vez—

Theo y yo estuvimos caminando un corto plazo, ya algo cansados con las bolsas de compras mientras que nuestro cabello daba a nuestra cara por el aire de la ciudad.

— Dios— Bufé agotada de cargar la bolsa encima del sol— Lo peor de todo es que todavía nos falta para llegar a tu casa— Termine de hablar justamente cuando llegamos a la casa de Boris. Al estar tan cansada y agotada solo pude sentarme mientras esperaba a Theo tocando a la puerta

...

— ¿Y luego?¿Porque nadie abre?— Dijo Theo un tanto desconcertado

— Deberíamos irnos, ya tengo hambre— Respondí con las tripas enrolladas de lo tanto que rugían — Además ya estoy un poco cansada—

—Yo también me siento exhausto, pero quede con Boris hoy de darle lo que le tengo que dar...—

En ese preciso instante en el que Theo solamente expulsó un leve suspiro, un señor alto, un tanto viejo con calvicie, un bigote astroso con un bastón pintado como si de madera pareciera, se mostró en frente de nosotros en la puerta de su casa.

— ¡¿Otra vez tu?!— Levantó la voz con un ceño fruncido al ver a Theo, como si estuviera harto de verlo, es decir, pareciera como si todo el tiempo estuviera enojado.

— Disculpe Señor, y...buena tarde— Respondió el rubio casi muerto de miedo...¿Acaso ese hombre le había hecho algo?

—Agh, ¿Que diablos necesitas ahora de mi hijo?—  Exclamó el...¿papá de Boris?, vaya, no pensé que fuera su padre; Me lo imaginaba más joven, parecido a él...y no tan amargado.

— ¿Se encuentra en casa?, Solo quise venir a...charlar un rato con su hijo—

— Pues...no se encuentra en casa, ¡Así que será mejor que te vayas antes que te tenga que correr!— Reafirmo golpeando su bastón contra el suelo ya algo molesto— Y por lo que observo...estas acompañado— Dijo aquel señor intimidante poniendo su mirada completa en mi, lo cual me hizo sentir incomoda y nerviosa

Otro atardecer - Boris Pavlikovsky  (EN EDICION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora