HALIA; fate winx

03. 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬

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El área común de Alfea estaba llena de jóvenes conviviendo entre ellos, comiendo  e incluso charlando con algunos maestros.

La fiesta de orientación había comenzado y Halia había llegado junto a sus compañeras de cuarto, a excepción de Stella y Bloom.

La rubia se encontraba junto a un grupo de chicas con las que compartía clases por ir un año avanzada en el instituto, por lo que acordaron que más tarde se verían.

Mientras que la pelirroja no parecía estar animada por la idea de estar rodeada de jóvenes que no conocía, por lo que decidió quedarse en la habitación con la excusa de que tenía que llamar a sus padres y bajaría más tarde.

Por el contrario Halia se sentía feliz al saber que formaría parte de una fiesta, aunque según los demás alumnos sería aburrida y tediosa, era lo más cercano que estaría a una reunión de adolescentes normal, después de estar encerrada en el palacio toda su vida.

Por que claro, ella había asistido a fiestas antes, pero no se podían comparar con esta ni ninguna otra que se pudiera llevar a cabo en el instituto.

Las reuniones a las que había asistido antes eran de la realeza, tal vez entre viejos amigos de sus abuelos, así como cenas donde los monarcas de ciertos reinos, así como sus familias, se reunían y discutían temas importantes.

La castaña se encontraba alrededor de una mesa acompañada de Terra, Aisha y Musa.

Halia miraba atenta los múltiples postres frente a ella mientras tomaba algunos y los probaba, al mismo tiempo que las chicas a su lado hablaban de cosas triviales.

-No es por juzgar pero...- Musa se vio interrumpida por la chica de tez morena.

-Como miles de calorías- habló Aisha -sin la natación sería enorme.

Me giré hacia Terra ofreciéndole uno de los postres en la mesa, haciendo un ademán para que los probara.

-Estos son deliciosos, tienes que comer uno y decirme que piensas de ellos- le dije mientras señalaba un caramelo frente a ella.

Me sonrió mientras lo tomaba.

Al probarlo abrió los ojos con sorpresa.

Solté una pequeña carcajada mientras le regalaba un pulgar hacia arriba. Terra era una chica bastante amable con una energía positiva que se le podía contagiar a cualquiera, y era agradable tenerla alrededor.

Me giré a mirar a las chicas, para darme cuenta que Aisha se alejaba caminando y solo quedaba Musa frente a nosotras.

Le extendí la mano para que tomara un panqué.

-¿Entonces si lo escuchaste?- habló Terra mirando a Musa.

-¿Qué?- le respondió la pelinegra confundida.

-Es que, en el cuarto, te pusiste los audífonos y me ignoraste como si no escucharas- hizo una pausa nerviosa antes de continuar -pero escuchaste a Aisha.

Mire a ambas chicas algo incomoda.

Definitivamente era una conversación en la que mi presencia no era requerida, y no me interesaba estar metida dentro de cualquier problema que ambas pudieran tener.