Poesía etérea

Donde hubo rosas

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Mi amor por ti era como una rosa.

Cuyos pétalos, delicados, eran tan solo una fachada que ocultaba una historia de tristeza y pasión.

Donde el amor que te daba era devuelto con espinas puntiagudas que se clavaban en mi corazón.

Y en el cual el amor era tan solo algo espontáneo de las noches gélidas. Pasajero. Engañoso. Asqueroso.

Mas no lo pude ver hasta que entré en razón.

Era demasiado tarde para mí, ya pasaba a ser otra más en tu colección.

Seducías con tu aroma, atraías nuevas víctimas que te brinden atención.

Al tacto algo bonito, al gusto dejabas un amargo sabor.

Y todo para nada más que entender, que eras una rosa más en un rosedal repleto de tus iguales.

Todas buscando, desesperadas, una pizca de aprobación.

Aunque ahora sé que, donde antes hubo rosas, espinas tan solo quedan...

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Créditos de la imagen a quien corresponda.