Capítulo 11.

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Hyunjin tenía solo 15 años cuando se hartó de su vida

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Hyunjin tenía solo 15 años cuando se hartó de su vida. Sus padres nunca fueron malos, solamente eran estrictos, calculadores y un poco fríos (todas estas características derivadas de sus años de trabajo). Tampoco era que no los quisiera, pero su estilo de vida era algo que no hubiese elegido dos veces.

Desde que tenía uso de razón, sus padres eran adictos al trabajo, lo que los llevó a aceptar trabajos en distintas ciudades y numerosas empresas. Con el tiempo se acostumbraron a eso y transformaron su vida y la de su hijo en un constante ir y venir entre ciudades y escuelas distintas para Hyunjin.

Creyó que era normal el mudarse tanto, pero cuando los compañeros de su actual escuela comenzaron a crear rumores de que sus padres eran parte de la mafia o traficaban inumerables cosas ilícitas, se dio cuenta que tal vez no era tan normal como pensaba.

Estaba por decirle a sus padres que ya no quería volver a mudarse, que prefería vivir lo que restaba de su escolaridad en una sola ciudad, en una sola casa y en una sola escuela. Pero no se esperó que ellos ya tenían todo listo para cambiar de casa al otro lado de Seúl.

No dijo nada, nunca decía nada, así que volvió a rendirse incluso antes de intentarlo.

Se mudaron a un departamento en un distrito distinto dentro de la capital. Lógicamente, como todo lo que hacían los señores Hwang, lo cambiaron de escuela a una más cercana a la vivienda.

Hyunjin hasta ese punto no esperaba más, sí, era de las personas que se desmotivan muy rápido, se rendía a la más mínima oposición. De alguna manera fue criado de esa forma, no contradecía a sus padres, no les pedía nada, no les causaba problemas. Un hijo ejemplo de sumisión.

Hasta que lo conoció.

Seungmin era un buen estudiante, presidente de la clase y ejemplar; eran parecidos, pero Kim tenía algo que él no: un carácter empoderado y maduro. No esperaba a que tomaran una decisión por él, no temía dar su opinión, exponía sus ideas y necesidades.

Al principio solo fueron compañeros, el menor estaba ayudándole a integrarse, lo que tampoco era tan difícil ya que todos eran muy amables. A Hyunjin comenzó a gustarle ese lugar, nunca se había sentido tan cómodo en otra escuela como en esa.

Pronto también se hicieron amigos, Seungmin había sido lo primero a lo que se había aferrado en ese nuevo lugar, Seungmin parecía no tener problema con eso, Seungmin quería brindarle ayuda.

ㅡ¿Estás bromeando? No puedes dejarle siempre las decisiones a otro.

ㅡPero, Seungmin...

ㅡNo, nada de peros, Hyunjin, lo que digas también importa así que me vas a decir qué sabor de helado quieres.

Hwang suspiró, divertido. Por más pequeña que fuera la cosa, siempre le exigía saber su opinión; por eso esta vez que le dijo que elegiera cualquier sabor de helado para él, lo regañó como siempre.

ㅡEntonces pídeme uno de chocolate.

La sonrisa de Seungmin le había parecido muy bonita desde que la vio por primera vez. Lo hacía sentir cálido y cómodo, pero no se dio cuenta de lo que le provocaba verdaderamente esa sonrisa hasta unos meses después.

En cierta manera, tenía miedo de confirmar sus sentimientos porque nada le aseguraba que no se volverían a mudar. Sus padres habían estado muy ocupados con sus trabajos y era en esos momentos cuando más temía que tuvieran que irse.

Pero a pesar de eso, terminó el año escolar, pasaron las vacaciones y no parecían haber planes de cambiarse de casa.

Así que se arriesgó, juntó todo el valor que tenía y un día en el que habían salido de paseo a la torre Namsan porque Hyunjin le dijo que a pesar de haber vivido muchas veces en Seúl nunca había ido; se aventuró a confesarle sus sentimientos. Había sido un poco raro, era su primera vez confesándose a alguien que le gustaba, no sabía cómo hacerlo y terminó soltándole el Me gustas cuando iban caminando el último tramo de la montaña.

Seungmin no era tonto, había escuchado eso y sabía perfectamente qué significaba; pero no se lo esperaba, menos así de repente. Lo miró y era lo más adorable del mundo: un Hyunjin sonrojado, jugando con el borde de su chaleco y mordiéndose su labio inferior.

ㅡ¿Qué... ㅡIba a preguntar Kim, haciendo que el contrario alzara la vista. Mala idea, Seungmin se había acercado más a élㅡ. ¿Qué voy a hacer contigo?

En definitiva, amaba la sonrisa de Seungmin.

Los meses que siguieron tal vez fueron los mejores de su vida. Habían descubierto que tenían gustos similares, sabían cómo divertirse juntos, aprendieron las cosas buenas y malas del otro, y aprendieron a amarlas cada día. Vivieron muchas cosas juntos y eran tan felices hasta que pasó.

Hyunjin había tenido una mínima esperanza de que no pasara, que pudiera al menos terminar su escolaridad en esa escuela, con Seungmin. Cuando cumpliera 18 sería libre, pero ahora tenía 16 y, junto con sus padres, se mudaría otra vez.

Le habría gustado opornerse esta vez, más que nunca negarse a irse de ese lugar donde se sentía tan cómodo, pero no lo hizo. Y se arrepintió toda su vida por eso, por no haber hecho nada, por haber terminado con Seungmin sin explicarle que se iría.

Un año después, vivía en otro barrio de Seúl; sus padres casi ni estaban en casa. ¿De qué les servía trabajar tanto si no pasaban tiempo con él?

ㅡNos vamos a Busan la próxima semana.

No, esa vez no lo dejaría pasar. Había soportado vivir donde estaban por que seguía en la misma ciudad que él, pero ahora nada le aseguraba poder ver a Seungmin otra vez. Esa fue la primera vez que los contrarió, que se opuso con resistencia a que se volvieran a mudar.

Pero nada los hizo cambiar de opinión, ellos seguían siendo los mismos de siempre, priorizando su trabajo antes que todo. No vio la necesidad de escapar de ese lugar hasta que su padre lo amenazó con enviarlo al servicio militar tan pronto se graduara. Esa no era la vida que quería, ¿no podía hacer nada más?

ㅡTú no puedes opinar en esto, Hyunjin.

Y tal vez no fue la decisión más sensata que pudo tomar, pero terminó dejando todo atrás y escapándose para llegar a un viejo edificio en una tarde lluviosa.

Y tal vez no fue la decisión más sensata que pudo tomar, pero terminó dejando todo atrás y escapándose para llegar a un viejo edificio en una tarde lluviosa

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SAY HELLO .ㅡHYUNMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora