Tiempos pasados

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La suave brisa recorría mi cara, un atardecer dorado yacía en el horizonte donde los cielos y los mares crean el ocaso junto al sol, mis pies cubiertos de la arena dorada de una playa eran pequeños, los pies de un niño, mientras miraba el espectáculo frente a mis ojos, fui sorprendido por un toque en mi hombro.

-Hermoso, ¿no es así?-

La voz de un hombre vino desde encima de mi, no voltee a verlo, sabia quien era, pero a la vez no.

-Todo este lugar, este momento, un bello mundo de color dorado es lo que nos esta ofreciendo nuestras vidas en este momento, podemos verlo porque estamos vivos, y sabemos que estamos vivos porque podemos verlo, y mas que eso, el que podamos sentir algo al verlo, nos da una razón para seguir viviendo-

Después de que terminara de hablar una mano mas pequeña y gentil toco mi otro hombro, siguiente, la voz de una mujer me hablo desde arriba.

-Recuerda todo lo que enseñamos siempre Jhonn, no siempre estaremos contigo, algún día tendrás que seguir tu propia vida y no estaremos contigo, así que debes ser bueno siempre y no hagas daño a nadie-

Con una alegría, sus voces llegaban hacia mi mientras miraba la dorada puesta de sol, al voltear a verlos, sus rostros eran borrosos, sus voces eran familiares, pero sus rostros no existían en ese momento, mi realidad se distorsiono después de eso.

Todo se puso oscuro, el sol, la arena y el agua ya no estaba,  y gotas empezaban a caer del cielo, nubes oscuras de lluvia, una calle sin transeúntes y un camino completamente desolado era lo que tenia ante mi.

Con una mochila en mi espalda y mi ropa mojada solo pude caminar hacia adelante, no podía recordar hacia donde me dirigía, solo seguía hacia adelante sin razón.

Un auto se paro a un lado de la calle y la misma voz cálida y agradable que me había hablado antes hablo con un tono de preocupación.

-¿Seguirás caminando aun después de que ya preocupaste a todos?, sube al auto ya-

Subí al auto aun estando empapado, el asiento se mojo enseguida y puse la mochila apoyada en mis pies.

-¿Porqué saliste de la escuela?, podrías haber esperado a que llegara por ti, los profesores y tus amigos estaban preocupados, y yo también me preocupe-

-Ellos no son mis amigos, y los profesores solo quieren conservar su trabajo, por eso se preocupaban, no por mi-

Hable, pero era como si ya supiera que estaba sucediendo, seguía confundido por todo esto, así que me rendí y deje de tratar de comprenderlo.

-Se que estas afectado por lo que paso, pero debes tener en cuenta que si te pasa algo me pondré muy triste-

-Lo se, lo siento, no quise hacerlo, solo . . .  no quería estar ahí-

El lugar volvió a cambiar, ya no estaba mas en el auto, estaba completamente seco y con ropa de verano, me encontraba de pie frente al portón de una gran casa, entré después de darme cuenta de que la puerta estaba abierta.

-¿Hola?¿hay alguien en casa?-

Después de no recibir respuesta, me adentre mas en el lugar, busque a alguien en la cocina pero estaba vacía, también me dirigí al patio trasero y toque las puertas de los baños para invitados, pero parecía no haber nadie, me moví hacia el sótano pero tampoco había alguien.

-¡¿Hola?!¡¿alguien?!-

Seguía sin recibir ninguna respuesta de la persona que buscaba, la ansiedad se apoderaba de mi mente, mi respiración se volvía mas y mas rápida, y sentía como la sangre recorría mi cuerpo, corrí hacia el piso de arriba busque rápidamente en todas las habitaciones y baños, la casa estaba completamente vacía, me calme por un momento y camine hacia las escaleras por uno de los pasillos.

De pronto como si me esperara, una gota cayo sobre mi frente, me limpie con mi brazo, mis preocupaciones volvieron, voltee hacia el techo, una pequeña mancha roja se colaba por la madera del techo y otra gota callo.

Mi desesperación volvió, corrí lo mas rápido que pude para buscar la entrada hacia el ático, el único lugar en el que no había buscado, el único lugar al que tenia prohibido entrar, aunque eso ya no era importante, tenia que encontrarla.

Jalé la cuerda que bajaba las escaleras del ático y empecé a subir las escaleras poco a poco y temblando mientras el miedo me consumía, aunque en ese momento me convencía para no tener miedo y aun así seguía temblando, subí las escaleras y me pare en el polvoriento y oscuro ático.

La única luz que había entraba por una pequeña ventana circular en una de las paredes del ático, era poca pero suficiente para ver una silueta no muy lejos de la ventana, estaba a contra luz así que no se podía ver mucho, pero era una mujer, el terror se apodero de mi no podía creer lo que veía después de que mis ojos se acostumbraran cada vez mas a la oscuridad, no podía caminar, no podía hablar, no podía respirar, las lagrimas recorrieron mi rostro y camine lentamente hacia la silueta de la mujer sentada a un lado de la ventana.

En ese momento pude ver el rostro de la mujer que buscaba, el rostro de la mujer que habia olvidado hace unos años, el rostro de la mujer de cálida y amable voz, por fin habia recordado el rostro de mi madre.

Su piel pálida y ojos vacíos era algo que nunca esperaría ver, y mucho menos el charco de sangre  debajo de ella que provenía de una de sus muñecas, en una de sus manos habia una navaja ensangrentada y en la pared en la que estaba postrada habia un mensaje escrito con letras rojas.

LO SIENTO

Justo después de eso desperté.

(ESCRIBIRE LOS RECUERDOS EN PRIMERA PERSONA, ESPERO NO MOLESTE)





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⏰ Última actualización: Feb 09, 2021 ⏰

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