Pinceladas [One shots Saint Seiya]

Melodía del corazón

Por Kira_kurenai
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Melodía del corazón

Aquella mañana se sentía más fría de lo normal, dándole a entender al santo de géminis que el invierno estaba próximo a llegar al santuario. Normalmente no le era difícil levantarse por las mañanas, pero ese día al ser tan gélido y casi carente de vida, era la excepción.
Gruñó al repasar por su mente todos los pendientes que tenía que terminar aquel día, ya que al ser uno de sólo dos caballeros dorados oficiales, tenían por defecto muchas mas responsabilidades y tareas que llevar a cabo.

Finalmente y luego de estar un par de minutos maldiciendo el no haber dormido lo suficiente la noche anterior, se levantó desganado y entró al baño para alistarse.

—Buenos días—Escuchó apenas entró a su cocina. No se sorprendió que fuera el otro miembro de la orden dorada actual. Siempre buscaba la forma de infiltrarse en su templo para hacer el desayuno, era un acuerdo silencioso entre ambos—uy, esa cara ¿dormiste mal?

—Dormí poco, no sé, tuve pesadillas...— Dijo bostezando mientras que por inercia abría el pequeño frigobar que se encontraba en una de las esquinas. Cada vez se hacían más recurrente aquellos sueños que según él no tenían sentido alguno.

—Es una lástima, justo hoy que tendrás el trabajo más pesado...—quiso ocultar una carcajada, pero sin éxito. Saga lo miró con sospecha,entrecerrando sus ojos.

—¿ A qué te refieres?—cuando Aioros colocaba esa expresión nada bueno se podía esperar. Se dirigió a la pequeña mesa que se encontraba en el centro de la cocina, que era algo así como un comedor express y se sentó a esperar su sentencia—lánzala ya.

—Tengo que ir hacer unas diligencias al otro lado del pueblo, te tendrás que quedar con algunos niños, ya que solo me puedo llevar a dos.

En ese mismo instante su ojo comenzó a temblar en un ligero tic. Avanzar en sus obligaciones y estar pendiente de niños, no era algo muy productivo que digamos.

—Por favor no me digas que debo quedarme con Milo— contestó finalmente Saga mientras hacía una escena dramática dejándose caer en la mesa. No era que no le gustara el aspirante a caballero de escorpio, pero era un verdadero dolor de cabeza cuidar a alguien tan travieso como él. No tenía límites.

Aioros volvió a carcajear con ganas y Saga lo quedó observando sin tapujos. Estaba dentro de sus hobbies escucharlo reír, de alguna forma le alegraba el corazón.

—No, no, me llevaré a Milo y Aioria conmigo, los elegí para que pudieras estar tranquilo —Se dio la vuelta y colocó unos deliciosos panqueques en la mesa al frente de saga y le sonrió— Angelo,Afrodita y Shura tienen una pequeña misión con algunos caballeros de plata por los alrededores, por lo que tampoco estarán por aquí... Te quedarás con Shaka, Mu y Camus.