Lovo-calypse.

Scary second encounter.

Después de que todos nos despertamos y Hanako y Nines se presentaron apropiadamente, hice la pregunta que me tenía con una enorme intriga desde que me desperté.

-¿qué hacemos vivos?- Voltee a ver a Hanako y Nines quienes se miraron algo indecisos de si decirme o no pero después ambos asintieron y Fran tomó la palabra.

-Verán, antes que los chicos les dispararan nos apiadamos de ustedes al ver sus caras de arrepentimiento, les mentimos y dijimos que nosotros nos encargaríamos de ustedes.-mencionó el peliblanco, mientras que Hanako solo asentía.

Flin y yo nos miramos buscando la lógica, pero al ser la única explicación que había y que sonaba bastante coherente. En eso mi estómago empezó a sonar y yo me sonrojé de vergüenza, pero no lo culpaba, de por si yo ya tenía hambre y con el ajetreo me dió más hambre.

Miré a Flin y ví que el también se agarraba el estómago por el hambre.

-Que antojo de unas buenas entrañas frescas- miré al cielo imaginando el sabor.

-¡Cállate tonta!- dijo Flin fantaseando conmigo para luego regañarme.

-Bien, la verdad no tengo entrañas pero tengo Min Paos, unas deliciosas donas y algunas bananas- dijo Hanako cambiando de animo de uno feliz cuando mencionó las donas y luego a uno asqueado cuando mencionó las bananas.

-¿M-min paossss?- preguntamos algo extrañados Flin y yo al unísono.

Hanako solo nos extendió los min paos y ambos tomamos uno y dimos una mordida, nuestros ojos se iluminaron al probar ese manjar tan delicioso.

Luego de comer y quedar completamente saciados, decidimos ir a buscar un refugio a unos departamentos que se encontraban cerca y por culpa de la horda de caminantes tuvímos que rodear para que Nines y Hanako subieran por una ventana, mientras nosotros subíamos por las escaleras. Cuando llegamos a el segundo piso vimos de nuevo a el grupo el chico de cabellos rubios estaba derrumbando las escaleras, mientras que el chico de lentes amarillos disparaba con una escopeta de doble cañón.

Mientras el pelinaranja disparaba, nuestros ojos se encontraron y me sonrojé al verlo, pero mis instintos de caminante me decían que lo jalara y dejara que los demás caminantes acabasen con el, pero me contuve y en eso ví como alguien más me apuntaba con una pistola queriendo dispararle, tuve que salir corriendo; siendo seguida por Flin, hacia donde nos encontraríamos con Hanako y Nines.