Iliana se enjuagó la boca mirándose al espejo. Su reflejo mostraba unas enormes ojeras violáceas fruto de las pesadillas recurrentes y las repentinas náuseas tampoco ayudaban.
Se acomodó la bata saliendo del servicio y colocó su fonendoscopio en el cuello, caminando hacia el control de enfermería para retomar sus actividades.
—Deberías pedir vacaciones—Nora, enfermera en turno, se paró a su lado—. Traes una cara horrible.
—He estado llevándome trabajo a casa—respondió frotándose los ojos—. Demasiados historiales pendientes y ahora que será el nombramiento del nuevo jefe de sección quiero dejarlo todo listo.
—Tienes muchas esperanzas de ganar.
—Oliver es el otro candidato y él odia los despachos.
—Pero ser jefe de sección le da un rollo, una apariencia diferente, y le pondría más atractivo.
Iliana no pudo evitar reír, toda la plantilla estaba encandilada con el maravilloso doctor Carter, y para qué mentir, ella también.
—¿Cotilleando en lugar de trabajar?—Oliver se acercó a las chicas.
—Solo un poco—Nora rio.
—Nos necesitan en emergencias—el semblante del muchacho se volvió tenso, como casi siempre que tomaba su faceta de doctor.
Se acomodó los guantes mientras esperaba la llegada de la ambulancia y detalló el perfil de Oliver. Su cabello rubio estaba un poco más largo de lo habitual y eso le daba un bonito atractivo, tenía una pequeña barba de un par de días que hacía su mandíbula un poco más filosa. Era como tener a un dios griego con forma de Alfa.
—Toma una foto, dura más tiempo.
No puedo evitar sonrojarse, la había pillado mirando indiscretamente. Oliver carcajeó levemente, no era la primera vez que la observaba. Iliana se le hacía una loba hermosa, a pesar de ser una beta. No estaba atraído por su olor, puesto que carecía de él, sino por su carácter.
—Aquí están—Iliana caminó hacia la entrada, acercándose a la camilla, que transportaba a una pequeña—. Hola preciosa—sonrió levemente.
—Posible fractura de la tibia derecha—Santana, técnico sanitario, entregó el historial a Oliver—. Una mala caída.
Oliver leía el historial fuera del cuarto mientras observaba de vez en cuando a Iliana trabajar. Era una excelente pediatra y la mayoría de los niños hospitalizados la adoraban. Sin duda se merecía el puesto de jefa de sección, había luchado por él con garras y dientes desde que se anunciaron los candidatos, pero con una competencia sana por medio de méritos. Al contrario que ella, Oliver se había postulado por la sugerencia de algunos miembros de la plantilla, que le veían como un "director en la sombra". La última decisión la tenían los votos de la plantilla y la decisión del director médico, Paul Carter, con quien no tenía relación familiar a pesar de portar el mismo apellido.
El cardiólogo no era el mejor jefe y en más de una ocasión lo había visto abusar de su poder en contra de Iliana, recriminándole cosas sin sentido o reduciendo su sueldo deliberadamente. Sabía que solo por el hecho de su enemistad con la doctora era probable que desechara la opción de colocarla a ella como jefa de sección a pesar de tener muchos más méritos profesionales que él.
Cerró la carpeta al verla salir, siempre tan radiante.
—Yo creo que con una escayola será suficiente—le entregó la carpeta que portaba—. Iré a pedir una radiografía.
Iliana se metió en el ascensor, apretando el botón en dirección a la sección de radiología y se tensó cuando su jefe, el doctor Paul Carter, se subió apenas una planta después que ella.
—Doctor Carter—saludó con la debida cortesía.
—Doctora Belmont—la sonrisa del hombre, que apenas era unos años mayor que ella, le causaba escalofríos, por un momento se asemejaba a la sonrisa que aparecía en sus pesadillas.
Salió del ascensor a toda prisa, lo que me os quería era pasar tiempo en el mismo sitio que aquel hombre.
—Doctora, me gustaría verla en mi despacho lo antes posible—Paul la siguió y la detuvo tomándola del brazo, no de una forma suave.
—S-si, estaré allí enseguida—se apartó caminando lo antes posible al mostrador.
~•~
Pasó el pestillo del vestuario y no pudo evitar romper a llorar al verse reflejada en el espejo. Su cabello estaba revuelto, tenía un hematoma en la mejilla y la blusa desordenada. Le temblaban las manos y el pantalón se le había manchado de sangre.
—¡Un segundo!—gritó limpiándose los restos de sangre y se arregló el cabello para abrir la puerta, encontrándose a la única persona que no quería ver en aquel momento—. Oliver... ¿Qué haces aquí?
—Te vi pasar y quería preguntarte si tenías las radiografías de la niña. ¿Estás bien?—ella solo asintió—. Ili...—la tomó del mentón y tuvo que contener un gruñido al contemplar su estado—. ¡¿Qué diablos te ha pasado?!
Iliana había conseguido contener el llanto, pero la sola mirada de Oliver consiguió traer las lágrimas de vuelta. Él no dijo nada, solo la abrazó dejando que se desahogase mientras acariciaba su espalda.
—Vete a casa, si ese cerdo pregunta por ti le diré que no te sentías bien—Oliver besó la frente de Iliana—. Luego iré a verte y arreglaremos todo para ir a...
—¡No! Denunciar no.
—Tienes que hacerlo, Iliana.
—No puedo.
—Claro que sí, y debes hacerlo.
—Oliver, no. Lo que pasó se quedará así, y punto—caminó hacia su taquilla para tomar su bolso—. Es mejor que me vaya a casa.
—Solo dime quién...
El muchacho ya no tuvo tiempo de pronunciar su pregunta, Iliana ya había salido del vestuario.
El viaje a casa se le hizo eterno, lo único que quería era darse un baño y dormir hasta que se le alivianara el dolor del cuerpo y del alma, pero el autobús parecía ir más despacio que nunca. Le pesaban los hombros, sentía las piernas adoloridas y podría jurar que tendría hematomas por mucho tiempo.
Se dio un baño, sin muestras de ADN no podría haber denuncia, y las palabras del Doctor no dejaban de repetirse en su cabeza:
—Si me entero de que se te ocurre denunciarme, ponerte en la calle será lo más liviano que te ocurrirá, ¿entendido?

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Omega
WerewolfTodo el mundo conoce a Iliana Belmont por ser una brillante doctora beta en el hospital general de Truslove. Desde que se graduó ha estado juntando méritos y está a punto de conseguir que la nombren jefa de planta. Todo se desmorona después de una c...