octavo pucherito

311 61 12
                                    

「🐧🍼」

Recoger y tirar lo que no servía, barrer y lavar el piso, revisar y limpiar el refrigerador, era sólo sido un poco de lo mucho que en realidad estaba trabajado Lee Taeyong limpiando la cocina, y aún faltaba darle un baño a su bebé.

ChanHee se encontraba sentado en su sillita especial para bebés, con una bolsita de papilla en la manito, mirando entretenido todo lo que su padre estaba haciendo, de vez en cuando soltaba risitas y aplaudía alentando a su pálido padre con pequeños ¡papá!

El adorable bebé se puso de pie sobre la silla mientras Taeyong secaba la leche que estaba derramada dentro del refrigerador, y comenzó a dar pequeños saltitos, estaba emocionado porque se sentía relativamente alto e intensificó sus saltos de bebé regordete.

En un movimiento brusco, la silla se fue de lado haciendo al bebé caer de golpe contra la barra de la cocina, inmediatamente el llanto se dejó escuchar por todo el departamento y Taeyong giro rápidamente su vista para identificar el motivo, lo que sus ojos vieron le heló la sangre y pudo sentir como su alma abandonaba su cuerpo.

¡Su pequeño bebé estaba en suelo y estaba sangrando! 

Inmediatamente dejó todo tirado y corrió hasta su hijo para levantarlo, sacó con cuidado su diminuto cuerpo de entre las patas de la silla y revisó su carita que era mojada por el llanto y rastros de sangre.

El bebé abrazo a Taeyong restregando su mejilla en el pecho del pelinegro mayor y Taeyong corrió desesperado por las llaves de su departamento para salir de inmediato al hospital, no iba a dejar que su bebé se desangrara en sus brazos.

ChanHee seguía soltando gimoteos contra el pecho de su padre, Taeyong se encargaba de darle palmaditas en su pequeña espalda tratando de calmarlo, aunque no podía imaginar el dolor que seguramente estaba experimentado su bebé.

Cuando lo había levantado del suelo, la boquita y mejilla de ChanHee estaba toda manchada de rojo, seguramente se había lastimado su carita.

Taeyong estaba sufriendo un colapso, si tomaba las llaves de su auto tendría que soltar a ChanHee-ie, y no quería hacerlo, por lo que se decidió a tomar el primer taxi que encontró.

Durante el camino, Taeyong iba tratando de consolar a su hijo, quien se aferraba fuertemente con sus puñitos a su camiseta, el pelinegro mayor iba totalmente desesperado, ni siquiera le importaba que su bebé estuviera todo manchado de crema y mojado con leche, lo único en lo que podía pensar era en que su hijo estuviera bien.

Cuando llegaron al hospital después de algunos minutos, los que para Taeyong se sintieron como una eternidad, pagó el taxi sin preocuparse por el cambio y corrió gritando desesperado pidiendo ayuda para su hijo, ChanHee quién ya se estaba calmando, comenzó a llorar fuertemente al escuchar los gritos de su padre.

–¡Ayuda, un doctor por favor! ¡Necesito un doctor, mi hijo esta sangrando!

Taeyong corrió desesperado hasta la enfermera en recepción y la miro suplicando con lagrimas bajando por sus pálidas mejillas.

–Ayúdeme por favor mi bebé esta herido.

Rápidamente tres enfermeras se acercaron a Taeyong y trataban de despegar a ChanHee de su padre, pero el bebé lloraba con más ahínco y se aferraba con sus pequeñas manitos a la camiseta de Taeyong.

–¡Papá! ¡Papá! 

El bebé rogaba por su papá al verse siendo entregado a personas desconocidas para él, pero con algo de esfuerzo, lograron llevarse a ChanHee hasta el área de pediatría para atenderlo como era debido.

Taeyong se deslizó por la pared hasta sentarse en el suelo, se sentía el peor padre del mundo, no había sido capaz de mantener a su hijo a salvo, por su negligencia su bebé estaba lastimado, gruesas lágrimas de preocupación salían de sus rasgados ojos, no quería ni pensar siquiera en Chittaphon y en lo que le diría.

Alrededor de cuarenta minutos después, una enfermera lo llamó para que pasará al consultorio privado del pediatra, Taeyong tenía miedo de lo que pudiera encontrar al otro lado de la puerta, probablemente un ChanHee-ie con el labio partido, o peor aún, con su cabecita llena de puntos cerrando una enorme abertura.

Sin embargo cuando abrió la puerta, las conocidas risitas de su bebé llegaron hasta sus oídos, y de inmediato paseo su vista por la habitación buscando a su bebé.

ChanHee se encontraba siendo cargado por una enfermera, vestido sólo con un pañal, mientras chupaba una paleta de al parecer, sabor fresa.

Taeyong miró confundido a la vez que se acercaba a su hijo, ChanHee se abalanzó a los brazos de su padre, y el doctor le dedico una sonrisa amable mientras le indicaba que tomara asiento.

El pelinegro mayor se sentó, colocando a su pequeño hijo en su regazo y examinándolo con la mirada, el bebé ni se inmutó, estaba demasiado concentrado en balancear sus piernitas y chupar el dulce de fresa.

–Bueno señor Lee, como podrá usted ver, su pequeño hijo no tiene nada grave, sólo un pequeño golpe en su mejilla izquierda, le daré una crema para bajar la inflamación y no pasará a mayores, no tiene de que preocuparse.

–Pero, pero debe estar mal, ChanHee estaba sangrando cuando lo revise – Taeyong miraba confundido a su hijo y al doctor –.

–En realidad, no era sangre, el bebé estaba cubierto con salsa de tomate, probablemente la confundió con sangre.

–¿Salsa de tomate?

–Así es señor, era simplemente salsa, le hemos dado un baño y le hicimos un chequeo general, su hijo está completamente saludable, solo debe tener cuidado la próxima vez.

Taeyong agradeció al pediatra y a las enfermeras, salió con su hijo siendo cubierto por el sweater que él traía puesto y con la ropa sucia de ChanHee en una bolsa plástica, pagó la cuota por la consulta y por el chequeo, para acto seguido, salir del hospital con rumbo al metro para ir a su departamento.

–Debiste decirme que era salsa de tomate ChanHee.

ChanHee simplemente hizo puñitos la camisa de Taeyong y se recostó sobre el pecho del mayor, soltando balbuceos.

「🐧🍼」

Un día con papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora