Capítulo 9.

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Seungmin miró la hora en su celular

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Seungmin miró la hora en su celular. Definitivamente quería irse ya, la velada había sido muy agradable y Jisung era un gran anfitrión, pero se le empezaba a hacer incómodo. Ese chico, Minho, estaba seguro que tenía algo contra él y ni hablar de Hyunjin, parecía aprovechar cualquier momento para observarlo.

Se excusó con que era muy tarde y debía irse. Creyó estar a salvo, pero no; en menos de lo que pudo prever, Hwang se había ofrecido a llevarlo a su casa. Estuvo a punto de rechazar la propuesta, hasta que le dijo que tenía auto. Solo lo iría a dejar a su casa, así que aceptó.

Se despidieron de los otros dos, al parecer, Lee estaba muy contento que se fueran.

ㅡAvísame cuando ya estés en casa, Seungmin ㅡhabló Jisung antes que un brazo lo rodeara de los hombros y lo arrastrara de vuelta al departamento.

ㅡNo, no lo hagas.

Observó cómo se cerraba estruendosamente la puerta y se giró hacia el elevador. Eso había sido un tanto incómodo, sin duda, pero ahora venía lo más incómodo de todo. Hyunjin le sonrió levemente, sus mejillas tenían un leve tono rosado y sus manos  inquietas jugaban con el borde de su hoodie. Aún se reprochaba el no haberse arreglado más.

El viaje en ascensor fue más eterno que la espera por este. No era como si no tuvieran de qué hablar, de hecho ambos sabían que tenían muchos temas de conversación en común, pero... ¿Qué estaba mal? Seungmin sabía que no tenía motivo para ponerse tan nervioso al estar con él, no tenía por qué. Solo tenía que seguir negando que su corazón seguía reaccionando con él, solo...

¿Él se sentirá así también?

Miró al chico a su lado, había crecido mucho, pero seguían teniendo casi la misma estatura. Kim repasó sus facciones otra vez, realmente le encantaban sus mejillas, encantaban, en tiempo pasado, muy pasado. Aclaró su garganta, tratando de alejar esos pensamientos irracionales antes que fuera demasiado tarde.

Hyunjin volteó al escucharlo, sus ojos no se encontraron, por suerte. Su sonrisa volvió a brotar de sus labios. Podía asegurar que la última vez que vio a Seungmin, cuando tenían 16, las comisuras de sus labios también se habían curvado de esa manera en que las veía ahora. No había cambiado mucho, no lo sabía bien, seguía viéndose tan hermoso como siempre. Lejos de la belleza del menor a sus ojos, amaba cómo era, jamás olvidaría todo lo que habían vivido en esos dos años, aunque hubiera sido hace mucho tiempo. Seungmin significaba mucho para él, pero no podía decirle, no ahora que había llegado a su vida otra vez.

Hwang suspiró, todo ese tiempo había aprendido a vivir sin él, resignado a pensarlo siempre. ¿Qué debía hacer ahora?

¿Él habrá pensado tanto en mí como yo en él?

El ascensor al fin llegó a su destino: el estacionamiento subterráneo. Al parecer ambos estaban inundados en sus pensamientos, pero avanzaron por ese camino guiado por Hyunjin hasta su auto. Sus años en la industria del modelaje le habían dado el dinero suficiente para comprar lo mejor, pero aún así él se había comprado un modesto auto, pequeño y bonito.

ㅡTal vez no sea lo más cómodo, pero...

ㅡ¿Qué? ¿Este es tu auto? ㅡKim lo miró con asombro y algo confundido por la actitud avergonzada del mayorㅡ. Debes estar bromeando, tendría que trabajar mucho para siquiera pensar en tener este auto.

ㅡSí, eso hice...

Seungmin lo miró sonriente. Sí, debió haberse esforzado mucho.

ㅡ¿Cuánto tiempo llevas siendo modelo? ㅡPreguntó, abrochándose el cinturón de seguridad.

ㅡDesde que me escapé de casa, tenía 17.

¿Qué?

El auto ya había partido, dirigiéndose hacia la salida. Seungmin no estaba seguro si debía o no preguntar, Hyunjin lo había dicho tan tranquilamente que parecía que no tenía importancia para él. Pero debía tenerla, no le sonaba normal que se hubiera escapado de casa a los 17, ¿qué había pasado para que tomara esa decisión?

Por lo que podía recordar los padres de Hyunjin eran contadores, por esa razón se habían mudado muchas veces; había llegado a vivir en siete ciudades distintas y estudiar en 20 escuelas durante toda su vida. Pero no encontraba que esa hubiera sido su razón para irse de casa, Hyunjin no era así, por lo menos el Hyunjin que había conocido no era así.

Cuando estuvieron en una gran avenida, Seungmin agregó su dirección en el GPS para que conduciera hacia allá.

ㅡMira, en ese edificio vivo yo.

Hyunjin había apuntado al alto edificio que estaba más adelante, por un momento el corazón del contrario se detuvo, la casa de Hyunjin estaba más cerca que la suya, ¿no era como esa escenas donde el apuesto protagonista se detiene en su casa en su casa con alguna excusa y le ofrece a pasar? No, no podía ser.

Y no fue, el mayor siguió conduciendo como si nada. Genial, Seungmin, ya estás delirando.

Donde vivía Kim no era precisamente un palacio, para nada, con suerte había podido costear ese lugar con su ingreso fluctuante de dinero. Era solo un viejo edificio de dos pisos, pero los vecinos eran pocos y eso le gustaba.

ㅡAquí es. Gracias por dej... ㅡSe detuvo en sus palabras al ver la cara de sorpresa de Hyunjin, quien no dejaba de mirar el edificio ㅡ. ¿Hay algo malo? No es un gran edificio como los de ustedes, pero...

ㅡNo, no es eso. Este lugar, aquí viví cuando me escapé.

Por alguna razón, ese día, Seungmin no dejaba de sorprenderse.

Hyunjin no se detuvo y bajó del auto en dirección al edificio, siendo seguido por el otro que aún no entendía bien la situación. Al entrar, saludó al guardia con una sonrisa y lo quedó mirando sin quitar esa expresión feliz.

El hombre mayor, al sentir esa mirada intensa volvió a alzar la vistaㅡ. ¿Puedo ayudarle en al... ¿Hyunjin?

Lo que siguieron fueron alegres abrazos y expresiones como No puedo creer que estés tan grande o ¿Qué hiciste con tu cabello?

Seungmin no entendía muy bien, pero al parecer el guardia de su edificio conocía a Hyunjin.

ㅡDéjame llamar a Boah, se va a poner muy feliz de verte.

Hyunjin asintió emocionado por volver a ver a aquella mujer que lo había recibido en ese lugar, dándole un techo y qué comer cuando más lo necesitó.

ㅡ¿Conoces a la señora Kwon?

ㅡSí, ella m...

ㅡ¿Qué es todo este alboroto? ¿Por qué estás tan desesperado en que salga?

Ahí fue cuando aquella mujer, de ahora unos 70 años, vio al ahora no tan pequeño Hwang Hyunjin. Sus ojos parecieron llenarse de lágrimas de solo verlo otra vez.

ㅡAbuela.

ㅡAbuela

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SAY HELLO .ㅡHYUNMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora