Tercer pucherito

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「🐧🍼」

–ChanHee-ie no hagas eso, te vas a caer.

Risas de bebé acompañaban al ceño fruncido de Taeyong, su bebé parecía muy divertido al dejarse colgando de un lado del cangurito en el que iba, el bebé se balanceaba de lado a lado agitando sus piernitas en el aire y Taeyong sentía que en cualquier momento su hijo iba a escurrirse por los lados y sufriría una fea caída.

–Quédate quieto dulzura.

–Papá papá.

–Haz caso a papá y no vayas a caer o tu papi Tennie cortara mi cuello –Taeyong dejo un beso sobre el gorrito del bebé.
 
–Papi papi.

—Ujum papi Tennie.

El bebé era sólo balbuceos y risitas mientras seguía balanceando sus regordetas piernas.

Cuando llegaron al supermercado Taeyong tomó un carrito especial y sentó a su bebé frente a él en el carrito de compras, le dio un chupete para entretenerlo y comenzaron a recorrer los pasillos en busca de las cosas que había anotado en la lista.

Un rato después de llenar el carro de supermercado con las compras, se puso a revisar la lista para asegurarse de llevar todo.

–Veamos, leche ya, papillas ya, pañales también, pastas, carne, todo parece estar aquí.

–Papi.

–Ah claro, las galletas de tu papi.

Taeyong movió ligeramente el carrito acercandolo a los estantes llenos de frascos que había en el pasillo, según su pensamiento de esa manera no habría problema si alguien más pasaba por allí.

–Iré por las galletas al final del pasillo, te quedas aquí cielo, cuida nuestra comida.

Sin más, el pelinegro beso las esponjosas mejillas de su bebé y camino directo a la repisa de galletas, desde ahí lograba ver a su angelito, así que no estaba muy preocupado, pero justo después de tomar el paquete de galletas y girarse para ir de nuevo con ChanHee, los rasgados ojos de Taeyong lograron captar el pasillo de farmacia, y que mejor que aprovechar el viaje hasta allí, le dio un rápido vistazo al bebé que parecía muy concentrado en quitar su zapato y de nuevo al pasillo de farmacia, serían sólo unos segundos, tomaría la pequeña caja sabor fresa y regresaría con el pequeño bebé regordete.
Sin pensarlo mucho, camino lo más rápido que sus piernas le permitieron hasta el pasillo lleno de medicamentos y preservativos, sus ojos recorrieron los estantes hasta dar con la marca y el sabor que buscaba, ni bien había tomado en sus manos la caja cuando un sonido sordo de algo estrellándose en el suelo llegó a sus oídos, lo primero en que pensó fue en su bebé cayendo de cabeza al suelo y regreso corriendo al pasillo en el que lo había dejado temiendo encontrar lo peor.

Sin embargo todo lo que encontró fueron varios frascos de café totalmente rotos en el suelo y a un ChanHee que miraba la escena curioso con sus manitas en su pequeña boquita.

Taeyong soltó un suspiro, al menos su bebé no se había lastimado, estaba lleno de café en polvo, pero estaba enteró, se acercó al carrito en el que estaba el bebé, dejó las cosas que había ido a buscar con las demás y sacó a su hijo del pequeño asiento para poder sacudirlo.

–¿Qué hiciste ChanHee-ie? Ahora tendremos que pagar por eso, la papilla de manzana tendrá que quedarse.

Y como si ChanHee entendiera todo a la perfección, su diminuta nariz se arrugó y su ceñito se frunció.

–De acuerdo, tú ganas, no se quedará.

Taeyong estaba sacudiendo el polvillo de café que había en la pequeña ropa de ChanHee cuando un empleado de la tienda llegó hasta ellos.

–Señor, tendrá que pagar lo que el bebé a roto.

–Si, lo sé, ahora iré a la caja no se preocupe.

El empleado asintió, hizo una reverencia y se alejo dejando a ambos Lee solos.

–Viste eso ChanHee-ie, pagaremos más de la cuenta ¿no te parece buena idea quedarte limpiando?

Hizo cosquillitas en la pancita de su bebé haciéndolo reír escandalosamente, volvió a acomodarlo en el carrito y se dirigieron hasta la caja para pagar por los productos.

Taeyong había aprendido que los bebés no sé deben dejar cerca de nada que se pueda romper, en especial si el bebé era Lee ChanHee.

「🐧🍼」

Un día con papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora