『Capítulo XV: Noche roja』

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—¿Estás bien? —pregunta Johan en medio de la oscuridad, Dekka se limpia la sangre de la nariz con el dorso de la mano sana.

—Solo tú preguntas esa estupidez en su estado —se queja Ekai, Johan haciendo una mueca ilumina el lugar.

Ekai bajo las instrucciones de Arian mantiene el domo de tierra sobre los tres, dándole la espalda a Johan y Dekka, con las manos en el domo para mantenerlo en su forma por la dificultad de este.

—Gracias —susurra Dekka, para Ekai y Johan es evidente su pésimo estado de salud, puesto la respiración jadeante de Dekka es dificultosa.

—Debo acomodar tu... —Johan hace un gesto de desagrado, aunque Arian se lo ordenó no le agrada acomodar de nuevo su hombro, sobre todo porque es para que ella siga peleando contra Night.

—Hazlo... —aprieta los ojos sintiendo el tacto del pelinegro, Johan aspira antes de reacomodar el hombro dislocado, sacándole quejidos y unas cuantas lágrimas a Dekka.

Johan comienza a quitar el hosco vendaje de la muñeca que su compañera se hizo a las prisas para vendarla adecuadamente.

—Listo —informa Johan levantándose al finalizar, en su rostro se refleja la desilusión por saber que en su pésimo estado Dekka debe seguir entreteniendo a Night.

—Dekka, saldremos por tres direcciones diferentes, a través del comunicador el comandante nos mandó la posición de ellos, cuando deje de amoldar la tierra atacaremos —a Ekai tampoco le agrada la idea de utilizar a Dekka en su estado actual, sin embargo tampoco es capaz de encontrar una manera para reemplazarla, puesto Night solo va tras ella.

—Esta frente al domo esperando por ti —titubea Johan bajando la vista—. Él es fuerte y tú...

—Haré lo que pueda —asegura Dekka con confianza poniéndose de pie, sus palabras no concuerdan con su cuerpo y pensamiento.

—No te rindas —Johan le sonríe ladeado—. Confío en ti —susurra, Dekka sonríe de inmediato.

Ekai se mantiene en silencio, después de las palabras de Johan y la pregunta de Dekka parece entender el porqué le preguntó si confiaba en ella. Se arrepiente de haberle respondido de esa manera cuando ella solo deseaba escuchar un sí.

—Nigth sigue frente al árbol, solo avanza al frente —habla Ekai. Dekka viendo a Johan iluminar el lugar le hace recordar el insulto de Ekai.

—No te molestes por lo que diré, pero ahora mismo pareces una linterna —comenta Dekka queriendo romper el ambiente tenso, Ekai suelta una pequeña y casi inaudible risa, que así como vino se fue. Johan y Dekka habían apreciado por segundos el deleite de la delicada risa de Ekai.

—No le des la razón a ese engreído —se queja Johan cruzando los brazos, fingiendo molestia haciendo un puchero divertido.

—Dekka... —la nombra Ekai, cabizbajo—, confío en ti —bisbisea con una vergüenza apoderandose de sus mejillas. Dekka entreabre la boca por las sinceras palabras—. Ser temerario es bueno cuando conoces tus propios límites, o de otra forma terminas muerto —musita palabras que su padre le dijo una vez—. Piensa antes de actuar, solo te pido eso —Dekka sonríe con una felicidad que apacigua sus dolores.

—Gracias por todo, Johan, Ekai —recoje la katana y detestando su existencia se prepara para seguir—. No voy a morir esta noche, daré lo mejor de mí —masculla decidida a cumplir con su palabra.

Los tres apuntan a diferentes direcciones listos para seguir, el domo de tierra cae y Dekka se lanza tras Night. Ella tiene en mente que dar todo de sí probablemente no sirva contra él, pero eso no la detendrá, jamás lo hará, puesto nunca dejó que le pusieran límites, ni siquiera ella, incluso si eso la llevase a la muerte y a estas alturas no piensa cambiar de opinión. Dekka lo ataca iniciando un combate, percatandose de su cansancio provocado por Arian quien lo hizo esforzarse al eludirlo. Aprovechando eso Dekka encuentra una abertura, y pese a que una katana fue creada principalmente para el corte más que a la estocada, Dekka atraviesa el costado derecho de Night, él desaparece del lugar, cuando es capaz de darse cuenta nuevamente de su presencia es demasiado tarde, él aparece frente a ella a centimetros de distancia y atraviesa su hombro izquierdo tomándola desprevenida. Los gritos de Dekka son momentáneos, Night entierra el sable con tal fuerza que la obliga a retroceder unos pasos antes de tropezar y caer. El dolor agudo es acompañado por ardor, su brazo izquierdo comienza a hormiguear y sus quejidos disminuyen al igual que el dolor, Night quiebra el kami en dos partes desiguales dejando una parte enterrada en el hombro de ella.

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