Separados...Pero volveremos a ser lo que FUIMOS (Damirae)

Capítulo 12

En ese momento el beso empezó empezó a verse más necesitado, era obvio pues los dos se extrañaban, más de lo normal, Damián se arrepentía todos los días por haberle terminado

Narra Raven

Lo besaba, no podía creerlo, lo que más deseaba se estaba cumpliendo, Damián me besaba, incluso me ama, este es el mejor día de mi vida, solo espero que tengamos un futuro juntos, ahora que recuerdo no le había puesto el pestillo a la Oficina

En ese momento Raven se separa del hombre dejándolo sorprendido y a la vez confundido

-a donde vas? - decía confundido

-creo que es mejor que estemos cómodos, no lo crees? - decía para después poner el pestillo a la puerta, así nadie los iba a interrumpir en su acto carnal

-pensé que nunca lo dirías - decía de forma sensual acercándose a ella

Narra Raven

El se me acercó y puso su mano sobre la parte baja de mi espalda, descendiendo, hasta posarla sobre mi trasero.

Por un instante, un millón de pensamientos azotaron mi mente. Esto era, definitivamente, lo mejor, lo extrañaba lo extrañaba a el.

El calor de su mano me quemaba la piel a través de la falda. Cada músculo de mi cuerpo se tensó. Mis pezones
se endurecieron, y mi mandíbula se cerró con fuerza. Pezones traidores.

Dejé salir el aire que tenía retenido, y sentí el corazón latir con fuerza en mi pecho. Por lo menos había pasado un minuto, y ninguno de los dos dijo nada, nuestras respiraciones y
el débil sonido de la ciudad era lo único que se escuchaba en mi oficina

-date la vuelta- dijo despacio.

El sonido de su voz rompió el silencio; suspiré en silencio y cerré mis ojos ante ese sonido. Me di la vuelta despacio, su mano moviéndose conmigo, hasta ponerla en mi cadera. Miré hacia abajo para encontrarme con sus ojos, y me miró con intensidad. Más silencio. Podía ver su pecho subir y bajar; cada respiración era más profunda que la anterior.
Comenzó a mover su pulgar, despacio, de atrás hacia adelante; sus ojos nunca dejaron los míos. Estaba esperando a que lo parara; había pasado bastante tiempo para que yo le dijera algo. Nunca me
había sentido así. Cada músculo se tensaba con anticipación. Podía sentir el calor emanando de su mano, recorriendo mi cuerpo, y la humedad comenzaba a filtrarse por mi ropa interior.

Con sus ojos clavados en los míos, empezó a bajar su mano. Sus dedos recorrieron mi muslo, hasta el dobladillo de mi falda. La apartó y su mano se paró en el borde de mis
medias, enroscando su suave mano alrededor de mi muslo. A medida que su mano alcanzaba mi pierna, mi cuerpo se estremecía, con la rabia y la lujuria batallando en mi
interior. La ansiedad entre mis piernas estaba creciendo, y podía
sentir la humedad cuando sus dedos se acercaron más. Alcanzó el borde de encaje de mis bragas y deslizó los dedos por debajo. Lo sentí contra los labios y rozó mi clítoris antes de introducir un dedo en mí. Cerré los ojos y me mordí el labio intentado reprimir un gemido. Cuando lo miré de nuevo, sus ojos estaban cargados de lujuria, y en su frente estaban empezando a brotar gotas de sudor.

-Joder- gruñó en voz baja

Bajé la mirada hasta su regazo y pude ver su miembro duro, tensando la tela de su pantalón. Con sus ojos todavía cerrados, retiró su dedo y agarró la tela de mis bragas con la mano. Estaba temblando y me miró, con furia y lujuria en sus ojos. Con un rápido movimiento, las arrancó de mi cuerpo. El sonido del desgarro rompió el silencio, Alzó mis caderas bruscamente, elevándome hasta la fría mesa y abriendo mis piernas
enfrente de él. Sentí como el calor invadía rápidamente mi cuerpo, y solté un gemido cuando sus dedos volvieron a acariciar mi clítoris. ansiaba que me tocara de la manera que lo estaba haciendo, mi cuerpo sentía un frenesí bestial, había pasado tanto tiempo que no me sentía así, después de haber terminado con el, jure que jamás me enamoraría de alguien mas, solo de el, y al parecer todo había resultado de la mejor manera, Eché la cabeza hacia atrás y me apoyé en los codos, sintiendo como el orgasmo se aproximaba
con rapidez.